Rastrillaje sin resultados en búsqueda de Edelio Morínigo en cerro Guaraní
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Agentes de la Fiscalía, Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y el Departamento de Antisecuestro de la Policía Nacional realizaron un rastrillaje en la zona del cerro Guaraní, entre las estancias Santa Adelia y Guaraní, en el departamento de Concepción, en búsqueda de los restos del suboficial Edelio Morínigo, secuestrado en 2014 por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). El operativo nuevamente no tuvo los resultados que se esperaban.
El fiscal Pablo Zárate encabezó la comitiva de búsqueda con los miembros de seguridad y familiares del suboficial, principalmente la madre de Edelio, Obdulia Florenciano, según reportó el corresponsal de Nación Media, Ángel Flecha. El agente fiscal informó que durante el rastrillaje no se encontraron indicios del paradero de Edelio Morínigo.
“Hemos realizado un allanamiento en el lugar denominado cerro Guaraní y alrededores, predio de la estancia denominada Guaraní, lindante con la estancia Santa Edelia, en la búsqueda del secuestrado y en cautiverio, Edelio Morínigo. Dicha tarea nos fue encomendada conforme al mandamiento del allanamiento firmado por el juez Gustavo Amarilla de la capital. La labor realizamos como Ministerio Público con el acompañamiento de la Fuerza de Tarea Conjunta, Policía Antisecuestro y también como siempre con los familiares”, informó el agente fiscal.
El fiscal Zárate, sin embargo, lamentó que durante este operativo no se haya podido obtener ningún indicio que puedan indicar que los restos de Edelio se encontraban en ese lugar. “Hemos realizado la búsqueda en varios lugares de los puntos que nos fueron asignados en el mandamiento (del allanamiento), pero lastimosamente sin tener resultados positivos del hallazgo de algún tipo de evidencia que nos pueda llevar a conducir para conocer el paradero del suboficial Edelio Morínigo”, indicó.
Contó además que la comitiva trabajó en un radio de aproximadamente 6 y 7 kilómetros, donde en varios puntos se realizaron excavaciones. Agregó que esta acción fue realizada a raíz de informaciones que recibió la familia del suboficial secuestrado, y luego de un análisis de la situación se resolvió incursionar en la zona.
“La información fue proveída a la familia de Edelio Morínigo, dicha información fue analizada por el personal de antisecuestro y analistas de la Fuerza de Tarea Conjunta y al encontrarse la posibilidad de algún tipo de hallazgo es que se solicitó la orden de allanamiento y nos constituimos el día de la fecha para ese menester”, explicó.
El fiscal señaló que la madre de Edelio, la señora Obdulia recibió informaciones de a poco y que estas informaciones siempre coinciden en ciertas características, pero difieren en los lugares, por lo que están realizando búsquedas en distintos lugares, pero dentro de una zona de influencia del grupo criminal. Finalmente, Zárate dijo: “En el día de la fecha realizamos como 10 excavaciones personalmente y, lo que me ha tocado, llevo realizando cuatro búsquedas”.
Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Foto: Archivo
A 20 años del secuestro y muerte de Cecilia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay.
El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella? ¿por qué le hicieron esto? ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana, Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los cuatro meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla.
“Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
Cecilia Cubas, secuestrada y asesinada por el EPP. Foto: Archivo
Terminó la esperanza
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató.
Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
Once personas fueron condenadas por el secuestro y muerte de Cecilia. Foto: Archivo
Primera víctima fatal del EPP
Cecilia Cubas es la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país.
“Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN.
“Era una luz”
Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y muy inocente, que nunca veía malicia en las demás personas. Explicó que Cecilia pensaba que todas las personas eran como ella, buenas, jamás hubiera imaginado que unos criminales iban a acabar con su vida.
“Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona súper sensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
Cecilia falleció en diciembre del 2004. Foto: Archivo
“La Justicia hizo su parte”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
“En el caso de Cecilia todos los detenidos ya fueron juzgados y están cumpliendo su pena o siguen siendo juzgados. Podemos decir que la Justicia hizo su parte, pero nos queda mucho por delante y aún quedan muchos prófugos. Nuestra batalla está lejos de terminar, pero claramente tengo que decir que nos gustaría que el EPP desapareciese”, acotó Silvia.
En la familia no pierden la esperanza y creen que hay instituciones que se están formando correctamente y que están trabajando bien. “En algún momento va a dar resultado visible todo el trabajo que se está haciendo. Hay que tener en cuenta también que muchas veces para que se llegue a algo con un grupo como el EPP hay mucho trabajo por detrás y no es un simple golpe de suerte para que sucedan las cosas”, manifestó.
Justicia por los secuestrados
Silvia pidió justicia para las familias de los que están secuestrados, con quienes mantienen un contacto muy estrecho, porque es una situación que no se puede dejar pasar. “No tenemos que olvidar que hay todavía personas desaparecidas, cuyas familias aún siguen esperando noticias de ellos, esto no toca mucho. Tenemos que unirnos para luchar de manera correcta no solo por un futuro, sino por un presente mejor para cada uno de los compatriotas”, apuntó.
Instó a la población a luchar contra este grupo criminal, a no apañar estos crímenes. “Acá la lucha debería ser siempre de los buenos contra los malos. Todo lo que ellos predican de que han luchado por los más necesitados son mentiras, porque han secuestrado y asesinado a miembros de la sociedad paraguaya sin distinción de ningún tipo”, concluyó.
La “casa del terror”, el lugar donde encontraron el cuerpo de Cecilia Cubas. Foto: Archivo
Datos clave
El cuerpo sin vida de la joven fue hallado 5 meses después, en febrero de 2005, en una fosa cavada en una vivienda ubicada en Ñemby.
Su familia pagó 300.000 dólares por su liberación, a mediados de noviembre de 2004.
Osmar Martínez y Anastasio Mieres Burgos fueron condenados a 25 años de prisión y 10 años de seguridad por el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas; luego de afirmarse que cometieron los delitos de homicidio doloso, privación de libertad, secuestro, extorsión, extorsión agravada y asociación criminal.
Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos
karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
El joven que estaba con paradero desconocido ya está con su familia, reportan
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Ariel Federico Arriola Rubira, de 23 años de edad, del barrio Ytororó de la ciudad de Ypané, que estaba con paradero desconocido ya se encuentra con su familia con vida, según reportaron en un comunicado.
Sus familiares habían pedido la colaboración de la ciudadanía para ubicarle a Ariel, que había salido de su casa ayer jueves a la mañana, supuestamente con destino a su lugar de trabajo. Sin embargo, a la noche del jueves, un compañero de trabajo llegó a la casa preguntando por el joven para saber los motivos por los que no habría ido a trabajar.
En el comunicado, la familia agradeció a los medios de comunicación por el apoyo brindado para la difusión del caso que llamó la atención de los vecinos del barrio donde vive el joven que misteriosamente desapareció.
Los familiares no aclararon los pormenores del motivo que había generado la actitud del joven, más aún cuando el mismo habría dejado algunos escritos de despedida en unas hojas de papel.
Esa situación hizo que la familia haya recurrido a la comisaría de Ytororó para efectuar la denuncia correspondiente, lo que posteriormente comenzó la búsqueda en la zona y alrededores por parte de efectivos policiales.
Ariel Federico Arriola Rubira 23 años, fue visto por última vez ayer por la mañana saliendo de su casa con destino a su lugar de trabajo. Foto: Gentileza
Ariel Federico Arriola Rubira, de 23 años de edad, fue reportado como desaparecido por sus familiares, quienes aguardan cualquier tipo de información con la que puedan dar con su paradero. Las personas que lo hayan visto pueden contactar al 0984 966718 o a la comisaría de Ytororó.
El joven fue visto por última vez por la mañana de ayer jueves saliendo de su casa, supuestamente con destino a su lugar de trabajo, aproximadamente a las 10:15 horas, pero ya en horas de la noche llegó un compañero de trabajo preguntando por el joven y por qué no habría ido a trabajar.
Ante esta noticia, su madre extrañada ingresó a su habitación, la cual permaneció cerrada durante todo el día, y se percató que el joven habría dejado algunas hojas de despedida, por lo que temen que el joven quiera tomar alguna determinación drástica. La familia de Ariel Arriola presentó la denuncia por su desaparición ante la comisaría de Ytororó y las autoridades iniciaron la búsqueda por la zona.
El actuar del joven no tendría precedentes y aparentemente no tenía problemas con ningún familiar, ya que en la mañana de su desaparición todo se desarrolló con completa normalidad. Su madre como su hermana ruegan por su regreso al hogar sano y salvo y poder así hacer frente a cualquier problema unidos.