Más de un centenar de ciudadanos se manifestaron anoche frente a la residencia de la senadora Desirée Masi en reclamo a los hechos de corrupción en lo que se los vincula a la legisladora y a su marido, el ex ministro del Interior, Rafael Filizzola. Los casos eran especificados en carteles.
Rollos de papel higiénico y huevos fueron arrojados contra la vivienda, a pesar de que la misma se hallaba resguardada por policías. Según los propios dueños de casa, ellos no se encontrarían allí a la hora marcada para la movilización.
“Todos los políticos que se convirtieron en politiqueros y malutilizaron la plata pública tienen que renunciar de sus fueros y ser juzgados”, señaló César Méndez. En tanto, Vanesa Vázquez afirmó que Masi “también debería renunciar, no pasa por asumir un robo y devolver (caso planilleros en el TSJE), es tan corrupta como su esposo que debe responder por balas de oro, comisarías y helicópteros”.
Explicó que el objetivo del escrache es repudiar la hipocresía que existe actualmente con la indignación selectiva y demostrarle a la legisladora de oposición que ella no está exenta del repudio ciudadano. En algún momento hubo tensión en el lugar ante la presencia de un camarógrafo que trabaja con el partido de Masi y que grababa imágenes en una acción repudiada por los manifestantes, ante lo cual el hombre optó por retirarse.