Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Este domingo 4 de mayo se conmemora una de las fechas que ha quedado marcada a fuego en la historia paraguaya: el inicio del gobierno autoritario más prolongado de todo el periodo independiente de la República del Paraguay.
El 4 de mayo de 1954 se llevó a cabo un operativo militar relámpago, encabezado por el joven general de artillería Alfredo Stroessner, quien entonces ejercía el cargo de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, nombrado por el entonces jefe de Estado, Federico Chaves.
Chavez fue derrocado por el golpe militar y en su lugar asumió Tomás Romero Pereira, quien luego entregó el poder a Stroessner.
Para conocer el trasfondo de este capítulo histórico, La Nación/Nación Media recurrió al historiador Fabián Chamorro y al analista colorado José Ocampos, quienes brindaron su visión de lo ocurrido.
Ambos coincidieron en que con este golpe de Estado se remató una sucesión de hechos desencadenados tras la guerra civil de 1947, que devolvió al poder al Partido Colorado; pero en medio de un ambiente sumamente convulsionado por la inestabilidad política.
En el corto periodo de 6 años (1948 a 1954) se sucedieron 5 gobiernos colorados, que fueron cambiando por constantes golpes de Estado, durando menos de un año en el poder.
Salvo el gobierno de Federico Chaves, que alcanzó casi 5 años en el poder (del 11 de septiembre de 1949 al 4 de mayo de 1954), primero como presidente provisorio y luego como presidente constitucional (a partir del 15 de agosto de 1953).
Fabián Chamorro destacó que Chaves logró mayor estabilidad en su gobierno gracias a que tenía mayor ascendencia en el Partido Colorado. Indicó además que su principal contrincante, que era Natalicio González, prácticamente estaba exiliado.
“Este marco de inestabilidad política en el país coincidió con la situación geopolítica, se ingresó en el clima de la Guerra Fría, que se dio luego de la finalización de la II Guerra Mundial. El mundo prácticamente se dividió en dos; los que estaban influenciados por la Unión Soviética, el bloque comunista, y los que estaban influenciado por Occidente”, comentó José Ocampos.
Mencionó que en medio de este escenario se dieron varios intentos guerrilleros que tenían como objetivo estallar una nueva revolución social, teniendo en cuenta las condiciones sociales en Paraguay con los Mensú.
“Estados Unidos estaba buscando gobiernos más fuertes, especialmente ante el peligro de que el comunismo pudiera instalarse en la región. Este es un factor importante a evaluar en el periodo de Chávez”, acotó Chamorro por su parte.
Descontento en la ANR
Los historiadores señalaron que el golpe de Estado se dio porque ya había un descontento dentro del partido de gobierno, la Asociación Nacional Republicana.
“Desde 1947 en adelante, el Partido Colorado se había convertido en un cuerpo elector. Es decir, la Junta de Gobierno decidía quién era el presidente y prácticamente se decidía entre sus miembros, no es que habían elecciones populares. En medio de esto, la figura política de Chaves comenzó a deteriorarse, sumado a la situación económica complicada y a los militares que pedían cada vez más espacio de poder”, comentó Chamorro.
Tanto Chamorro como Ocampos coincidieron en que en esta coyuntura surgió la figura del joven general Stroessner, que no solo tenía un fuerte poder en las fuerzas militares, sino que además contó con el apoyo de Estados Unidos.
“Los sectores más conservadores del Partido Colorado, sobre todo de Natalicio González y del Guion Rojo, tuvieron fe en depositar la confianza en el general más joven, que fue excombatiente de la Guerra del Chaco, condecorado y gozaba de un prestigio enorme. El Gobierno norteamericano también entendió que el único que podría repeler el avance del comunismo en el país y que merecía su apoyo era este joven militar paraguayo”, acotó Ocampos.
La victoria de la Revolución cubana con Fidel Castro y del “Ché” Guevara motivaron a que se expanda el comunismo en Latinoamérica, con “Sendero Luminoso” en Perú, y otros movimientos guerrilleros en Argentina, Uruguay y toda América.
La noche del golpe
A las 20:00 aproximadamente, un grupo comando del histórico Batallón 40 de las Fuerzas Armadas paraguayas atacó el Cuartel de la Policía, en Asunción.
En el cruce del tiroteo intenso que se dio, hirieron de muerte al joven y brillante dirigente colorado Roberto L. Petit, entre varios otros jefes y oficiales asesinados durante el ataque, marcando el derrocamiento de Chaves.
El periodista e historiador Bernardo Neri Fariña narra en su libro “El golpe del 4 de mayo de 1954″ que el todavía presidente Federico Chaves buscó refugio en el Colegio Militar (actual sede del Congreso Nacional) y solicitó apoyo a su director, el general Marcial Samaniego; sin embargo, éste ya respondía a su camarada y amigo, el general Stroessner, e inmediatamente lo puso bajo arresto.
De acuerdo al relato de Fariña, cuando el mandatario quiso hacer prevalecer ante Samaniego su condición natural de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cargo que previamente ya había delegado en el general Stroessner, el entonces capitán de Infantería, Isaías Barreto, le respondió a Chaves: “Su excelencia, usted está preso”.
Gobierno provisorio
Al día siguiente, la Junta de Gobierno de la ANR instaló una sesión oficial en la que exigió a Federico Chaves presentar su renuncia a la presidencia de la República.
En esta misma sesión se resolvió designar al general Alfredo Stroessner como candidato del partido para el periodo constitucional restante (1953-1958), estableciendo como fecha de los comicios el 11 de agosto de ese año y el 15 de agosto como fecha para que asuma el cargo.
Se resolvió también designar como presidente provisional del Paraguay al arquitecto Tomás Romero Pereira, quien debía hacer la convocatoria a elecciones y luego entregar el cargo a Stroessner.
Es así que el joven militar victorioso del golpe de Estado se convertiría luego en presidente constitucional, de quien no se esperaba que durara en el mando, como recordó el historiador Chamorro; sin embargo, logró perdurar imponiendo una dictadura militar por 35 largos años.
“Justamente, los norteamericanos le brindaron todo su apoyo, porque pensaban que era una figura que no buscaría perpetuarse en el poder. Este pensamiento falló, porque Stroessner se mantuvo en el poder prácticamente inamovible”, concluyó Chamorro.