La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) eligió ayer jueves a Mirta Arias como su presidenta, quien pasa a convertirse en la primera mujer en asumir la titularidad de la organización sindical. En contacto con La Nación/Nación Media, adelantó que, aparte de fortalecer las bases de la CUT, seguirá con el diálogo desde la central para seguir contribuyendo con la instalación de la Superintendencia de Jubilaciones y Pensiones, ley recientemente promulgada por el Ejecutivo.
“El primer objetivo es fortalecer la central, esperando un mejoramiento en la función de todos sus órganos de decisión y sus instancias. Seguidamente, lucharemos por una mejor política salarial, apelando a una seguridad social que realmente ampare a todos los trabajadores, lo cual aún observamos como una materia pendiente”, indicó la presidenta de la CUT.
Con respecto a la promulgación de la ley de superintendencia, recordó que desde la organización acompañaron todo el proceso de negociación, aportando con diversas sugerencias para poder modificar algunos aspectos de la reglamentación. Esto con el objetivo de que responda verdaderamente a las necesidades de los aportantes y los jubilados del país. “Es importante resaltar que acá no hay cambio de modelo, no hay privatización, acá se establece y se respeta el modelo de reparto solidario. Además, se busca diversificar la inversión, no poner todo solo en una de las cajas, sino todo lo contrario, fortalecer cada una de las cajas que serán controladas por el órgano supervisor”, subrayó Arias.
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¿Tendremos presidenta alguna vez?
Nuestra democracia habrá de alcanzar su edad madura cuando una mujer llegue a la Presidencia de la República. No estamos diciendo con esto que permanecerá en un estado infantil permanente si ello no llegara a ocurrir. Pero sí evidenciará que la sociedad –elemento constitutivo e imprescindible de este modelo de gobierno– empezó a desarraigarse de sus prejuicios y discriminaciones a razón simplemente del género, ignorando las cualidades intelectuales, morales y personales de quien pretenda, por mérito propio, acceder al Palacio de López por las puertas de la voluntad popular.
Aprendí de una experiencia de primera mano –aunque parezca redundante– con la candidatura de Blanca Ovelar, representante de la Asociación Nacional Republicana en las elecciones generales del 21 de abril de 2008. Sus congéneres del mismo partido la descalificaban para ocupar el cargo porque, conforme a sus atrofiados argumentos, nuestro país no estaba preparado para tal hecho. Y sus aliados masculinos se encargaban de alimentar la especie de “Blanca al Palacio y nosotros al poder”, sobre todo por el entonces mandatario, Nicanor Duarte Frutos, quien no guardaba ninguna reserva para expresarse en esos términos ante el que estuviera dispuesto a escucharlo.
Esos exabruptos desatinados llegaban a los oídos de la actual senadora, quien solía confesarme, indignada: “Si creen que me van a manejar, están muy equivocados. Mi conciencia será la única rectora de mis actos y gestiones”.
Los constantes desplantes en público y el trato autoritario hacia la candidata del oficialismo de parte de Duarte Frutos, más los signos de arrogancia del jefe de campaña, Rogelio Benítez, quien llegaba a los encuentros proselitistas después de que lo hiciera la aspirante presidencial, a los que añadía unos interminables discursos, fueron estrechando las chances de Blanca Ovelar. Situación a la que debemos sumar otro episodio crucial: la traición de quienes fueron derrotados en las internas partidarias alegando fraude. Y, por supuesto, una fracción del Partido Colorado que trabajó abiertamente por Fernando Lugo, sin que el Tribunal de Conducta tomara sanciones posteriores, a pesar de la voluminosa documentación respaldatoria en que se basó mi denuncia. En medio del caos, y de mutuas descalificaciones, la también parlamentaria, Lilian Samaniego, tomó la posta en la Junta de Gobierno de la ANR. Blanca Ovelar fue lo más cerca que una mujer estuvo de ser la primera presidenta de la República del Paraguay.
Varios países de la región, entre ellos nuestros grandes vecinos Brasil y Argentina, ya vivieron la experiencia –y seguramente la repetirán– de que una mujer dirija los destinos de la nación. También, Chile, siempre dentro de las reglas que pautan la democracia. Y Dina Boluarte, en Perú, quien asumió el cargo por la vía de la sucesión presidencial. Xiomara Castro, en Honduras. Más atrás en el tiempo, en una Bolivia convulsionada ubicamos a Lidia Gueiler, quien fue electa presidenta constitucional interina por el Congreso de su país. Sin olvidar a Violeta Chamorro, en Nicaragua.
En el otro extremo de nuestro continente tenemos a Claudia Sheinbaum quien, a partir del 1 de octubre, será la primera mujer al frente del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos. En ese otro Estados Unidos, pero de América, Hillary Clinton fue la primera mujer nominada por uno de los partidos tradicionales, el Demócrata, en 2016; sin embargo, perdió en los comicios generales ante Donald Trump. Y en esta sociedad, históricamente marcada por la segregación racial instalada por la “supremacía blanca”, cuyos residuos de violencia nunca desaparecen, paradójicamente, un hombre de color –Barack Obama– llegó al poder antes que una mujer. Por ahora, deberán seguir esperando porque el 5 de noviembre de este año volverán a enfrentarse el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump.
De nuestra parte, todavía tenemos un trecho de tres años por delante. En ese tiempo se decantarán, se consolidarán o se descartarán candidaturas. En los últimos años, la frialdad de los números, sujetos a encuestas que no se muestran en público, fue determinante para la opción final. Rumores van, rumores vienen, quizás llegue a cumplirse lo que Augusto Roa Bastos ambicionaba como una cosa sagrada: “El día que vea sentada a una mujer en el sillón de López, ese día voy a creer que ha empezado la democracia en el Paraguay”. Hay calidad de sobra para que ello acontezca. Buen provecho
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Central de Trabajadores rechaza el porcentaje de reajuste del salario mínimo
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) sentó una postura de rechazo al porcentaje de reajuste del salario mínimo legal, que fijó un incremento de G. 117.936, con lo que se pagaría 2.798.309 guaraníes desde el mes de julio a los empleados del sector privado. El gremio considera que los cálculos no son creíbles.
“Nosotros tenemos un representante en el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam) que en este momento no está participando en señal de protesta por este mísero reajuste que decretó el Gobierno”, señaló Bernardo Rojas, presidente de la CUT en contacto telefónico con el programa “Arriba hoy” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Dijo que hace tiempo se venía manifestando la disconformidad con el estudio hecho por el Banco Central del Paraguay (BCP) sobre la inflación interanual del 4,5 %. “Para nosotros es falso, no es la verdad de lo que ocurre en nuestro país. La calle no dice eso, los precios de la canasta básica no dicen eso. Y el estudio que hace el BCP no es para nosotros un estudio creíble. Entonces, rechazamos categóricamente, no el reajuste, sino que la cantidad que reajustan ellos porque eso no es el reflejo de lo que ocurre”, expresó.
El sindicalista lamentó que el planteamiento no haya tenido eco a instancias del organismo de estudio. “Planteamos por todos los medios y a todas las instituciones, fundamentalmente al Ministerio del Trabajo donde funciona Conasam y donde incluso existe una mesa de diálogo social sobre el tema salarial”, indicó.
Afirmó que se ha defendido documentadamente esta postura, asegurando que el estudio hecho refleja una “diferencia abismal” con lo que presentó el Banco Central del Paraguay. “Es más, nuestros técnicos utilizan los mismos argumentos que utiliza el Banco Central. O sea que nuestros técnicos se basan en la estructura financiera que hace el Banco Central para estudiar el tema de la inflación y a nosotros nos sale 30,7 % la diferencia”, arguyó.
De acuerdo con el análisis de la CUT, “el costo de vida del trabajador paraguayo perdió G. 700.000 y quieren darnos G. 117.000″, se quejó el dirigente del citado gremio de los trabajadores.
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Imedic: juicio oral se encuentra en etapa de producción de pruebas documentales
Avanza el desarrollo del juicio oral y público para la presidenta de Imedic SA, Patricia Ferreira, quien está sentada en el banquillo de los acusados por los delitos de producción y uso de documentos no auténticos, asociación criminal y comercialización de medicamentos no autorizados por la falsificación de facturas de la firma Eurofarma, que posibilitó el ingreso de medicamentos oncológicos de dudosa procedencia a nuestro país.
La audiencia oral ingresó en la etapa de producción de pruebas documentales así como también ya han declarado varios testigos en el presente juicio oral. El Tribunal de Sentencia que juzga el caso está conformado por Laura Ocampo, Cándida Fleitas y Fabián Weinsense; mientras que los fiscales del caso son Néstor Coronel y Luz Guerrero.
También están siendo juzgados Nidia Godoy, directora de Imedic SA, y el despachante de Aduanas Néstor Ramírez.
Este juzgamiento forma parte de uno de los casos de corrupción más grandes que se registró durante la pandemia del covid-19 en nuestro país. El Ministerio Público considera muy grave el hecho que cometieron los acusados debido a que quisieron introducir medicamentos oncológicos para uso de terapia sobre la base del fraude, burlando los controles estatales, de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria y Aduanas.
Justo Ferreira
El Tribunal de Sentencia integrado por Elsa García, Yolanda Morel y Juan Pablo Mendoza condenó a 3 años de cárcel a Justo Ferreira Servín, encontrado culpable por contrabando de insumos médicos durante el inicio de la pandemia en el año 2020, en el caso Imedic (Insumos Médicos) SA. Mientras que los demás acusados en ese caso fueron absueltos de culpa y pena.
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México esperaba oficializar elección de su presidenta
Según los datos, alrededor de 98 millones de mexicanos estaban habilitados ayer para elegir a un nuevo presidente, senadores, diputados y más de 20.000 cargos públicos. Las protagonistas de la jornada fueron las candidatas Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez.
Las mesas electorales habían cerrado a las 18:00 luego de una jornada con algunos incidentes dispersos y a partir de las 22:00 el Instituto Nacional Electoral empezó a dar los primeros resultados del cómputo rápido.
A la hora del cierre de la edición aún no se contaban con resultados oficiales o tendencias claras; sin embargo, varias encuestas de salida, cuyos resultados empezaron a revelarse tras el cierre de los votos, empezaron a dar sus resultados y algunas de ellas daban como ganadora a Sheinbaum por una diferencia de “dos a uno”. “Sheinbaum ha conquistado al pueblo de México por su sencillez, tenacidad y disciplina a toda prueba”, dijo el presidente de la agrupación política oficilista, Mario Delgado, desde el centro de campaña de Sigamos Haciendo Historia, la coalición que también integran el Partido Verde y el PT, según recogió el medio El País.
Ambas candidatas se habían declarado ganadoras tras finalizar la votación. Gálvez, por su parte, había pedido cuidar el voto durante el conteo: “Estamos compitiendo contra el autoritarismo y contra el poder. Son capaces de cualquier cosa”, había declarado.
Las encuestas de salida de Enkoll, Televisa, El Financiero y TV Azteca daban por ganadora a la candidata Claudia Sheinbaum por una amplísima mayoría, aunque solo la realizada por la primera casa encuestadora especifica los porcentajes, con corte a las 19:05: un 57,8 % de los votos y una ventaja de 28,7 puntos, casi el doble, pues Xóchitl Gálvez se queda con un 29,1 %.