La economista y exdirectora financiera de la Itaipú Binacional, Gladys Benegas, habló en “Fuego Cruzado”, programa emitido por GEN/Nación Media, sobre el aumento del salario mínimo aprobado, el cual se percibirá ahora en G. 2.798.309, pero beneficiando solo a algunos sectores y no de manera universal.
“En nuestro país, el salario mínimo es techo y no piso, hay muchos que no cobran ni el mínimo. A un sector le viene bien el aumento y el resto no cuenta con ese aumento, pero tiene que sufrir las consecuencias del mismo”, sentenció.
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Remarcó además que el país no puede estar con un sector permaneciendo bajo el salario mínimo, otro que ni siquiera puede acceder al mismo y uno muy reducido con ingresos de seis a siete millones de manera mínima en el sector público, esto sin mencionar la falta de política salarial real.
“Vamos también a través de un sistema en el cual insistimos al que menos puede y no al que puede. Además, tenemos servicios caros, como el sistema de transporte y salud, los cuales no tienen comprobante; por eso decimos también que del PIB no recoge todo lo que debe ser”, indicó.
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Condimentos contraproducentes
“Paraguay nunca tuvo un sector industrial robusto que pueda absorber la mano de obra que venía del campo a la ciudad”, señaló Benegas, manifestando que la desproporcionalidad en los ingresos entre los paraguayos también se debe a esa falta de industrialización real a nivel nacional.
Indicó que las únicas mayores fuentes de empleos fueron la Itaipú Binacional y la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Fuera de esto, la mano de obra decidió emigrar, como aún se mantiene a nivel país, mientras que las fuentes de ingreso se observan casi de manera única en el sector público.
“Entonces, es solo un sector el asalariado y al seguir sin un sector laboral industrializado, tampoco hay fuentes de trabajo estables. La agricultura familiar campesina también está completamente en crisis por la falta de recursos y porque no industrializamos nuestros productos”, lamentó.
Manifestó además la economista que las soluciones integrales y definitivas, así como la posibilidad de vislumbrar políticas salariales que respondan a la realidad y la necesidad de la población, deben ir de la mano con acciones concretas y no como parches a las exigencias.