La empresa Enginee­ring SA es uno de los proveedores favoritos del gobierno de Mario Abdo Benítez. Tanto es así que fue beneficiada con 65 licitacio­nes en lo que va de la actual administración del Ejecu­tivo. Esta enorme cantidad de contratos con el Estado paraguayo arroja una suma total de G. 271.170 millones, cerca de US$ 40 millones.

El representante de la firma, Juan Andrés Campos Cer­vera, hizo lobby en compañía de Jorge López Moreira, hermano de la primera dama, Silvana López Moreira, en el marco de la “pasarela de oro” que cons­truye con el MOPC. Así lo con­firmó José Kronawetter, jefe de la Dirección de Obras Públicas del ministerio y deja aún más expuesto al ministro Arnoldo Wiens, sobre quien pesa todo tipo de conjeturas por el alto costo de la pasarela.

“Recuerdo que lo vi dos veces con seguridad. La primera vez acompañando a Andrés Cam­pos Cervera, con quien tenía marcada una reunión por la pasarela (puente peatonal estilo ñandutí), y se presentó y luego se retiraron los dos, apa­rentemente estaban juntos”, expresó el arquitecto. Según Kronawetter, desconocía exac­tamente por qué acudieron juntos a su oficina del MOPC. Sin embargo, esto levanta aún más las sospechas de una fuerte relación entre la empresa y altas personalidades del Gobierno.

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Asimismo, cabe recalcar que no fue la única vez en la que el funcionario vio al hermano de la primera dama dentro del edificio del MOPC, ya que comentó que, en una segunda oportunidad, López Moreira fue solo a su oficina para con­sultarle algo que no recor­daba con exactitud. “Vino y me consultó desde la puerta sobre algo de medioambiente, dónde podía averiguar tal cosa. Me llamó la atención que tenía el antebrazo todo lastimado y me había comen­tado que se había caído de una motocicleta”, comentó.

Según el director de Obras, López Moreira solo estuvo como oyente de la primera reunión y ni siquiera abrió la boca mientras duró el encuen­tro a pesar de que confirmó que ambos estaban sentados uno al lado del otro dentro de su oficina. El hecho resulta lla­mativo debido a que se estaba tratando la construcción del puente peatonal que está sobre la avenida Ñu Guasu, la cual generó mucha polémica por su elevado costo de US$ 2 millones, teniendo en cuenta la pandemia actual.

Al respecto, Kronawetter dijo que el precio de la obra se encuentra dentro de los már­genes del mercado. “El proyecto original era mucho más simple con cabos de acero y tenía un costo de mantenimiento one­roso para el ministerio, enton­ces se decidió hacer algo con perfiles de acero y se le quiso dar algo nacionalista como un deta­lle”, dijo refiriéndose al diseño que pretende emular el encaje de ñandutí y que causó burlas en redes sociales debido a que no se parece en nada a eso y se pagó una fortuna.


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