La senadora Esperanza Martínez, candidata a presidenta de la República por el Frente Guasu, considera que es “muy peligroso” que el también candidato Euclides Acevedo no integre la concertación opositora y vaya por una tercera vía. “Esto favorecería al Partido Colorado”, opinó.
“Desconozco sus motivaciones, pero es muy peligroso si uno va por la tercera vía. Vamos a suponer que crezca su candidatura y crezca de manera importante y esté igual a la candidatura de la concertación. O sea, si alguien no baja y nos vamos a tres listas, me parece que vamos a favorecer al Partido Colorado”, señaló la senadora a la 1020 AM.La candidata del Frente sostiene que “tiene que haber una candidatura en lo posible fuerte, de consenso, a través del mecanismo que probablemente va a ser las elecciones, para disputar al Partido Colorado, ganar, gobernar y dar resultados, ese es el camino”.
Los partidos y movimientos políticos de la oposición pretenden firmar este domingo el acuerdo para la concertación. El presidente del PRF, Guillermo Ferreiro, decía que aparentemente no integrarían ni Frente Guasu ni Euclides Acevedo.
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¿Cómo lidiar con el dolor por la muerte de una mascota?
Perder una mascota es una de las experiencias más dolorosas por la que atraviesan las personas amantes de los animales. Los fuertes vínculos entre los humanos no solo se forman con perros y gatos, sino también con otros mamíferos, con aves y, a veces, con reptiles y otros tipos de animales.
Si bien cada animal tiene su naturaleza y carácter, una vez que adquieren confianza hacia los humanos son seres excepcionales que dan amor incondicional, por eso rápidamente logran ser amados y aceptados. Es así que, si bien a veces son malhumorados, sus travesuras y a veces sus aventuras, son perdonadas.
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Pero cuando llega el momento en que cierran sus ojitos, resulta en un dolor agobiante, insoportable. Recordemos que muchas mascotas, en especial gatos y perros, son de apego, por lo que, la pérdida de estos animales se constituye en la pérdida de un ser querido. Los animaleros a menudo se sienten incomprendidos cuando mueren sus mascotas.
Tras el fallecimiento de una mascota, sobrevienen muchos sentimientos, entre ellos, primero la negación, como en cualquier caso de pérdida, tras esto puede llegar la culpa, pese a que se ha hecho todo lo posible para evitar el desenlace. Este sentimiento suele estar acompañado de enfado, lo que resulta normal.
Hay que recordar que el dolor que se siente es legítimo y no tiene por qué ser invalidado por nadie, explicó el licenciado Gustavo Sosa. El psicólogo comentó que lastimosamente, no se puede evitar el dolor.
Tras esto, la etapa de tristeza en la que una persona o familia se sumerge, es el momento en que puede ayudar a reflexionar sobre las etapas de la vida, pues esta está inherente a la muerte. Recordemos que el ciclo vital incluye la muerte, por lo que va a ser imposible evitar que estos seres queridos cierren sus ojitos.
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Hay que entender que, si bien hoy en día se ofrecen tratamientos, alimentación y cuidados para mejorar la expectativa de vida de las mascotas, no siempre se puede lograr que ellos vivan mucho tiempo, debido a las múltiples enfermedades, que así como a los humanos, también los atacan a ellos.
Con la aceptación de la situación, llega la etapa en que guardamos los recuerdos más bonitos y agradecemos por el tiempo en que estuvo con nosotros. Es siempre importante agradecer el amor que recibimos, pues eso también nos dará paz, aunque cueste encontrar consuelo. En ese sentido, una buena salida es hablar de la situación con alguien empático, para intentar recibir consuelo.
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Para honrar a ese fiel compañero que se adelantó en el viaje, siempre es importante pensar que él nos amaba incondicionalmente y hacía todo lo posible para que no estemos tristes, para que estemos bien. Por eso, hay que tratar de honrar la memoria de esos peludos y buscar darle un sentido a la situación y seguir, tratando de superar. Eso no significa que se lo va a olvidar, pues cada mascota es especial y no importa lo que los demás digan.
Una de las cosas más importantes es poder despedirte de tu mascota. Esto ayudará a cerrar la etapa. Un homenaje póstumo, donde puede expresarle tu amor, tu agradecimiento ayudará a sentirte en paz, pues pudiste decirlo. Esto se puede hacer en el momento de la exhumación, y en caso de que haya desaparecido, mirando su foto y hablarle con sinceridad. Sacar lo que hay dentro es importante.
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Floricultura del Paraguay lanzó libro de la maestra artesana Norma Martínez
Floricultura del Paraguay, comprometida con la promoción y preservación del arte y la cultura paraguaya, lanzó ayer jueves el libro “Tejiendo un legado - Tutorial básico de ñandutí”, de la reconocida maestra artesana Norma Martínez Valdez, que celebra así el fruto de 40 años de trabajo y dedicación al ñandutí.
El proyecto del libro nació de la visión de la artista plástica Claudia Casarino y de la apuesta por el arte y la cultura paraguaya por parte de la presidenta de Floricultura del Paraguay, Chiara Capdevila. “El año pasado, mi amiga Claudia me habló sobre este proyecto. Aprovecho este espacio para agradecerle por los más de 10 años de acompañamiento y asesoramiento en el mundo del arte”, expresó Capdevila durante el lanzamiento del libro y agregó que tras analizar la propuesta con su equipo de trabajo, decidió brindarle su apoyo para concretar la obra.
Así fue que en noviembre del año pasado realizaron una visita a Norma, quien también formó parte de la edición especial de Navidad de Keiki, tienda en línea de orquídeas de Floricultura del Paraguay, para darle la sorpresa del apoyo a su libro.
“Inmediatamente nos pusimos a trabajar, pedimos presupuestos a los profesionales que trabajaron para la edición, corrección, diagramación y fotografías del libro. Y ahora, 5 meses después, nos llena de felicidad ver que se ha convertido en una hermosa realidad ‘Tejiendo un legado’, el primer tutorial de ñandutí”, manifestó Capdevila. La titular de Floricultura del Paraguay reiteró que están comprometidos con la promoción y preservación del arte y la cultura y que están sumamente orgullosos de respaldar este proyecto tan significativo para nuestro país. “El libro que presentamos es un testimonio del talento, la pasión y la perseverancia de la maestra Norma. Su dedicación incansable ha dado como resultado una obra que sin duda dejará una marca en el país”, precisó Capdevila durante la presentación.
Por su parte, la maestra artesana dijo que este es un gran día para ella y para la artesanía en ñandutí. “En este libro van a encontrar nuestra vivencia, cómo nos organizamos y lo minucioso que es este trabajo”, señaló a La Nación/Nación Media.
SOBRE “TEJIENDO UN LEGADO”
En su obra, la maestra artesana Norma Martínez desglosa los fundamentos del ñandutí, desde los materiales y herramientas necesarias hasta las técnicas básicas de tejido, con instrucciones claras y detalladas, acompañadas de fotografías ilustrativas. “Tejiendo un legado” guiará a los lectores a través de cada paso del proceso de creación, permitiéndoles explorar su creatividad y dominar las habilidades necesarias para crear hermosas piezas de ñandutí. Además, ofrece una mirada a la historia y la importancia cultural del ñandutí en Paraguay, así como a la trayectoria invaluable de Martínez.
“Este es el primer tutorial de ñandutí, donde se explica y se enseña cada paso de las técnicas de la maestra Norma. Ser parte de este proyecto, de este libro, representa una alegría inmensa, un orgullo y un honor para floricultura”, remarcó Capdevila a La Nación/Nación Media.
“Con este libro buscamos despertar más la curiosidad y las ganas de aprender sobre el ñandutí, que las personas busquen a las artesanas. Van a encontrar informaciones muy útiles para hacer trabajos de investigación, porque ahora también en las universidades y colegios se busca conocer más sobre lo nuestro”, reseñó la maestra artesana.
La presidenta de Floricultura del Paraguay subrayó que uno de sus ejes de trabajo es el apoyo a la artesanía y a la cultura, por lo que vienen realizando ferias y promocionando la labor de los maestros artesanos.
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“La pintura me mostró lo que debía saber sobre mí y lo que me urgía encontrar”
Walter Martínez es un artista multidisciplinario que busca a través de diversas facetas artísticas el sentido del ser. De niño sufrió un accidente y encontró en la pintura el punto de expresión para comunicar sus emociones. Se destaca por pintar al aire libre y disfruta el estar-ahí. Además, realiza talleres de pintura en comunidades del Chaco en su afán de que el arte sea descentralizado y que llegue a lugares en los que pensar en ello es casi una utopía.
- Por Vivianna Insaurralde
- Fotos Gentileza
–Contanos cómo fue la experiencia de llevar talleres de arte al Chaco.
–Fue una propuesta un tanto espontánea, conectaba mucho con mi historia personal, la oportunidad que lleva el trámite. Fui un niño chaqueño que un día soñó ser artista y no tuve acceso a algún ideal, lo busqué y desde el dar me entregué a la experiencia y al abordaje del aprendizaje.
–¿Cómo vivenciás la importancia de llevar estos talleres en zonas donde la realización de talleres o cursos es escasa o nula?
–Muchos encuentros entre relatos, por sobre todo la alegría de compartir información valiosa para la percepción y estímulo del instinto creativo en comunidades donde no hay acceso a información enfatizada y comprometida con la creatividad.
–¿Cuál es el grado de motivación que notaste en los lugares donde realizaste los talleres?
–Increíblemente se dio una conexión con el abordaje de las clases, desarrollé dinámicas de juego y desarrollando la poética del hacer en la observación, en un proceso personal individual con la técnica y la expresividad, en donde conectamos con una motivación colectiva de diálogos, intercambios y debate sobre la experiencia compartida en un espacio común. Entonces, muchos conectaron con la intención desde su propio entendimiento, que era la búsqueda, el ejercicio, abrazar la equivocación para ir ante la coherencia que nos planteamos.
ESTÍMULO
–Según tu punto de vista, ¿qué falta en las comunidades chaqueñas para expandir más las redes culturales?
–Desde mi punto de vista, con la nula participación de la comunidad artística en actividades tanto recreativas como de formación, énfasis en bibliotecas y talleres que fomenten la lectura, la escritura, la catarsis sobre lo que logra el arte en una persona individual y en la comunidad. Evidenciar la importancia de las exploraciones artísticas para el estímulo del dominio propio, la autoconducción y el criterio personal.
–¿Cómo manejás tu rol de gestor cultural que descentraliza y lleva el arte a zonas fuera de los círculos habituales?
–El compromiso es grande, por sobre todo enfatizar la didáctica, para llevar cautelosamente el contenido a compartir y, por sobre todo, mantener el interés y entusiasmo de habitar los procesos que conlleva el aprendizaje. La experiencia de la clase es entregarse a un trance en el cual la poética se apodera del espacio y yo actúo como asistente ante las necesidades burocráticas de la teoría, la práctica, el entusiasmo y el cuidado de la expresividad propia que aflora a la par que nos adentramos en la intimidad del proceso creativo.
–¿Qué aporte social te parece que deja este tipo de iniciativas?
–Pienso que el impacto social es un trabajo minucioso y preciso, porque el estímulo es sin vuelta atrás y es un punto de partida imprescindible para impartir una búsqueda individual en los participantes de los espacios de intercambio. La información compartida queda resonando como parte de nuestra vivencia, de acuerdo a qué tanto cada uno se haya encontrado ante un motivo, una razón; un lugar donde se puede generar constantes preguntas y/o respuestas que nos muevan hacia alguna búsqueda o curiosidad personal, individual, contextual o interna.
TÉCNICAS
–¿Cuáles son tus técnicas preferidas al pintar?
–En mis exploraciones personales conecté mucho con la técnica del óleo y se convirtió en el medio principal de mi exploración en la plástica. Así también, otras técnicas como el grabado, grafito, acuarela, acrílico, etc.
–Cuando estás pintando un hecho en vivo, como una manifestación o un concierto, ¿qué buscás plasmar estando in situ?
–La pintura al natural abarca varios aspectos desde dónde abordar. Quizá reunir una secuencia de necesidades o búsquedas plantean el abordaje de la composición y lo que revela la obra final que elijo espontáneamente desde lo que el lugar me ofrece. Trabajar en vivo me confronta con el proceso a contrarreloj, en el cual ejercito el uso del color y la luz sobre la materia en la mezcla y observación, combinando con la expresividad y la precisión en la espontaneidad de los trazos e ir eligiendo la síntesis de lo que plantea el in situ. Utilizar como motivo un acontecimiento real que relata un hecho desde mi vivencia como pintor. Es un lugar de mucha adrenalina en donde ejercito y desarrollo varios aspectos de la observación no solo en la superficie delimitada de la obra, sino una realidad social desde una lente que me lleva a reconocer una forma de saber sobre el costumbrismo del tiempo/ espacio que habito y me desenvuelvo como pintor, artista e historiador.
–¿Qué sentimientos te provoca pintar al aire libre?
–Hablo del sentir en el trance pictórico, adrenalina, estar ante la presión de los problemas que plantea el desarrollo, habitar el proceso y dejar revelar las respuestas de las propias preguntas generadas, las pequeñas satisfacciones graduales de estar ante el hacer y la satisfacción de resolver, de investigar aspectos puntuales sobre lo que lleva a decidir el tema, desarrollo técnico, la energía de la obra, y el antes y después en mí, de estar ante la poética. Ante ver nacer un relato que amplía un poco más el campo de exploración que se adhiere a mi identidad de artista.
RETROSPECTIVA
–¿A qué edad aproximadamente empezaste a sentir inquietudes artísticas?
–Tuve un accidente automovilístico a los cinco años que implicó no recordar mucho de lo que pasó antes, pero mis particularidades en la escuela ya eran el dibujo y el interés hacia el color, que se potenciaron mucho en el proceso de recuperación de tal acontecimiento. Personas cercanas a mi familia, mis profesores y compañeros se encargaron de mimarme con muchos materiales, los cuales en verdad influyeron mucho a conectarme con el hacer. Crecí en el campo viendo muchos paisajes, bosques, respetando las particularidades de la naturaleza y sus encantos. Entre mis rutinas diarias estaban jugar con la arcilla creando mi propio mundo con objetos que representaban las escenas costumbristas de los hábitos campesinos que marcaron mi atención y fueron mis espacios de juego y libertad de niño. En la escuela primaria hice teatro y danza tradicional, donde también se estimuló un proceso de exploración con la corporalidad y la corporeidad.
–¿En dónde estudiaste?
–Años más tarde terminé el colegio en Asunción y empecé mi independencia en todos los aspectos de mi vida. Estaba tocando el bajo eléctrico de forma autodidacta y fui a estudiar teoría, solfeo y coro académico en APA. Por razones económicas prolongué tal búsqueda, gestionando la sobrevivencia a la par que me desempeñaba como instrumentista y sesionista, y tomé la fotografía como un medio de exploración visual. A los 21 años ingresé a la escuela de Bellas Artes, conocí el óleo, absorbí toda la información posible, ya que sabía que habría que abandonar. Estudiar en Paraguay siendo independiente es una tarea complicada, pero al abandonar la carrera encontré la poética y sin vuelta atrás sucedió secuencialmente mi percepción como pintor y artista multidisciplinar, habiendo encontrado en la pintura la vivencia de mi cuerpo, del sentir, de las emociones y reconocer los rincones de estímulo que se sintetizan a la hora de plasmar técnicamente los trazos que tramitan una obra. Desde allí tomé con importancia todo lo que exploré en el arte en mi vida. Desde una necesidad interna, la pintura vino a mostrarme todo lo que debía saber sobre mí y todo lo que me urgía encontrar: formas de atender, de ordenar mi rutina de vida para buscar el equilibrio que me planteaba la poética de mi obra.
–¿Qué artistas son tu fuente de inspiración?
–Parto de mencionar una particularidad que me inspira: querer vivir el potencial que reconozco en mí y saber exactamente dónde buscarlas. No me referencio mucho para trabajar, lo encaro desde mí mismo, con lo que tengo enfrente. Incluso el desarrollo de las técnicas de los lenguajes vienen de fuertes ejercicios de observación desde el vivo, desde el sentir. La escuela del impresionismo abarca el estudio de la observación, entonces menciono que quizá teóricamente allí se ordenen respuestas de lo que vivo, como el expresionismo, etc. Cuando vi por primera vez unas obras de Paul Cezzane leí lo que había que encontrar en mí y me sirvió de referencia para buscarme. Menciono la disciplina, técnica y constancia del pintor paraguayo a quien veía con una constancia particular y un desarrollo técnico bastante cargado de vivencia y pureza, mi ahora querido amigo, colega Juan de Dios Valdez, y el abordaje del uso del material del pintor Emilio Cutillo, con quienes debatí entusiasmado sobre aspectos puntuales de los trances en los procesos creativos dentro del proceso pictórico.
–¿Podrías definir tu estilo?
–No puedo definirme, porque no me tomo el tiempo de enfrascarme en algo que ya está, no quiere decir que no me influencien muchas cosas de lo que veo e investigo, pero no busco parecer nada más de lo que vivo in situ y se me revele allí desde la particularidad de mi vivencia.
EXPLORACIÓN
–¿Cómo te autopercibís como artista actualmente?
–Actualmente estoy viviendo, investigando y trabajando en la producción artística. Encontré muchas dinámicas que posibilitan mis procesos y trámites en un contexto social particularmente complicado. De los productos que se revelan en cada búsqueda planteada me alimento, revela ante mí y ante el mundo una nueva realidad constante a la que me entrego, y considero superimportante volver a compartir todo lo que encuentre allí para permanecer constantemente en estado de aprendiz, de búsqueda, de entrega a necesidades de exploración que fluyen desde diversos espacios, ya sean personales o colectivos.
–Comentanos un poco sobre tus proyectos actuales. ¿De qué tratan y hacia dónde apuntan?
–Actualmente vivo de la pintura y la investigación artística desde la multidisciplinariedad en la que estoy formando y formándome desde talleres, generando espacios de intercambio cultural desde la comunidad artística, como también desde la comunidad de gestores culturales.
–¿Qué buscás como artista y como persona transmitir con tu arte?
–Que me lleve a conectar con inimaginables proyectos, siempre entregado a un producto que confronte y/o revele una nueva realidad social que nos permita convivir y generar conciencia desde alguna de las tantas falencias que nos afectan desde las estructuras sociales a nuestras proyecciones individuales como personas que precisan saberse. Mi ser artista confronta con la búsqueda de la identidad, con observar, reconocer, la catarsis, la parte tediosa y más incómoda que abarca la percepción de la vida.
–¿Cómo es tu día a día y cuáles son algunas de las fuentes de tu creación pictórica?
–Mi día a día es tal cual sucede en mi pintura, trabajo el costumbrismo en mis ejercicios diarios, ensayos, clases, paisajes por donde sea que vayan personas, libros, poemas. Todos son temas que me impulsan a anclarme en procesos creativos, que se encargan de tramitar desde mi supervivencia hasta las series más amplias sobre ciertos temas que tomo como espacios de investigación.
–¿Podrías definir los elementos que conforman el todo de tus obras artísticas?
–Poesía, naturaleza, pasión, amor y libertad.
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El barrio de Esperanza Gill
Este domingo, Toni Roberto hace un homenaje a Esperanza Gill con motivo de su gran muestra retrospectiva que contiene su producción artística desde 1962, que se encuentra expuesta en el Centro Cultural El Cabildo hasta el mes de abril.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Son las 12 del mediodía. La ciudad es un fuego y arde. El pronóstico del tiempo se repite de medio en medio y el Cabildo toma el color de los paisajes urbanos de Esperanza Gill. Empezar a recorrer el espacio de la planta baja lleno de duendes del pasado y en silencio me hace imaginar caminar de la mano de la autora de esta enorme retrospectiva, desde su paso por los talleres del español Francisco Torné Gabaldá, las experiencias pictóricas con la legendaria Cira Moscarda en su viejo taller al costado del parque Carlos Antonio López allá al inicio de los años sesenta, recuerdos de los vernissage de antes, del viejo Centro de Estudios Brasileños hasta nuestras caminatas por la ciudad para ubicar algún punto histórico de Asunción.
Esta muestra me rememora muchos detalles de aquellos recorridos urbanos a los que algunas veces nos acompañó el inevitable Cheo Velázquez. Uno de los más recordados es el trayecto desde la antigua Villa Heyn, hoy Scavone, hasta la esquina de Bestard y España, buscando “el punto exacto” donde decían había nacido el mariscal López, en una zona denominada Carrillo Cue, según los planos de Federico De Gásperi y de lo que hasta hoy recuerda la vecina de Manorá Ati Troche como “la zona de la caballeriza” hasta finales de los años 70, en los que fueran los dominios de su padre Julio César Troche Figueredo.
Recorrer cada una de esas viejas pinturas bañadas de sol me llevan indefectiblemente hasta “Testimonios de la Asunción”, aquel libro con prólogo de mi recordada profesora Idalia Flores de Zarza. Es además caminar por la ciudad desde los recuerdos de su padre Juan Bautista Gill; los caminos reales, la Asunción colonial, la bahía, riachos y lagunas que aún resuenan en algún rincón de la ciudad debajo de asfaltos o empedrados en nombre del despiadado pero a veces necesario “progreso”.
UN RECORRIDO POR EL PASADO
Sigue el recorrido y de las enormes pinturas en ocre continúan saliendo recuerdos y personajes, tardes de café con la autora y motivadora de este domingo, una iluminada y congelada esquina, o tal vez la cúpula de la Encarnación vista desde la terraza del fondo de su casa “estilo barco”, como le llaman algunos, ahí en la calle O’Leary casi Estrella, que sigue incólume conviviendo con “setentosos” rascacielos y recordando las tardes de Esperanza yendo a la parroquia de La Encarnación con sus tías.
Ida de los Ríos me decía hace unos años: “Cuando estudiábamos arquitectura en los años 60, en ningún momento escuchamos la palabra patrimonio”. Pensando en ello, Esperanza Gill desde principios de aquella década reivindicaba la ciudad, sus calles y las casonas. En este camino no puedo dejar de mencionar al crítico de arte y “asuncenólogo” Manolo Prieto, quien durante años desde sus páginas de la contratapa del viejo Correo Semanal decía refiriéndose a nuestra homenajeada: “Esa tarea de inapreciable validez documental la desarrolla con un estilo muy propio, determinando su personalidad en una visión nostálgica, acentuada por su predilección en el uso de los colores neutros, tanto en el óleo como en la acuarela”.
Yo hoy después de tantas décadas y al mirar esta muestra agrego a las palabras de Prieto su trabajo en cerámica, sus grabados, sus dibujos y hasta los vestidos pintados que contienen esta muestra.
Han pasado más de sesenta años de la primera muestra colectiva de Esperanza, lo cual me emocionó al ver la invitación que le hacía a su padre en mayo de 1962 realizada en aquella época, en la novel galería del Hotel Guaraní y un poco menos tiempo de su primera muestra individual inaugurada el 2 de junio de 1976, además de innumerables exposiciones en galerías y centros culturales, muchos de ellos ya desaparecidos, pero Esperanza Gill ha permanecido fiel a su manera de pintar, más allá de los dictados de círculos áulicos del exterior y del interior también. Decidida a mantener la autenticidad que la caracterizó siempre.
Hoy Esperanza está con nosotros de manera distinta. Con el paso de las décadas pude entender no solo su decidida manera de ser honesta con su obra, sino también con sus recuerdos de “cerros, arroyos, lagos y ríos”, como diría parte de una música con letra de Ortiz Mayans. Esperanza logró hacerle emocionar a este frío corazón con su ciudad ocre.
En su nombre dejo este domingo mi riguroso blanco y negro, y los convierto en ese color de sus siestas del sol del Paraguay, que sumó amor a mi ciudad natal junto a otros referentes de aquellas épocas como Hermann Guggiari, cuyo centenario de nacimiento se cumple justo ahora; Núñez Soler, el propio Torné, Pedro Di Lascio o Jacinto Rivero, de una ciudad que ya está solo en los recuerdos, en el color de sus obras y en algún arroyo que sigue sonando al llegar el silencio de la noche.