• Por ALDO MARIATEGUI
  • Periodista de opinión, Peru

Es incomprensible que EEUU haya cometido en Afganistán muchos de los mismos errores que tuvo en Vietnam: Washington no aprendió que era una aventura de pronóstico muy reservado aquella de combatir –en teatros de operaciones extensos, remotos y de geografía difícil e inhóspita– a pueblos de culturas muy distintas a Occidente y secularmente belicosos (los afganos ya habían derrotado antes a los imperios británicos y rusos, mientras que los vietnamitas a chinos y franceses) e imbuidos de creencias fanáticas (nacionalismo, comunismo e islamismo), lo que se complica aún más cuando esos contrincantes tienen amplias fronteras que puede usar como “santuarios” para refugiarse y desde donde se pueden abastecer indefinidamente de armamento (Pakistán en el caso afgano. China, Laos y Camboya en el vietnamita). Súmesele a esto el altísimo costo logístico de mantener una gran Fuerza Expedicionaria (F.E.) a tan grandes distancias (un trillón de dólares actuales en Vietnam, 2 trillones en Afganistán) y lo imposible que es crear un ejército local para reemplazar a dicha F.E. si solo se cuenta allí con militares incompetentes, políticos corruptos y tropas desmoralizadas.

Genios militares como Bernard Montgomery (vencedor de Rommel) y Moshe Dayan (artífice de “La guerra de los seis días”) le advirtieron a EEUU sobre Vietnam. Pero más lúcido aún fue el dictador español Francisco Franco, quien le envió las siguientes líneas a Lyndon Johnson cuando éste le solicitó su respaldo bélico (tal como EEUU lo hizo con numerosas naciones):Mi querido Presidente Johnson: (…) Mi experiencia militar y política me permite apreciar las grandes dificultades de la empresa en que os veis empeñados: la guerra de guerrillas en la selva ofrece ventajas a los elementos indígenas subversivos, que con muy pocos efectivos pueden mantener en jaque a contingentes de tropas muy superiores; las más potentes armas pierden su eficacia ante la atomización de los objetivos; no existen puntos vitales que destruir para que la guerra termine; las comunicaciones se poseen en precario y su custodia exige cuantiosas fuerzas. Con las armas convencionales se hace muy difícil acabar con la subversión. La guerra en la jungla constituye una aventura sin límites (…) y aun suponiendo que pueda llegar a quebrantarse la fortaleza del Vietcong, subsistirá por mucho tiempo la acción larvada de las guerrillas, que impondrá la ocupación prolongada del país en que siempre seréis extranjeros (…).

Obviamente, entre ambos conflictos existen muchas diferencias. EEUU sufrió una colosal oposición (interna y externa) contra su guerra vietnamita, mientras que los talibanes jamás gozaron de la buena prensa occidental “progre” que tuvo Ho Chi Minh o el Vietcong. Nadie se manifestó nunca contra EEUU en Afganistán. La guerra yanqui en Vietnam nació del falso incidente del golfo de Tonkín mientras que la invasión a Afganistán fue una represalia real por las Torres Gemelas. Muertos del U.S. Army en Vietnam: 58 mil. En Afganistán: 2,500. Tropa recluta en Vietnam, tropa profesional en Afganistán. El ejército sudvietnamita aguantó un poco más que el afgano. El rival de EEUU en Vietnam fue un Estado constituido (Vietnam del Norte) mientras que en Afganistán no fueron más que bandas tribales de diversas etnias (pastunes, tayikos, hazaras, uzbecos, etc). El factor drogas fue importante en ambos conflictos, pero en Afganistán, primer productor mundial de heroína, fue clave para financiar a los talibanes.

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Siendo cínicos… ¿No era más lógico –y más barato- para la seguridad nacional del imperial EEUU invadir a unas cercanas Cuba comunista y Venezuela chavistas que mandar a sus Boys & Toys a los lejanísimos Vietnam y Afganistán?

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