Las hijas del estanciero Félix Urbieta, una de las víctimas de secuestro del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), cuestionaron la selectividad de organizaciones de derechos humanos de Argentina y Paraguay que investigan el fallecimiento de dos niñas en un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad de Paraguay con el grupo criminal.

Reconocen el dolor de las familias de las pequeñas, pero critican duramente a las organizaciones por nunca haberse interiorizado en la situación de los secuestrados, quienes también gozan de derechos humanos.

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“En los últimos días recibimos la noticia de que organizaciones argentinas de derechos humanos, apoyados por grupos afines de Paraguay, están realizando campañas mediáticas y verificaciones in-situ sobre la desaparición de una menor y el fallecimiento de dos niñas en el enfrentamiento. No estamos ajenos al dolor de la familia, que perdió a tres integrantes que se encontraban formando parte del EPP, y por más que dijeran que las niñas nada más visitaban a sus tíos en los campamentos, los mayores que las llevaron y permitieron su estadía sabían a qué se enfrentaban y el peligro que corrían. Nosotros, como madres y padres de familia, jamás permitiríamos que nuestros hijos vayan siquiera a un barrio peligroso de cualquier ciudad del mundo si eso representa un riesgo contra su integridad física o, peor aún, su vida”, explicaron los familiares a través de una conferencia de prensa.

Repudian cómo un grupo pseudo humanista busca tapar el sol con un dedo, mientras la realidad está a la vista y más entre los familiares de los secuestrados que tanto sufrimiento llevan encima. Denuncian que utilizan la desinformación para agitar los ánimos, buscando siempre favorecer las acciones de los terroristas y evitar la presión del Estado sobre estos grupos.

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“Nunca ningún gremio de abogados u organizaciones de DDHH nos llamaron a preguntarnos cómo estábamos. Nunca se interesaron en nuestro padre, en el suboficial Edelio, ni en Óscar Denis, y mucho menos preguntaron por aquellos que murieron ejecutados cobardemente por estos criminales. Nunca buscaron a las viudas, a los que quedaron huérfanos por culpa del EPP, a los que fueron destrozados por las bombas de estos cobardes”, se agrega en el manifiesto.

Sin embargo, según señalan los familiares, estos grupos siempre pidieron libertad para Carmen Villalba, Alcides Oviedo, como “presos políticos”, y no pidieron libertad para los secuestrados ni justicia para los asesinados. Por último, se advierte que no pararán hasta encontrar a Félix Urbieta. “Hasta que el EPP al menos libere su cuerpo o deje libre su alma”, expresa.


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