El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) invertirá un total de USD 2.367.123 para la formación de investigadores a través de siete posgrados nacionales. Los interesados en acceder a las becas podrán postularse hasta el 15 de octubre de 2023 por el Sistema de Postulación de Instrumento (SPI). Cabe resaltar que los cupos para las maestrías son de 15 becas y para cada doctorado son 10 becas. El programa se orienta a la formación de investigadores en posgrados nacionales, por lo que requiere una dedicación horaria semanal exclusiva de lunes a viernes de al menos cuarenta horas presenciales para las actividades de docencia, investigación y extensión. Los interesados en obtener mayor información sobre las becas pueden contactar al correo becasnacionales@conacyt.gov.py.
Los doctorados son para Ciencias Biomoleculares de la Facultad de Ciencias Químicas de la (FCQ-UNA); Ingeniería Electrónica con Énfasis en Electrónica de Potencia, de la Facultad de Ingeniería de la UNA; Ciencias Biomédicas, del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (IICS-UNA); Ciencias Farmacéuticas de la FCQ-UNA; maestría en Ingeniería Electrónica con Énfasis en Energías Renovables y Eficiencia Energética, de la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA); maestría y doctorado en Ciencias de la Computación, de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (FP-UNA).
LAS BECAS ESTÁN DIVIDIDAS EN DOS TIPOS
Becas académicas: incluyen matrícula, cuotas, desarrollo de tesis, costos de trámite de título, entre otros. Becas completas: beca académica y manutención (maestría: G. 4.000.000 por mes / doctorado: G. 6.000.000 por mes).
Estas becas son financiadas por el Conacyt a través del Programa Prociencia con apoyo del FEEI. Todos los detalles de cada una de las convocatorias a los posgrados se encuentran disponibles en la página web del Conacyt (www.conacyt.gov.py/convocatorias).
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China trajo primeras muestras de la cara oculta de la Luna
Tras 53 días de misión, la sonda china Chang’e-6 regresó este martes a la Tierra con las primeras muestras de la historia de la cara oculta de la Luna, un logro que permitirá conocer mejor la historia del satélite. La misión, marcada por una gran complejidad técnica, en particular en cuestiones de comunicación, es una de las más ambiciosas jamás ejecutadas por China en el espacio.
“A las 14:07 (6:07 GMT), el módulo de regreso Chang’e-6 aterrizó” en una zona desértica de la región de Mongolia interior, en el norte de China, y “todo funciona con normalidad”, indicó en un comunicado la agencia espacial china CNSA. “Esto marca el éxito completo de la misión”, y es sobre todo “el primer regreso a la Tierra de muestras de la cara oculta de la Luna”, se felicitó la agencia.
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Dos métodos de recolección
La cápsula bajó lentamente gracias a un paracaídas rojo y blanco, antes de tocar tierra suavemente junto a una bandera china plantada a su costado, según imágenes difundidas por la televisión estatal CCTV. La cara oculta de la Luna es una zona poco explorada, y es conocida con esta fórmula porque es invisible desde la Tierra.
Tiene la particularidad de que sus cráteres no están tan cubiertos por antiguos flujos de lava como los de la cara más cercana a nuestro planeta. La tierra y las rocas extraídas por la sonda Chang’e-6 son muy prometedoras para la investigación, ya que permitirán saber más sobre la formación y la historia de este satélite de la Tierra.
La sonda fue propulsada el 3 de mayo al espacio desde el centro de lanzamiento de Wenchang, en la provincia sureña de Hainan. Alrededor de un mes más tarde se posó en la cuenca del Polo Sur-Aitken, uno de los mayores cráteres de impacto conocidos del sistema solar, situado en la cara oculta de la Luna.
El 4 de junio la sonda despegó con éxito de la Luna con las muestras tomadas. El dispositivo empleó dos métodos de recolección: un taladro para extraer muestras bajo la superficie y un brazo robótico para tomar más material, esta vez sobre la superficie. Igualmente tomó fotografías de la superficie lunar y plantó una bandera china, roja y amarilla, en el suelo gris de la cara oculta del satélite.
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Rivalidad con EE. UU.
China ha desarrollado considerablemente sus programas espaciales desde hace unas tres décadas, inyectando miles de millones de dólares en el sector para alcanzar a Estados Unidos, Rusia y Europa. El país asiático colocó en 2019 un aparato en la cara oculta de la Luna, en lo que fue entonces una primicia mundial. En 2020 trajo muestras de la cara visible de la Luna y completó su sistema Beidou de navegación satelital.
En 2021, el gigante asiático hizo llegar igualmente un pequeño robot a Marte. China espera lanzar su primera misión tripulada a la Luna de aquí a 2030, y prevé construir una base lunar. Estados Unidos está enfrascado en una rivalidad abierta con China en materia de programas lunares. Washington prevé enviar astronautas a la Luna de aquí a 2026 con su misión Artemis 3.
Fuente: AFP.
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Exponen artículos en conferencia internacional
El Dr. Jorge Rodas, categorizado en el Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y docente investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica y Mecatrónica (DIEM) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (FIUNA), realizó la presentación de dos trabajos científicos en la prestigiosa Conferencia y Exposición sobre Electrificación del Transporte IEEE (ITEC) 2024.
Este evento, organizado por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), es uno de los más relevantes en su campo y se llevó a cabo del 19 al 21 de junio en el Centro de Convenciones Donald E. Stephens en Rosemont, Illinois, EE.UU.
La conferencia reunió a profesionales, estudiantes, investigadores e ingenieros de todo el mundo, fomentando conexiones cruciales entre la industria y el ámbito académico. En este contexto, el Dr. Rodas presentó dos investigaciones innovadoras que se centran en el control avanzado de máquinas de inducción de seis fases, una tecnología clave para los vehículos eléctricos.
TRABAJOS PRESENTADOS
“Control predictivo de par basado en vectores virtuales para máquinas de inducción de seis fases”. Este estudio propone un nuevo enfoque utilizando el Control Predictivo de Par con Vectores Virtuales (PTC-VV). Las simulaciones demuestran que este método mejora la regulación del par y el flujo, reduce las corrientes indeseadas y aumenta la eficacia del sistema.
Coautores: Osvaldo González, Jesús Doval-Gandoy, Magno Ayala, Paola Maidana, Christian Medina, Carlos Romero, Larizza Delorme, Ricardo Maciel y Raúl Gregor.
“Control secuencial predictivo de par con vectores virtuales aplicado a máquinas de inducción de seis fases” presenta un método de control predictivo secuencial que simplifica el control multivariable y minimiza las pérdidas en el entrehierro de la máquina. Las simulaciones validan que esta nueva estructura de control mejora significativamente el rendimiento y la eficiencia del sistema.
Coautores: Paola Maidana, Christian Medina, Osvaldo González, Magno Ayala, Larizza Delorme, Raúl Gregor y Carlos Romero.
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Crearon un “arroz carnoso” en Corea
En un laboratorio de Seúl, un equipo de científicos surcoreanos inyecta células cultivadas de carne vacuna a granos individuales de arroz con la esperanza de revolucionar la forma en que el mundo se alimenta. El líder del equipo, Hong Jin-Kee, cree que el llamado “arroz carnoso” puede convertirse en una forma ecológica y ética para que la gente obtenga sus proteínas, ayudando a prevenir hambrunas o alimentar a los astronautas en el espacio.
Ningún animal sufrió con este experimento dice Hong Jin-Kee, mostrando un bol lleno de arroz, de un color rosado y con un leve aroma de mantequilla, cultivado con músculos y grasa vacuna. Utilizando carne cultivada “podemos obtener proteína animal sin matar ganado”, dijo a la AFP Hong, de la Universidad Yonsei de Seúl.
Empresas de todo el mundo han buscado comercializar alternativas a la carne, como la carne de origen vegetal o cultivada, debido a los cuestionamientos éticos a la cría industrial de ganado y las preocupaciones por las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la ganadería. Hong escogió el arroz para su investigación debido a que es la principal fuente de proteína para la población asiática.
Pero el proceso puede ser demorado: un grano normal de arroz es cubierto con gelatina de pescado para ayudar con la adherencia, luego se le inyecta individualmente con células de res antes de ser cultivado en una placa de petri por hasta 11 días. El arroz tiene una “estructura ligeramente porosa”, dijo Hong, y una vez que se le inyectan las células de res, el grano presenta “una estructura ideal para que las células crezcan uniformemente de adentro hacia afuera”.
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Huella de carbono
El arroz “carnudo” de Hong contiene 8 % más proteína y 7 % más grasa que el arroz normal. Hong y su equipo buscan llevar el proceso a gran escala y esperan que su creación sea aprobada para uso en situaciones de emergencia alimentaria en dos países africanos. “Para quienes están limitados a (...) solo una comida diaria, un pequeño aumento (de proteína) se vuelve increíblemente importante”, aseguró el científico.
Corea del Sur no ha aprobado ninguna carne cultivada para consumo, pero en 2022 anunció planes para destinar millones de dólares a un fondo de “tecnología alimentaria”, al tiempo que identificó a la carne cultivada como un área prioritaria de investigación.
La carne cultivada se vende en Estados Unidos y Singapur, pero Italia la prohibió el año pasado para resguardar a su industria ganadera. Algunos académicos citan posibles preocupaciones éticas con la carne cultivada por el origen de las células animales.
Es difícil tener “certeza sobre la seguridad del suero empleado en el cultivo, y los antibióticos y hormonas empleados en el proceso de cultivo”, advirtió Choi Yoon-jae, exprofesor emérito de la Universidad Nacional de Seúl, en un artículo en la página web Chuksan News.
Según el equipo de Hong, su método de arroz híbrido reduce significativamente la huella de carbono al eliminar la necesidad de criar animales. Por cada 100 gramos de proteína producida, libera 6,27 kilos de dióxido de carbono, ocho veces menos que la producción tradicional de carne, calcula el experto.
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¿Por qué comerlo?
La carne cultivada ha sido “presentada como una solución climática comparada con la ganadería tradicional”, señaló Neil Stephens, profesor de tecnología y sociedad de la Universidad de Birmingham. Pero el sector enfrenta desafíos como la necesidad de “producir a escala y bajo costo con bajo consumo de energía y suministros amigables con el ambiente”, comentó a AFP.
“El arroz ‘carnudo’ tiene una ventaja sobre otros productos de carne cultivada” por ser un híbrido que “mezcla células animales con material de planta, el arroz, lo cual lo hace más barato y menos intensivo en energía”, explicó Stephens. Sin embargo, “aún tiene que probar sus credenciales ambientales a escala y convencer a la gente de comerlo. Ambos podrían resultar difícil”.
La consultora AT Kearney vaticinó que para 2040 solo 40 % del consumo mundial de carne vendrá de fuentes convencionales, y toda la industria se verá trastornada. Productos como leche, claras de huevo, gelatina y pescado serán creados con tecnologías similares”, indicó en un informe de 2019.
Hong está convencido de que la biotecnología puede mejorar la forma en que los humanos se alimentan. Mencionó que una persona mayor con sarcopenia (pérdida muscular) podrá comer carne producida en laboratorio solo con células de músculo, no de grasa, para ayudarle con su condición específica.
Indicó que el mundo está a las puertas de una era en la que “hay más información biológica disponible, y necesitamos controlar meticulosamente nuestra comida”. Por ejemplo, dijo, una cocina futurista con inteligencia artificial podrá evaluar la salud de una persona por análisis de sangre e instruir a un robot que prepare el desayuno más saludable posible.
Fuente: AFP.
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Exploran cultivos con técnicas nucleares
En una misión de colaboración internacional, el Dr. Héctor David Nakayama y el Ing. Agr. Antonio Samudio Oggero, categorizados en el Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), realizaron una visita técnica a los laboratorios y campos experimentales de Alliance Bioversity & CIAT en Palmira, Colombia. El viaje de los investigadores del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas (CEMIT) se enmarca en el proyecto “Evaluación de variedades y líneas mutantes avanzadas frente a condiciones de estrés biótico y abiótico para mitigar los efectos del cambio climático en los cultivos”, apoyado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El objetivo es evaluar el germoplasma de cultivos generados con técnicas nucleares en Paraguay, centrando su análisis en la composición nutricional y el comportamiento frente a diferentes condiciones de estrés. Un cultivo clave en este estudio es el poroto (Vigna unguiculata) de la variedad pytã'i, conocido por su alta importancia en la alimentación nacional.
RADIACIÓN
Los cultivos generados con técnicas nucleares son aquellos que se desarrollan utilizando radiación para inducir mutaciones genéticas en las plantas. Este proceso, conocido como mutagénesis inducida, expone las semillas o plántulas a radiaciones ionizantes (como rayos gamma o rayos X) para crear variaciones genéticas. Las plantas resultantes son seleccionadas por sus características mejoradas, como resistencia a enfermedades, tolerancia a condiciones climáticas adversas o mejor composición nutricional.
El responsable de la estancia, Dr. Luis Londoño, experto en ingeniería de alimentos, cuenta con una vasta experiencia en el análisis de la composición nutricional de cultivos como el poroto y la mandioca. Su trabajo combina el mejoramiento genético de cultivos con el procesamiento de alimentos y el uso de herramientas espectrales para evaluar características como la biofortificación, absorción de agua, dureza para la cocción y la determinación de antinutrientes.