• Por Josías Enciso Romero

Desde las siete anteme­ridiano del domingo 18 de diciembre pasado, las cadenas mediá­ticas siamesas de Natalia Zuccolillo, con su marca emblema Abc Color, y Anto­nio J. Vierci y su mimada Telefuturo, utilizaron el telescopio espacial Hubble para detectar algún indicio de fraude en las internas de la Asociación Nacional Repu­blicana (ANR). Aparte de un aislado moquete en una escuela de Coronel Martínez, departamento de Guairá, y un frasco de tinta que cayó en una urna (bolsa de plás­tico), en Luque, nada de nada. Es que los resultados fina­les a favor de los precandi­datos (hoy candidatos) del movimiento Honor Colo­rado fueron contundentes. Especialmente en cantidad de votos para un país pobla­cionalmente pequeño como el nuestro. No había nada que protestar. Para los demás comicios, porque también votaron otros partidos para elegir a sus representantes para las generales del 30 de abril del 2023, ni siquiera usaron una lupa escolar. En realidad, el Partido Colorado había centralizado la aten­ción, porque, además, se jugaba la presidencia de su Junta de Gobierno entre el ex presidente Horacio Cartes y el actual mandatario, Mario Abdo Benítez. Ahí la paliza justificó su nombre. A favor, obviamente, del primero de ellos. Como era de esperarse, los medios cómplices de este gobierno quisieron pinchar la sangre que se les amon­tonó en los ojos. Y aplicaron el abc del manual de los que no saben digerir sus derro­tas. Que los “escombros” de siempre, que el retorno de los “impresentables”. Por supuesto, los otros y verda­deros escombros e impresen­tables son sus “hijos de puta”, expresión que atribuyeron a un presidente de los Estados Unidos de América. Nada que objetar. Piaras de la misma zahúrda.

Pero donde están haciendo como Shakira (ciega, sorda y muda) es el “fraude des­comunal” que están denun­ciando respetados diri­gentes del Partido Liberal Radical Auténtico: el his­toriador Eduardo Naka­yama y aquel gran hombre a quien mi padre solía lla­mar maestro, por su integri­dad, su coraje y su talento, el doctor Tadeo Zarratea. En todos los partidos hay blan­cos, hay oscuros y algunos (o miles) de grises. Más allá del recurso metálico, estos dos representantes del PLRA supieron imponerse por una fuerte personalidad. Los “grandes” periodistas de estas cadenas dijeron abso­lutamente nada. No abrie­ron la boca, no chillaron ni patalearon. Ni siquiera hubo alguna vocecita disfrazada de iracundia como para tra­gar el micrófono. Silencio en la guardia. Sin novedad en el frente. La orden es clara y terminante: ya que per­dieron los candidatos (a la Junta de Gobierno) y los pre­candidatos (a la Presidencia de la República) del oficia­lista Fuerza Republicana, hay que respaldar a Efraín Alegre. Cualquiera, menos Santiago Peña.

EL FRAUDE PREVIO DE “EUFRADÍN”

Ahora que Eduardo Naka­yama presentó formalmente un pedido de nulidad de las elecciones del 18 de diciem­bre, los medios amigos del poder no tuvieron más remedio que publicarlo. De lo contrario, quedarían más rezagados que el Rey Momo en maratón de cinco kilóme­tros. El presidente del PLRA y candidato a presidente de la República por la Concer­tación Nacional, Efraín Ale­gre, tomó a sus correligiona­rios con la guardia baja. O los pantalones caídos. Antes de las elecciones internas simultáneas del pasado domingo 18 de diciembre, ya había firmado un pacto con algunos integrantes del frente opositor. Distribuyó y regaló espacios a gente sin voto. Partidos de membrete. O de maletín, le dicen algu­nos, haciendo alusión a las empresas ídem. Sin direc­torio, sin Tribunal Elec­toral Independiente y sin elecciones. El Partido Libe­ral Radical Auténtico cedió en la lista para la Cámara de Senadores 21 espacios a estos grupos sin ninguna representatividad. Así se irán mezclando los chovy que sudaron por cada voto con Rafael Filizzola, del familiar Partido Progre­sista Democrático (PPD), “dedocráticamente” desig­nado por su esposa Desirée Masi, más conocida como la dama consorte del poder. Del poder de ahora. Luego viene Hugo López (85 votos), un colorado renegado que ahora milita en el Par­tido Demócrata Cristiano (PDC). El intachable profe­sor Luis Alfonso Resck no estará teniendo paz en su tumba. El representante del movimiento Frente Amplio la Patria hizo estallar las urnas: 142 votos.

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Los demás integrantes de la Concertación decidieron ranchearse aparte: el Par­tido Encuentro Nacional (PEN) y el Frente Guasu - Ñemongeta. Pero hagamos como Perogrullo: volvamos al principio. El fraude que se habría cometido dentro del propio PLRA cobra cada vez mayor fuerza. Y es tan fuerte como la amenaza de “brazos caídos”, “fugas de votos” y el pedido de impug­nación total de dichos comi­cios, tal como ya ocurrió. Efraín Alegre es un hombre que confunde la verdad con hablar y actuar sin pensar. Ninguno de los que ingresa­ron como cuñas para la lista al Senado del radicalismo auténtico tiene capacidad de arrastrar votos. Que es fun­damental para ganar elec­ciones. ¿Cuál, por ejemplo, podría ser el aporte de Gui­llermo Ferreiro, del Partido Revolucionario Febrerista (PRF), “electo” como can­didato a diputado por capi­tal, con apenas 53 votos? No, no está leyendo mal. Es la radiografía de esta polenta electoral que tiene al “chef” Alegre como cabeza visible de su tercera derrota al hilo.

Los demás medios ni se enteraron de las anterio­res denuncias que publi­camos en nuestras pági­nas. Es que el cuaderno de campaña tiene el camino bien marcado. Y para los que son medio lerdos les hicieron une con flecha. Efraín Alegre es el candi­dato de Natalia y Antonio. De nuestra parte, no les pedimos mucho, solo que lo asuman. Mientras, el fraude continúa hirviendo en la olla del PLRA. Su ebu­llición puede quemar a más de uno. Incluyendo a algu­nos colegas que han per­dido la voz. Y les tiemblan los dedos a la hora de escri­bir. Es que, según la frase atribuida a Helio Vera: “El vil metal nunca huela mal”.

Ninguno de los que ingresaron como cuñas para la lista al Senado del radicalismo auténtico tiene capacidad de arrastrar votos. Que es fundamental para ganar elecciones.

Distribuyó y regaló espacios a gente sin voto. Partidos de membrete. O de maletín, le dicen algunos, haciendo alusión a las empresas ídem. Sin directorio, sin Tribunal Electoral Independiente y sin elecciones.

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