El consumo del pohã ñana como medicina alternativa
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Un artículo publicado por el diario español El País, el medio más influyente de internet en el mundo hispanohablante, se hace eco de dos costumbres del paraguayo: el consumo del pohã ñana como medicina alternativa y el tereré como bebida refrescante para sobrellevar las altas temperaturas. La periodista Paula López Barba destaca que el Paraguay mantiene vivo el uso de las plantas medicinales, una tradición ancestral, aunque asegura que faltan recursos para estudiarlas y comercializarlas de manera sostenible.
“Una de las costumbres más arraigadas en Paraguay es el uso de hierbas medicinales, que se llaman por su nombre en guaraní, pohã ñana. Este legado de los pueblos nativos de la región está reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco, pero no se cuida lo suficiente”, refiere López Barba.
La publicación menciona que en Paraguay hay centenares de especies de plantas medicinales y que la mayoría de la población las consume habitualmente. Así también, recoge la opinión de estudiosos de las plantas medicinales, entre ellos, el jefe del Departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, Derlis Ibarrola.
“La medicina tradicional tiene un gran impacto en la salud y no se valora lo suficiente. Estamos en pañales en reconocer propiedades, bondades o situaciones tóxicas”, dice Ibarrola al sostener al mismo tiempo que “los médicos desacreditan el uso de las plantas de manera poco analítica”. También explica lo difícil que resulta sacar adelante los proyectos de investigación del departamento que dirige: “Durante 20 años trabajamos casi sin apoyo del Estado. El que recibimos era de Japón, que nos donó equipos y reactivos químicos”.
Reconoce que la situación ha mejorado desde 2015, cuando empezaron a recibir fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pero cree que la atención institucional al pohã ñana sigue siendo insuficiente. “Hay mucha burocracia, no son procesos ágiles. Y debería haber interés porque además es un negocio que puede funcionar y tener un buen impacto socioeconómico, pero no se le da la relevancia que debería. Por ejemplo, el manejo agronómico es muy deficiente”, añade.
LA CULTURA DEL TERERÉ
En un apartado también se habla del folclórico tereré como bebida y como espacio literario. A dos calles está el Tereré Literario, un espacio cultural para difundir la cultura del pohã ñana y tomar tereré, la tradicional bebida paraguaya de mate con hierbas medicinales machacadas y hielo para sobrellevar las altas temperaturas.
Lo montó hace seis años Javier Torres, quien fue presidente de la Comisión de Vendedores y Productores del Paseo de los Yuyos. “Al extranjero que llega al Paraguay se le invita tereré. Tereré es compartir, intercambiar, comunidad”, dice exultante. “Vengo directo de la casa del presidente, hemos hablado del fortalecimiento del sector cultural y compartido carrulim y tereré de las siete hierbas, que se bebe el 1 de agosto para depurar la sangre y ahuyentar las malas energías”, cuenta en la terraza repleta de vegetación que ha montado frente a su local.
Rosa Degen: “Necesitamos más estudios científicos del pohã ñana”
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Es importante comprobar “en laboratorio” el uso que la gente dice tener de una planta, sostiene la vicepresidenta de la Sociedad Científica del Paraguay.
La química Rosa Degen fue parte del equipo de trabajo que apoyó la consagración del Tereré con pohã ñana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante las Naciones Unidas para la Educación (Unesco, por su sigla en inglés) en 2020.
Junto a Yenny González, concibieron el estudio “Medicina tradicional en Paraguay: el tereré, bebida nacional, una forma de consumo de plantas medicinales”, que recibió una mención honorífica en la Academia Iberoamericana de Farmacia de la Universidad de Sevilla, España, que ayudó en la fundamentación de aquel logro.
“Apoyamos con la información científica, el mérito y el trabajo fue totalmente de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), solo que para la presentación de los datos se basaron en los trabajos etnobotánicos que hicimos sobre el tereré”, comentó.
“Para esta bebida se usan plantas frescas y pueden ser hojas, raíces, rizomas o parte aérea de la planta, en general con un fin refrescante, o para bajar la presión o diuréticas”, apunta Degen.
“En general son especies aromáticas, por citar algunas, menta’i, agrial, kokû, la zarzaparrilla, la cola de caballo, ñangapiry, tarope. Mi recomendación es que sean especies de plantas que se conocen y de uso frecuente, tratar de no innovar con lo que no se conoce porque tienen principios activos”, expuso.
“Las especies tienen diferentes compuestos, por lo tanto, no se pueden sustituir una por otra solo porque es parecida. Por ejemplo, el compuesto hallado en el ka’a he’ê (stevia rebaudiana) no se encuentra en otras especies de la misma familia botánica”, señala.
La química Rosa Degen y su equipo de tereré.FOTO: GENTILEZA
“Consumir plantas con fines medicinales en Paraguay es una costumbre ancestral, y el tereré es una forma de administrar los productos obtenidos por medio de la maceración en agua fría.
Los estudios realizados por investigadores, la mayoría mujeres del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ-UNA), aportan datos de las especies empleadas para distintas afecciones y cómo se ha venido administrando, el estado y las partes de las plantas, esta información sirve para los estudios fotoquímicos y farmacológicos de manera de ir conociendo los principios químicos, las dosis y corroborar el uso popular”, apunta.
Degen, que es vicepresidenta de la Sociedad Científica, recuerda que el herbario de la FCQ-UNA “es un museo de plantas secas, es como la cédula de las plantas, el más importante del país. Este museo sirve para los estudios taxonómicos botánicos, pues las investigaciones con plantas deben partir de una identificación correcta, y un ejemplar de herbario con el número del colector botánico”, recuerda.
AQUÍ SU DIÁLOGO CON NACIÓN MEDIA:
–¿Hace falta más investigación sobre los componentes activos de las hierbas del pohã ñana?
–Totalmente, hacen falta estudios sobre la identificación de las plantas medicinales, elaborar los patrones con técnicas de anatomía botánica para apoyar la identificación de estas en el control de calidad, requisito exigido para las empresas que elaboran los productos medicinales.
Faltan estudios fotoquímicos, lo que se refiere a los componentes químicos de las plantas y estudios farmacológicos, estos sirven para determinar la actividad, y de esta manera se valida el uso popular.
Como resultado de estas investigaciones se pueden conocer nuevos principios activos. Esa es la finalidad de estas investigaciones, llegar a nuevos principios, que son los componentes activos de los medicamentos.
El Paraguay es un país que conoce sobre las plantas medicinales, el uso, cómo se administran, pero ese conocimiento hay que rescatar y publicar, de esa manera se da a conocer con qué especies de plantas iniciar los estudios, y la finalidad es obtener moléculas bioactivas. Primeramente, identificar las plantas, luego los estudios fitoquímicos y los farmacológicos.
–¿Cuánto ayudarían los estudios farmacológicos o fitomédicos de estas hierbas a la salud pública?
–Se habla de las plantas medicinales, están a la venta, y la gente consume con fines medicinales, los investigadores que participamos en estos estudios debemos dar a la población seguridad, se debe conocer la eficacia y sobre todo la calidad de los productos de origen vegetal, muchos de estos estudios no se han terminado ni realizado, no se tiene la información sobre muchas especies medicinales. Se debe controlar lo que la población consume y se debe validar el uso popular de las plantas, así como informar sobre los usos de las plantas, esta es la manera de contribuir con la salud pública.
–¿Qué haría falta para que las familias campesinas tengan a las hierbas del pohã ñana como cultivos de renta?
–Insisto siempre que lo más importante es que las especies medicinales con las que se preparan esencias, fitomedicamentos, o sencillamente se preparan en forma de infusión, decocción, se beba en forma de mate o terere, o lo que se dice, se bebe como agua, procedan de cultivos, de esa manera existe una seguridad sobre la identificación correcta y contribuye con la calidad. Actualmente hay empresas que se dedican al cultivo de plantas medicinales.
Degen y su equipo de trabajo científico.
“Consumir plantas con fines medicinales en Paraguay es una costumbre ancestral, y el tereré es una forma de administrar los productos obtenidos por medio de la maceración en agua fría”.
“Faltan estudios fotoquímicos, lo que se refiere a los componentes químicos de las plantas y estudios farmacológicos, estos sirven para determinar la actividad, y de esta manera se valida el uso popular”.
UNA CELEBRACIÓN EXTENDIDA
Acercarse a la yuyera favorita, pedir el pohã ñana, dos o tres yuyos o raíces que hacen la combinación que sienta bien. Después es esperar la ceremonia de la maceración y celebrar el momento en que todo se mezcla con agua y hielo.
La guampa, de mil formas, tamaños y materiales, juega también un rol en la ceremonia, lo mismo que la yerba mate, que las hay industriales de muy buena calidad y orgánicas, de sabores más esenciales, de también diversas procedencias como comunidades indígenas y cooperativas campesinas.
“Quiero felicitar a los vendedores de la medicina natural de la costumbre de los indígenas. Felicitar al pueblo paraguayo por amar lo nuestro como el uso de la vasija de barro como la cantarilla y el cambuchi muy usado en las familias del interior”, dice Dionisio Ortega, el impulsor del Día Nacional del Tereré que hoy celebramos.
Contento de que la medida se haya expandido al punto de que se dan celebraciones en todo el país. En la Plaza de la Democracia está en marcha hasta el 25 de febrero la Expo Tereré, un evento que congrega a artesanos de todo el país que ofrecen guampas y termos, bombillas, morteros, portatermos y posatereré, que el público puede visitar de 8:00 a 20:00.
El Paseo de los Yuyos del Mercado 4 tendrá también su fiesta a partir de las 8:00. “Hoy se lleva más el kokû, cedrón Paraguay, santa lucía y el camalote este último es refrescante para el py’a ruru. El aguape es bueno para recuperarse del dengue, hay que cuidar el hígado, porque después de la fiebre quiere agarrar el py’a ruru”, dice Javier Torres, organizador del evento.
Torres es también responsable del espacio Tereré Literario: “Somos de la tercera generación de yuyeros, y estamos vendiendo desde chicos. Recibimos a los estudiantes y turistas que quieren aprender con nosotros. Aquí lo único que se compra es el tereré, porque nosotros proveemos los materiales educativos con respecto a los remedios, a nuestra cultura, etc.”. Contó también que por la tarde en el espacio que tienen en la Costanera de Asunción habrá otro evento celebratorio.
“¡Ven a celebrar el Día Nacional del Tereré con nosotros! Únete hoy (24/2) a las 8:00 en el Centro Yerbatero Paraguayo Bella Vista. Disfruta de artesanía, deliciosa comida, sorteos y música en honor a nuestra querida tradición paraguaya”, invitó la organización. Por otra parte, en el Club de Caza y Pesca de Bella Vista, Itapúa, zona yerbatera por excelencia, se realiza hoy (24/2) desde las 18:30 la Gran Fiesta del Tereré con la presencia del dúo cómico Jagua ha Pirãi, un evento organizado por la yerba Pajarito.
La publicación destaca el uso del ‘pohã ñana’ como medicina alternativa, aunque faltan recursos para su comercialización sostenible. Foto: Christian Meza
Medio español refiere el consumo del ‘pohã ñana’ como medicina alternativa
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Un artículo publicado por el diario español El País, el medio más influyente de Internet en el mundo hispanohablante, se hace eco de dos costumbres del paraguayo el consumo del ‘pohã ñana’ como medicina alternativa y el tereré como bebida refrescante para sobrellevar las altas temperaturas. La periodista Paula López Barba destaca que el Paraguay mantiene vivo el uso de las plantas medicinales, una tradición ancestral, aunque asegura que faltan recursos para estudiarlas y comercializarlas de manera sostenible.
“Una de las costumbres más arraigadas en Paraguay es el uso de hierbas medicinales que se llaman por su nombre en guaraní, pohã ñana. Este legado de los pueblos nativos de la región está reconocido como patrimonio de la humanidad por la Unesco, pero no se cuida lo suficiente”, refiere la López Barba.
Opinión de estudiosos
La publicación menciona que en Paraguay hay centenares de especies de plantas medicinales y que la mayoría de la población las consume habitualmente. Así también recoge la opinión de estudiosos de las plantas medicinales entre ellos, el jefe del departamento de Farmacología de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, Derlis Ibarrola.
“La medicina tradicional tiene un gran impacto en la salud y no se valora lo suficiente. Estamos en pañales en reconocer propiedades, bondades o situaciones tóxicas”, dice Ibarrola al sostener al mismo tiempo que “los médicos desacreditan el uso de las plantas de manera poco analítica”. También explica lo difícil que resulta sacar adelante los proyectos de investigación del departamento que dirige: “Durante 20 años trabajamos casi sin apoyo del Estado. El que recibimos era de Japón, que nos donó equipos y reactivos químicos”.
Reconoce que la situación ha mejorado desde 2015, cuando empezaron a recibir fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pero cree que la atención institucional al pohã ñana sigue siendo insuficiente. “Hay mucha burocracia, no son procesos ágiles. Y debería haber interés porque además es un negocio que puede funcionar y tener un buen impacto socioeconómico, pero no se le da la relevancia que debería. Por ejemplo, el manejo agronómico es muy deficiente”, añade.
La crónica también narra la historia de algunas personas que ganan el sustento vendiendo el tradicional pohã ñana, en el paseo de los yuyos del Mercado 4. Claudia es una de esas miles de personas que se ganan la vida en Paraguay gracias al pohã ñana. Son las 4 de la mañana y acaba de plegar el colchón metido en una bolsa de plástico sobre el que ha dormido hoy en la acera. Tiene 44 años y aunque vive en Itá, un municipio cercano a Asunción, pasa muchas noches en el “paseo de los yuyos” del Mercado 4, el principal mercado municipal.
La cultura del tereré
En un apartado también se habla del folklórico tereré como bebida y como espacio literario. A dos calles está el Tereré Literario, un espacio cultural para difundir la cultura del pohã ñana y tomar tereré, la tradicional bebida paraguaya de mate con hierbas medicinales machacadas y hielo para sobrellevar las altas temperaturas.
Lo montó hace seis años Javier Torres, quien fue presidente de la Comisión de Vendedores y Productores del Paseo de los Yuyos. “Al extranjero que llega al Paraguay se le invita a tereré. Tereré es compartir, intercambiar, comunidad”, dice exultante.
“Vengo directo de la casa del presidente, hemos hablado del fortalecimiento del sector cultural y compartido carrulim y tereré de las siete hierbas, que se bebe el 1 de agosto para depurar la sangre y ahuyentar las malas energías”, cuenta en la terraza repleta de vegetación que ha montado frente a su local. “Las plantas dan oxígeno y mejoran la temperatura”, dice su sobrina Kenia, de 7 años y que hoy celebra el día del pohã ñana ataviada con una falda roja, blanca y azul, los colores de la bandera paraguaya.
Finalmente indica que “está montando una nueva sucursal en uno de los abundantes centros comerciales de Asunción, para introducir la cultura del tereré en espacios donde todavía no está presente y también piensa desarrollar proyectos en el extranjero”.
Exportación de poha ñana en saquitos de té: respuesta positiva de público internacional
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Nuestro país cuenta con una larga tradición en la producción de yerba mate, El poha ñana, que es un compuesto tradicional de yerba mate y otras plantas medicinas, actualmente conquista al público internacional, ya que una empresa privada decidió apostar por lo nuestro y exportar la bebida milenaria en saquitos de té.
Cristhian Cieplik, CEO del grupo Santa Margarita, comentó que los primeros envíos se realizaron a Estados Unidos, España, Brasil, Bolivia, Japón y Polonia, con una respuesta del público internacional bastante positiva. El mismo expresó su emoción al ver la valoración de un producto nacional tan importante, en el exterior.
“Los saquitos de té representan nuestra cultura y nuestra historia. Nos llena de orgullo ver que esta bebida está siendo exportada a otros países, y que así nuestra cultura y nuestras especies vegetales nativas puedan ser conocidas por el mundo”, precisó en Paraguay TV.
Así también mencionó que ya se ha exportado 30.000 kilos de té, lo que equivale a 15 millones de saquitos. Dijo que puede parecer una cantidad pequeña en comparación a la cantidad de exportación de granos y carnes, pero que aun así tiene un impacto positivo para nuestra economía.
Por otro lado, Cieplik habló sobre las expectativas que tiene el gremio empresarial y de emprendedores con respecto al futuro gobierno de Santiago Peña, y respondió que hay mucha esperanza en su gestión, ya que Peña conoce el campo económico y financiero, y tiene las herramientas necesarias para sanearla.
“Estamos renovando la esperanza de que todas las promesas electorales se vayan cumpliendo. Santiago Peña es una persona que ya ha tenido la oportunidad de formar parte del Estado en una cartera clave como el Ministerio de Hacienda y su preparación, tanto a nivel interno como en materia exterior, es un plus importante. Eso es bueno para la salud de nuestra economía”, aseveró.
Marcos Benítez presenta la muestra “Pohã Ñana” en el espacio “Hive Coworking”
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La muestra del artista plástico Marcos Benítez estará habilitada desde el miércoles 1 de marzo en el espacio “Hive Coworking” (Tte Pedro Ballota 288 esq Dr. Bestard) con acceso libre y gratuito. La misma ya participó en la XIII Bienal de La Habana.
El conjunto de obras surge de una preocupación que atraviesa el artista sobre la noción de territorio. La exposición permanecerá habilitada al público durante todo el mes de marzo y las visitas se realizarán con cita previa, a coordinar vía Instagram en @hivecoworking.
“Poha Ñana” es el nombre que Benítez eligió para esta muestra que plantea sus investigaciones alrededor de plantas medicinales originarias del Paraguay. En palabras de Lia Colombino, “el artista reflexiona sobre el conocimiento de la herboristería guaraní, íntimamente ligado al territorio de influencia del bosque atlántico. Benítez parte de los productos que venden las yuyeras del Mercado 4 de Asunción. Clasifica los productos, toma notas, busca en bibliografía sus nombres populares y científicos, sus características y propiedades. Luego hace con ellos un polvo, y con él construye la imagen cartográfica de esos bosques desaparecidos o en el dintel de la desaparición. Quizás el artista busca que alguien decodifique las señales que puedan detener este deterioro ambiental y cultural en el que estamos inmersos”.
Cabe destacar que la obra fue galardonada con el primer “Premio Invernadero” en el año 2018, otorgado por el Centro Cultural de España Juan de Salazar de Asunción. En el 2019, el artista fue invitado a participar con “Pohã Ñana” de la XIII Bienal de La Habana, donde exhibió cincuenta y seis especies de estas plantas medicinales paraguayas en la Casa Museo Simón Bolívar.
Margarita Sánchez Prieto, curadora de la XIII Bienal de La Habana, escribió: “La obra aborda temas como la relación arte-ciencia, perspectiva interdisciplinar que canaliza propuestas relativas al dueto sobrevivencia-sostenibilidad, el cuidado del planeta, el mal uso de la tierra y las afectaciones que ello acarrea a nivel social”.
Sobre Marcos Benítez. Ha desarrollado una obra en la frontera entre tradiciones académicas del arte moderno paraguayo y expresiones contemporáneas y populares; posee una profusa producción de grabado, y algunas de sus obras dialogan con el arte popular de Paraguay, conjugando materiales y técnicas tradicionales con nueva tecnología. Expone regularmente de forma individual desde 1995, y ha participado de exposiciones colectivas y bienales internacionales. Ha ganado el Premio de Grabado Livio Abramo (1994) y el Premio Henri Matisse (2000). Es integrante del colectivo Ediciones de la Ura y ha participado del Seminario Espacio/Crítica. Es fundador y coordinador del Taller de Grabado Cabichu’i.