El presidente de la República, Santiago Peña, con parte de su gabinete, realizó la presen­tación del proyecto de ley “Hambre cero en las escue­las y el sistema educativo”, que fue definido como de “vital importancia” para el desarrollo de los estudian­tes de hasta el noveno grado en el marco de la buena ali­mentación.

De acuerdo a un informe del año 2022 del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), en el marco del Sistema de Vigi­lancia Alimentaria Nutri­cional (Sisvan), la situación nutricional de la población de niños menores de 5 años muestra guarismos preocu­pantes. Según este informe, la desnutrición global en Paraguay en esta franja etaria –la edad crucial para el desarrollo integral de un niño– es del 5,3 por ciento y la desnutrición aguda del 5,7 por ciento.

En tanto que cifras de Nutri­ción y Desarrollo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) refieren que en Paraguay casi un 15 por ciento de los niños sufre desnutrición crónica, un porcentaje que trepa al 20 por ciento cuando se habla de los infantes pertenecien­tes a las comunidades indí­genas, de acuerdo a los datos proporcionados por Víctor Aguayo, director del citado organismo. La desnutrición crónica (talla baja para la edad) se observó en el 12,6 por ciento de la población, siendo estas cifras más ele­vadas en los niños de sexo masculino y en la población que reside en áreas rurales.

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La evolución de la desnutri­ción muestra que en los últi­mos años hubo una leve ten­dencia hacia la disminución (en especial la desnutrición crónica), aunque en la pan­demia del covid-19 hubo un nuevo aumento en cuanto a las prevalencias de des­nutrición global, aguda y crónica. Es decir, durante los años pandémicos (que en Paraguay abarcó desde 2020 al 2022) la ejecución de programas tendientes a disminuir la prevalen­cia de los distintos tipos de desnutrición fue relegada o directamente igno­rada en la administración del gobierno de Mario Abdo Benítez.

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