El sermón político de la diputada Celeste Amarilla contra el chaleco de la reina Letizia de España durante su paso por Paraguay traspasó fronteras. Las descalificaciones expresadas le valieron para ser nominada como la política de la semana para La Nación.

La legisladora quedó en el tiempo con su antigua visión de la monarquía, teniendo en cuenta el atuendo que respondía al trabajo de cooperación que se tiene con España. La reina Letizia trajo consigo una camisa blanca, pantalones de color verde oscuro, botas y el chaleco rojo de la cooperación española. Esta elección para la diputada representaba una falta de respeto a la República del Paraguay.

Por eso, durante la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados no ocultó su disgusto para recriminar y menospreciar a la representante de la monarquía española. “Hoy viene a mirar la pobreza de Paraguay para ver qué limosnas más tirarnos, no le hubiera recibido la señora Sil­vana”, fueron las palabras de la diputada del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).

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“Que no crea esta periodista devenida reina que nos morimos por su saludo, quizás necesitemos su dinero, pero, señora Letizia, merecíamos uno de los vestidi­tos que usted tiene en su clo­set, no el chaleco que usaban su guardia y su secretaria”, manifestó la diputada.

Este discurso contra la vestimenta también fue cuestionado por los medios internacionales, que desprestigiaron a la parlamentaria. Los programas periodísticos se enfocaron en el chaleco de cooperante y lamentaron que se desconozca el significado que conlleva usarlo en estas visitas.

También tuvo su disputa con la empresa paraguaya encargada de fabricar el uniforme, Fabricato, que lamentó el desprestigio que se le dio a la prenda que había sido fabricada por la industria nacional.

Estas declaraciones también trajeron consigo un pedido de pérdida de investidura como repercusión política. Para el diputado colorado Basilio “Bachi” Núñez, “una persona con estas condiciones no puede estar legislando en este país, poniéndonos como una vergüenza mundial”.

El legislador presentó un pedido de pérdida de investidura contra la diputada liberal; recordó que su colega del PLRA ya agredió desde el primer funcionario al último diputado, a maestras, periodistas, la reina de España, así como a sus guardias y secretarios, solo por utilizar el chaleco, y la burla que hizo hacia niños.

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