Era la segunda vez que Lidia Meza visitaba al narcotraficante Marcelo “Piloto” Pinheiro en su lugar de reclusión, fue un sábado, poco después de las 13:00. Unas horas después era asesinada por su anfitrión, uno de los hombres más peligrosos encerrados en prisión en todo el país.

Carne de cañón en una evi­dente estrategia para evitar la extradición a Brasil del cri­minal abriendo una causa en Paraguay, la joven fue indu­dablemente contactada por alguien que, al elegirla, se con­vierte en cómplice del maca­bro plan. Jorge Prieto, abogado del narcotraficante, asegura que desconoce totalmente la vinculación de la joven de 18 años con el brasileño. “Las veces que yo lo visité a él, noso­tros nos limitamos exclusi­vamente a hablar de su pro­ceso y del avance del mismo”, expresa. Comenta que las visi­tas son abiertas como en cual­quier otro establecimiento penitenciario y que las perso­nas que ingresan pueden ser aceptadas o no por el recluso y que él nada tuvo que ver en el contacto.Fuentes del Ministe­rio Público sostienen que los investigadores siguen tam­bién esta línea con sus pes­quisas, pero que de momento se mantienen en reserva.

UNA HUMILDE FAMILIA

Ser mujer y ser pobre eran los condimentos que llevaron a Lidia a la muerte. La joven de origen rural buscaba oportu­nidades para una mejor vida para sus padres, quienes hace 10 años migraron de su natal General Resquín, departa­mento de San Pedro, hacia San Antonio, departamento Central.

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Ella era la menor de una gran familia compuesta por seis hijos. Antes de entablar “amis­tad” con Marcelo “Piloto”, ella viajó en reiteradas ocasio­nes a Argentina, donde están varios de sus hermanos. Ella dijo a sus padres que traba­jaba como cuidadora de una anciana de 90 años, que vivía en la zona del Mercado 4 desde hace un mes. Por ello salía cada domingo de tarde y regresaba los fines de semana a su casa, donde llenaba de mimos a sus progenitores, según informa­ron en C9N.

No obstante, las investigacio­nes apuntan a que la joven se dedicaría a la prostitución y, debido a la buena cantidad de dinero que le ofrecía “Piloto”, lo fue a visitar en dos ocasio­nes, la segunda fue la última, la de la sufrida muerte con 16 estocadas con un cuchillo sin filo, la que además revela un infame esquema que per­mite que una vida sea reba­jada hasta convertirse en un mero instrumento de una estrategia jurídica.

COMUNICADO DEL CSYPC

En la noche de ayer, el Consejo de Seguridad y Participación Ciudadana emitió un comuni­cado de prensa donde mani­fiesta cuanto sigue en rela­ción al asesinato de la joven Lidia Meza: “En relación con lo acontecido en la Agrupa­ción Especializada de la Policía Nacional del homicidio per­petrado cruel y atrozmente, expresamos en este primer punto nuestra vergüenza más grande que pueda existir por lo ocurrido en este lugar de máxima seguridad. Exigimos a las autoridades correspondien­tes de la Justicia paraguaya y al presidente de la República que el homicida de una para­guaya joven sea extraditado de manera urgente o expul­sado de nuestro país al suyo. Paraguay no necesita proteger a este tipo de estereotipo de delincuente y homicida”.

“Que quede en la memoria del ministro del Interior, Dr. Juan Ernesto Villamayor, y de sus viceministros actuales como la cúpula saliente como entrante corrupta, que cada gota de sangre derramada por esta mujer en sus manos lleven esa sangre como mancha de su complicidad y su inutilidad; tengan la ética de renunciar todos”, sentencia el comuni­cado en otra parte.

“Convocamos a la ciudada­nía a una manifestación frente al Ministerio del Interior a las 18:00, el martes 20 de noviembre del 2018 para exi­gir la renuncia del ministro del Interior y de sus viceministros, los cuales han decepcionado al pueblo paraguayo y llevan desde ayer sangre de una mujer joven paraguaya man­chando sus manos para toda la vida. Y la expulsión o extra­dición al Brasil del homicida”, finaliza el comunicado.

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