El ex ministro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) doctor José Altamirano lamentó la mala imagen que proyecta el Paraguay con la designa­ción de significativamente corruptas de sus autoridades por parte del gobierno de los Estados Unidos.

“Lo que acaba de acontecer nuevamente con la designa­ción de significativamente corruptos a un vicepresi­dente en ejercicio y su asesor (ya renunciantes) por parte de autoridades estadouni­denses, como el embajador Marc Ostfield, emite una muy mala señal nuestra al exte­rior”, afirmó.

El jurista criticó que incluso la reciente evaluación favorable por parte del grupo finan­ciero Gafilat haya sido empa­ñada por “este bochorno que afecta directamente a nues­tra imagen como país”. “Del mismo modo, cabe seña­lar que la gente está dolida, siente un py’a rasy, una repre­sión, secuela de la crisis eco­nómica, la pandemia y el descontento generalizado actual”, expresó.

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A criterio del ex ministro, la democracia carece de una buena clase dirigente, una sólida institucionalidad y transparencia. “Necesitamos recobrar la mística que implica ser paraguayos y estar orgu­llosos de eso, de obrar el bien a nuestro país. Una sacudida para darnos cuenta de nuestra situación, por un lado no nos viene mal”, significó.

CORRUPCIÓN

El experto también aludió a la corrupción sistémica de las instituciones gubernamen­tales por prácticas como el soborno, el nepotismo, el amiguismo, el clientelismo y la malversación, “que ero­sionan la integridad del Gobierno”. Esto hace que se pierda prestigio y credibili­dad ante la ciudadanía, pro­duciéndose así una debilidad en la conducción y, conse­cuentemente, en las institu­ciones, según indicó.­

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