- POR ALAN L. REDICK
- Columnista
La libertad de expresión política, religiosa y filosófica debe ser garantizada, pero hay que recordar que es el discurso disidente, el que molesta, el que debe ser defendido.
La ciencia ha tenido sus avances gracias al discurso disidente. El flujo del discurso “oficial” no siempre estuvo en lo correcto. La ciencia no hubiera podido avanzar sin un Galileo.
Cuando en 1854 un brote de cólera azotó Londres, el establishment y los académicos de entonces creían que se trataba de una peste transmitida por el aire. Fue John Snow, un humilde médico, el que descubrió que era una fuente de agua la causante, y gracias a la mente abierta del príncipe Albert se pudo contener la peste.
Casos como estos están repletos en la historia de la ciencia, que es una historia llena de errores rectificados. De hecho, desde un punto de vista epistemológico, para el filósofo Karl Popper, la ciencia debe ser probada por la teoría de la falsación.
El discurso disidente, el que molesta al establishment, debe ser protegido no solo porque es un derecho, sino porque beneficia tanto a la sociedad abierta como a la ciencia.
Vivimos nuevamente tiempos inquisitorios, donde se censuran voces que desentonan con la corriente oficial; se censuran posturas que cuestionan los nuevos dogmas presentados como ciencia.
A nosotros nos ha tocado vivir la censura nada menos que del presidente de EEUU, ya sea por la prensa como por las redes sociales. También somos testigos de una censura con relación al covid-19. Se han censurado a científicos y a médicos que cuestionaban la versión del establishment.
Personalmente no estoy en contra de las vacunas, ni tampoco muy a favor. Pero sí estoy en contra es de que sea obligatoria, y también estoy en contra del bullying y el acoso al que veo que últimamente muchos mayores de edad han sido sometidos, tanto por sus familias como por los medios de prensa.
Estoy en mis cuarenta y por lo menos yo me cuidaría mucho de decirle cómo vivir a quien ya haya pasado sus ochentas y aún esté lúcido. Ellos manejan la misma información y nos aventajan en la experiencia (después de todo, no por tontos han llegado a esa edad). Es verdad, ellos no han pasado una pandemia, pero nosotros tampoco.
Duncan Stephenson, teniente CEO del Royal Society Public Health del Reino Unido, sostiene que la vacuna contra el covid-19 no debe ser obligada. De hecho, las mejores campañas de vacunación se han dado en campañas voluntarias.
El discurso que no nos gusta debe ser protegido, tanto si se trata del columnista de InformatePy, Raúl Melamed, como del deslenguado EVP, o del agudo y preclaro “Pipó” Dios en “El repasador”.
Soy columnista de El Nacional ya desde hace un tiempo y hoy me sumo también al equipo de La Nación, con el compromiso de ser yo mismo y proteger el discurso, especialmente el que no me gusta.
Como ya viene siendo costumbre, el dinero que gano gracias a mis artículos será destinado a la educación de paraguayos, así quedo también como mi propio patrón.