A menos de 15 días para las elecciones generales en Para­guay, surgen interrogantes sobre el origen de la financia­ción de las “campañas sucias” en contra del candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, disparadas práctica­mente en simultáneo a tra­vés de las redes sociales desde febrero pasado.

La inversión necesaria para este tipo de campaña publi­citaria en las principales plataformas de distribución y redes sociales requeriría cifras varias veces millona­rias y teniendo en cuenta los datos de transparencia que ofrecen algunas de estas plataformas, los montos por cada campaña no serían menores a cinco mil dólares cada una de ella.

Un estimado de la inversión mensual rondaría los US$ 150 mil por mes, lo que equival­dría a cerca de medio millón de dólares si se toma en cuenta la fecha aproximada en la que fueron lanzadas, según expertos consultados.

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Con respecto a esta interro­gante, al analista político Sebastián Álvarez Albanell le llamó la atención la manera en que se instalan campañas de odio contra el candidato presidencial colorado, San­tiago Peña, a través de plata­formas como Facebook, Ins­tagram y YouTube. Entre los datos de transparencia de Facebook, se resalta la empresa argentina Solucio­net Global como la que ges­tiona las compras de espacios para generar esas campañas en contra el candidato colo­rado, posicionando además las encuestas que favorecen a la Concertación Nacional.

Entre los clientes de la empresa argentina se pue­den observar a varias onegés, entre ellas algunas vincula­das a la candidata a vicepre­sidenta Soledad Núñez. Si el financiamiento viene de Argentina, sería ilegal de acuerdo a las reglamentacio­nes electorales y de este modo también se evitaría rendir cuentas sobre el origen del financiamiento político de la Concertación.

Desde La Nación se intentó conversar con Álvarez Alba­nell, pero él remarcó que intenta exponer las infor­maciones que ya se encuen­tran públicas prefiriendo no emitir una opinión, conside­rando la polarización en la que se encuentra el ambiente electoral.

INVERSIÓN EN GUERRA SUCIA

Las campañas de despresti­gio que se van posicionando en las redes sociales son apro­vechadas por las figuras polí­ticas que son favorecidas con los discursos de odio insta­lados. Esto debido a que las publicidades en las redes no figuran como un desagre­gado a ser especificado entre los gastos realizados durante las campañas políticas.

De este modo, miles de millo­nes pueden invertirse a dies­tra y siniestra en las redes sociales, sin necesidad de evi­denciar el origen del dinero ante el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), lo cual solo es tomado como ventaja por parte de los candi­datos, quienes finalmente no rendirán cuenta de la manera en que se financian los dis­cursos de odio generados casi como un spam en las platafor­mas digitales.

Las publicaciones son con­venientemente favorables para el perfil de determina­dos candidatos presiden­ciables, por lo que la traza­bilidad del financiamiento determinaría si son los pro­pios aspirantes que desem­bolsan por la guerra sucia, a través de operadores polí­ticos o incluso por algunas oenegés como intermedia­rias, recordando que las organizaciones vinculadas a Soledad son solo algunas de las clientas de empresas como Solucionet Global.

La pregunta que queda flo­tando es ¿quién o quiénes financian estas campañas? Tomando en cuenta que desde la dirigencia de la Concerta­ción efrainista admiten que aún no han obtenido présta­mos que puedan ayudar a lle­var adelante toda la inversión que requieren unas eleccio­nes generales.

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