El representante del Refugio Urutaú, Holger Bergen, denunció el robo de varias tortugas silvestres que estaban listas para volver a su hábitat y buscando repoblar el Chaco argentino, donde esta especie ya se encuentra en extinción desde hace tiempo.
“Se robaron las tortugas que estaban en cuarentena, ingresó un grupo de indígenas a la propiedad con bolsas y nos robaron las tortugas. Robaron para comer y lo peor de todo es que lo ponen vivos sobre el carbón para que muera ahí lentamente y después lo comen”, manifestó el encargado a la 1020 AM.
Sostuvo que es lamentable lo ocurrido en el refugio, atendiendo que son especies en peligro de extinción y destacó que es imposible recuperar las 21 tortugas robadas, atendiendo que fueron consumidas por los indígenas de la zona.
Bergen indicó que los nativos alegaron que forma parte de sus tradiciones y culturas comer las tortugas, por lo que procedieron a robarlas del refugio y consumieron en la comunidad, ubicada a pocos metros del refugio. Pidió también a las autoridades a tomar medidas sobre este tipo de hechos.
“Estas tortugas estaban para repoblar el Chaco de Argentina, ya que en ese lugar ya están extintas. Perdimos 21 tortugas, ya es casi imposible recuperarlas. Le perseguimos a la gente que salió corriendo. Estamos con muchas dudas, hoy entraron al refugio a robar tortugas, mañana no sabemos qué pueden hacer”, agregó.
El Refugio Urutaú trabaja para dar una segunda oportunidad a animales silvestres afectados por accidentes, pérdida de hábitat natural o por la acción del hombre. Está ubicado en la ciudad de Filadelfia, departamento de Boquerón.
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Parque Guasu, un santuario de especies en peligro de extinción
Ambientalistas requieren la puesta en marcha del plan de manejo aprobado para el espacio verde a fin de poder mejorar su infraestructura, brindarle mayor seguridad y seguir promoviendo la protección de una gran diversidad de animales y plantas, que lo convierten en un lugar único y necesario en la urbe gigante de la Gran Asunción.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Néstor Soto / Gentileza
Una garza mora duerme plácida en peculiar equilibrio sobre una pata, cubierta por un ala de espléndido plumaje. Está posada sobre un árbol frondoso, de sombra generosa, que filtra parcialmente la luz del atardecer. Abajo, en el lecho del arroyo, una garza blanca pesca caracoles con particular gracia. Una postal cotidiana en el parque Guasu Metropolitano. Ubicado a 13,5 kilómetros del centro, este ecosistema ofrece la posibilidad de acercarse y convivir un tiempo con la vida silvestre.
Ese solo elemento lo destaca especialmente. Hoy domingo 9 dos contingentes de unas 15 personas cada uno estarán haciendo un avistaje de aves a partir de las 8:00, donde munidos con binoculares, cámaras de foto y video acercarán sus miradas a la importante variedad de especies que habitan el parque.
“Entre las seis y las ocho de la mañana es un verdadero concierto de trinos”, cuenta Arturo Bregaglio, de la organización Salvemos al Parque Guasu. El parque, con acceso libre y gratuito, se puede visitar de 5:00 a 21:30, con permanencia hasta las 22:00.
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
En una recorrida para la elaboración de esta nota se pudieron ver varios taguato y un teju guasu. En este sentido, vale mencionar un episodio de marzo pasado, cuando una mujer pudo filmar seis hurones cruzando un pastizal. Protege también a especies en peligro de extinción como el sapito o toky to syry, un ejemplar propio del Chaco húmedo que es llamativo a la vista por su coloración negra, amarilla y roja.
“El sapito o toky to syry (Melanophryniscus paraguayensis) es endémico del país, ya que solo es posible encontrarlo de forma natural en Paraguay. Cuando se siente amenazado exhibe el vientre con numerosas manchas rojas, las cuales sugieren a los depredadores que se trata de una especie peligrosa, aunque en realidad no lo es”, señala una publicación del sitio Biodiversidad de los Humedales de la Región Oriental del Paraguay.
También se avistan frecuentemente nutrias y kuriyús. (Imágenes captadas por los usuarios y visitantes pueden verse en las redes sociales de Salvemos).
Se entiende que, merced del gran número de aves, las especies animales superan las 200 y otro tanto se da con la flora, donde se estima en número similar la diversidad de árboles, plantas y pastos que crecen en el lugar.
Diariamente, desde tempranas horas se acerca gente que va a caminar, a trotar, correr, patinar y andar en bicicleta por sus senderos asfaltados, cubiertos en gran medida de buena sombra, que permiten la posibilidad de ejercitarse. Los más chicos pueden también usar juegos infantiles convenientemente instalados y una ludoteca.
PLAN DE MANEJO
“Por aquí pasan más de 30.000 personas por mes”, recuerda Bregaglio explicando que para mejorar la infraestructura y los servicios del parque se requiere que el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) ponga en marcha el plan de manejo ya aprobado por el Comité de Gestión que integraron también los ministerios de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y de Defensa, las municipalidades de Asunción y Luque, y la organización Salvemos.
“Ese documento final lo tiene el Mades, que es la autoridad de aplicación y que ha hecho algunas observaciones en los mapas respecto a las latitudes, indicadores y esas cosas técnicas de modo que, una vez resueltas esas correcciones, buscaremos su aprobación”, apuntó Bregaglio.
Sobre las características del instrumento, explica que el mismo sería como un reglamento, una constitución del parque, que determina “qué es lo que se puede hacer y qué no se puede hacer dentro del parque. Define un área de uso público y otra área restringida para proteger la flora, la fauna, los animalitos, etcétera, etcétera, donde, como ustedes habrán visto en la recorrida, no es de fácil acceso, pero de igual manera la gente felizmente respeta. La ciudadanía no invade esos lugares, no hemos tenido en diez años desde que comenzó la defensa del parque gente que ingrese al área de reserva”, comentó.
Por su parte, Javier Pérez, también de Salvemos, apunta que la puesta en marcha del plan sería “la feliz culminación de un proceso que habíamos empezado con nuestra organización ciudadana, un conglomerado que venía preocupado por algunos atropellos”.
ACCIONES
En lo que hace al mantenimiento, vale decir que el predio es propiedad del Ministerio de Defensa, que tiene un destacamento militar en el interior, cuyos efectivos se ocupan de cortar el césped y el mantenimiento general, según lo que pudo verse en la recorrida. La cartera de Defensa cedió el predio al MOPC para la instalación del parque y su infraestructura, pero todavía no le asigna un presupuesto específico, por lo que este tema será central para definir cambios.
Ante la pregunta sobre cuáles serían las acciones necesarias, Bregaglio enumera algunas de ellas: “Hay muchas carencias en el parque porque ha estado olvidado en cuanto al mantenimiento. Entonces tenemos que resolver, primero, el tema de seguridad, sobre todo cuando oscurece. Acá no hay policías permanentes. Sí los hubo hace un par de años, pero ahora solo hacen algunas visitas los linces y a veces una patrullera esporádicamente”, apunta.
A este respecto hace especial hincapié en el tejido contiguo a la autopista Ñu Guasu, que tiene una abertura de 60 centímetros en su zona baja por la que puede ingresar gente con intenciones de atracar a corredores y ciclistas. “Eso tiene más de 1.000 metros, pero cerrarlo no requeriría una gran inversión. A su vez, pedimos que haya dos casetas policiales para controlar ese tramo”, añadió.
Otro problema que aparece es el de la iluminación, ya que “hay varias lámparas quemadas. Fácilmente hay un 30 % de la iluminación que está defectuosa, que hay que arreglar. Han hecho una inversión que saludamos en el parque Ñu Guasu recientemente, pero no sabemos por qué la misma atención no se le brindó a este parque”, expuso.
A su turno, Pérez recuerda la necesidad de reactivar la primera ciclovía que tuvo el espacio en su nacimiento, que hoy está en abandono. “Sería importante porque uniéndolo al circuito existente podríamos ampliar la capacidad de circulación, sobre todo en los fines de semana, cuando se dan verdaderos problemas de tráfico entre los usuarios”, apunta.
INFRAESTRUCTURA
La adecuación de los baños y la necesidad de duchas y vestuarios se suma a los reclamos: “Hay solamente tres baños y no son sexados, tendrían que haber duchas, hay mucha gente que viene a las cinco de la mañana a hacer actividad física que se quiere duchar e irse al trabajo, pero no lo puede hacer. Estamos hablando de infraestructuras mínimas, no estamos hablando de grandes obras. Está también el puesto de salud, pero no tiene ni un tensiómetro, ni un desfibrilador, que con eso se salvan vidas. Nada para una urgencia que pueda ocurrir”, menciona.
También requieren elementos para combatir incendios. “Desde el incendio que afectara unas 30 hectáreas en el año 2019, estamos esperando que, además de las bocas de tormenta que se instalaron, se puedan tener elementos para enfrentar una situación similar y evitar que se produzcan daños por el fuego, que siempre son difíciles de recuperar en flora y fauna”.
ESPONSORIZACIÓN
Por ello, la alternativa de la esponsorización es algo que se debe analizar. “Se habló del tema, pero hay que entender que esta es un área silvestre protegida, lo que cambia el concepto y no permite la polución visual que existe en el vecino Parque Ñu Guasu. Hay alternativas, se puede hacer a través de medios digitales, se estudiará en el Comité de Gestión cuando comiencen las reuniones que prevé el plan de manejo”, apunta Bregaglio.
“La idea es un parque que nos permita disfrutar todavía de la naturaleza, las aves y algunos otros animales que aún rondan, pues apuntamos más al cuidado y a la convivencia de la vida silvestre con el recorrido de la gente”, destacó finalmente.
TRATAMIENTO DE AGUAS
Un problema de toda la Gran Asunción es el tratamiento de sus aguas, el llamado a recuperar cursos y arroyos, del que el parque no está exceptuado. Un canal con aguas servidas cruza, paradójicamente, desde el predio del Mades sobre avenida Madame Lynch hacia el espacio verde para ir a desaguar en el también muy contaminado arroyo Ytay, que hace el límite entre Asunción y Luque. “Esta alcantarilla que ustedes han podido fotografiar está desde los orígenes del parque hace 12 años. Viene desde detrás del Mades, así que nosotros esperamos que con el nuevo edificio que ya está a punto de terminarse tengan un tratamiento de las aguas servidas y eso ya no se desagüe aquí”, reclamaron. La idea sería ir recuperando “el sistema de humedales constituido por una diversidad de comunidades naturales”, como caracteriza a los terrenos del parque el Relatorio de Impacto Ambiental (RIMA) de 2016.
UNA LUCHA DE AÑOS
El 5 de junio pasado se conmemoró el Día del Medio Ambiente, oportunidad que aprovechó la organización Salvemos al Parque Guasu para recordar la lucha ciudadana de más de una década por la preservación del espacio verde de 125 hectáreas, ubicado sobre la avenida Madame Lynch, a 300 metros de su intersección con la avenida Aviadores del Chaco y la autopista Silvio Pettirossi.
Señalando unas carpetas, Javier Pérez y Arturo Bregaglio contaron que las mismas atesoran “las 31.000 firmas con las que contribuyó la ciudadanía posibilitando con ello que se aprobara la Ley de Áreas Silvestres Protegidas 6941/22, tras más de 10 años de empeño, de obstinación, de conservación, de resistencia a distintas intervenciones de tipo inmobiliario que se quisieron hacer en el parque en diferentes momentos”.
Consideran, por tanto, que “felizmente eso ya ha pasado y lo que hacemos es tomar muy en serio el mensaje del presidente Santiago Peña en la apertura de la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, donde señaló que cada país, cada ciudadano debe aportar un granito de arena con un arbolito o una plantita, ya que todo ayuda al problema que tenemos del cambio climático, que ha venido para quedarse y que afecta a todo el mundo”.
Los ambientalistas invitaron a seguir el programa radial de la organización, que se emite por radio 1000 todos los sábados de 16:00 a 18:00.
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Guacamayos en peligro de extinción frenan parque eólico en Brasil
Un parque eólico en el noreste de Brasil debía ser una bienvenida solución de energía limpia. Pero preocupaciones por otro tipo de impacto ambiental lo enfrentan con habitantes y protectores de un guacamayo azul en peligro de extinción.
Con vientos fuertes y velocidad estable, esta región del gigante suramericano alberga más de 90 % de la producción nacional de energía eólica y el gobierno de Lula da Silva pretende convertirla en el “mayor granero” de renovables del mundo.
La francesa Voltalia obtuvo permisos y empezó a construir en 2021 un complejo eólico de 28 aerogeneradores con una capacidad de 99,4 megavatios en el municipio de Canudos, una zona semiárida en el norte del estado de Bahia.
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Pero pronto se topó con una contracorriente de críticas tras conocerse que las enormes torres de 90 metros, con hélices de 120 metros, atraviesan dos zonas donde duermen los guacamayos de Lear (Anodorhynchus leari). Bautizados así por el poeta y viajero inglés Edward Lear, que los inmortalizó en uno de sus dibujos en el siglo XIX, estos guacamayos endémicos están clasificados como especie en peligro por la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Actualmente no superan los 2.000 ejemplares en la naturaleza. “Es muy arriesgado: (el complejo) puede aumentar considerablemente los riesgos de extinción”, dice a la AFP Marlene Reis, del Projeto Jardins da Arara de Lear enfocado en la preservación de la especie.
Para la experta, el impacto del parque eólico “puede ser irreversible, especialmente para un animal tan emblemático como esos guacamayos, que viven y se reproducen única y exclusivamente en esa región”. En atención a esos argumentos, la justicia federal paralizó a mediados de abril la construcción (ya en etapa final) de las turbinas, anulando los permisos dados por el estado de Bahia a Voltalia.
Según la decisión, un proyecto eólico ubicado en territorio de especies amenazadas o rutas de aves migratorias “no puede ser considerado de bajo impacto ambiental”. El tribunal ordenó realizar estudios más rigurosos y consultar a las poblaciones locales.
Voltalia, presente en cuatro estados de Brasil y 20 países, denunció una suspensión “indebida” y recurrió la decisión. “Las posibles consecuencias ambientales y sociales fueron tratadas exhaustivamente”, dice a la AFP Nicolás Thouverez, gerente de la empresa para Brasil.
Estudios requeridos por las autoridades del estado y a cargo de especialistas apuntaron que la instalación de los parques eólicos “de ningún modo pone en peligro la conservación de la especie y demostraron la viabilidad ambiental del proyecto”, añadió.
La empresa argumenta también que el impacto puede minimizarse pintando las aspas de las turbinas para aumentar su visibilidad, colocando GPS en las aves o instalando tecnología que permite detener inmediatamente las máquinas al detectar un sobrevuelo del animal.
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“En nombre del progreso”
Brasil tiene el mayor porcentaje de electricidad limpia del G20 (89 %) y lidera América Latina en su generación, según el centro de estudios Ember. Las plantas eólicas y solares generan 27 gigavatios (21,5 y 5,4, respectivamente) y otros 217 gigavatios son esperados hasta 2030, citó en un informe de marzo el Global Energy Monitor.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder en enero, prometió impulsar ese potencial, tras cuatro años de deterioro en políticas climáticas durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. Lula quiere convertir el noreste brasileño, que alberga 725 de los 828 parques de aerogeneradores del país, “en el mayor granero de energía limpia y renovable del mundo”, dijo este mes el ministro de Energía, Alexandre Silveira.
Silveira anunció planes para instalar ahí hasta 30 gigavatios de generación limpia, esencialmente de fuente eólica y solar. Las inversiones podrían llegar a 120.000 millones de reales (24.000 millones de dólares). El parque de Voltalia también suscita otras preocupaciones locales.
En las zonas rurales alrededor, unas 7.500 personas aún practican una ocupación comunitaria de la tierra para agricultura y ganadería. “El impacto será general”, dice a la AFP Adelson Matos, de 65 años y barba blanca, que cría cabras, ovejas, vacas y gallinas, y cosecha frutas en la vecina localidad de Alto Redondo.
El parque eólico “rompe toda armonía con el hábitat natural”, afirma, al quejarse de ruidos, rondas de vehículos a todas horas y denunciar una alteración de los ciclos de lluvia y vientos por la gigantesca infraestructura. “En nombre del progreso”, lamenta.
Fuente: AFP
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Senado aprueba Día Nacional del Yaguareté, visibilizando a la especie en peligro de extinción
Este jueves, la Cámara de Senadores dio media sanción al proyecto que reconoce el 29 de noviembre como Día Nacional del Yaguareté, pasando ahora a Diputados para su estudio. La organización Somos Yaguareté fue una de las entidades que impulsó el reconocimiento para poner sobre la agenda de la población y las autoridades a una especie tan representativa del país que se encuentra en peligro de extinción como el yaguareté.
“Desde la organización estamos muy contentos con la media sanción para este proyecto, que desde hace un año se encontraba sin dictamen en una comisión del Senado. La aprobación de esta ley implica mayor visibilidad para el yaguareté en nuestro país y posteriormente desarrollar políticas públicas de protección para la especie”, refirió para La Nación/Nación Media Andrea Weiler, de la organización Somos Yaguareté y una de las investigadoras que colaboró para la iniciativa.
Weiler puntualizó que otro de los objetivos desde la organización y los grupos sociales que luchan por la protección del yaguareté, aparte de este reconocimiento, es la revisión de la Ley 5302, que surgió en el parlamento en el 2014 y tiene algunas cuestiones en su redacción que pueden mejorarse y así brindar más garantías a la especie en peligro de extinción.
“Estamos convencidos de que este es un paso importante para concientizarnos acerca del estado crítico de las poblaciones de yaguareté en nuestro país. Recordamos que las principales amenazas a la conservación de la especie son la pérdida de hábitat, la cacería ilegal y disminución de sus presas naturales”, subrayó la investigadora.
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Somos Yaguareté
La investigadora Weiler resaltó que Somos Yaguareté se caracteriza por ser un colectivo ciudadano que ama a su naturaleza y al mismo tiempo que busca el progreso económico del país. No obstante, resaltó que esto se debe desarrollar sin dejar de lado el mantenimiento de la calidad ambiental del país, lo cual constituye un compromiso a ser asumido a nivel nacional.
El colectivo, con base en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción, fue creado con el fin de promover la conservación del yaguareté, sus presas naturales y su hábitat, buscando la convivencia con el hombre a través del trabajo conjunto de los distintos actores sociales.
“Queremos comprometernos también con los productores y buscar alternativas de certificaciones de calidad con aquellos que preparan la carne y al mismo tiempo conservar al yaguareté, cuidando su hábitat y buscan alternativas que no sean dañinas para esta especie”, resaltó Weiler.
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Ka’a he’ẽ y otras plantas medicinales en peligro de extinción ante falta de asistencia a pequeños productores
Desde la Asociación de Productores e Industrializadores de Plantas Aromáticas, Medicinales y Afines (Asoplant) refirieron que plantas medicinales como el jaguarete ka’a, jaguarundi y el ka’a he’ẽ se encuentran en peligro de extinción ante la falta de asistencia técnica a los pequeños productores del rubro.
“Según el Mades, estas plantas de consumo masivo local están en amenazadas y en peligro de extinción. Esto se da por una falta de apoyo y asistencia técnica a los pequeños productores, también la falta de estímulo en el rubro”, explicó a La Nación-Nación Media Marcos Sevilla, presidente del gremio.
También aseguró que debido a la ausencia de un mercado seguro de exportación de estas variedades se genera menor interés por parte de los productores. “También falta un plan estratégico por parte del Gobierno y eso es lo que estamos tratando de incentivar”, comentó.
Asimismo recalcó que existe mucha informalidad en el sector puesto que no se tiene alcance a todos. “Desde las capacitaciones técnicas queremos generar buenas prácticas e incentivos para la comercialización en el exterior, si bien el consumo local es significativo también hay que generar conciencia para la reproducción de las plantas medicinales”, dijo.
Uno de los factores se debe a la extracción directa del campo ya que no hay agricultores que luego reproduzcan ciertas variedades y a raíz de ello van quedando cada vez menos plantas. “Ese es el motivo principal y también la falta de incentivo de la agricultura familiar”, añadió. También el costo de los plantines representa un gasto muy elevado para los productores.
Exportación
En cuanto a los envíos se realizan principalmente a Alemania, Argentina, España, Brasil, Francia y Uruguay. Las de mayor comercialización son el cedrón Paraguay, romero, anís, tilo, burrito, ka’a he’ẽ, cola de caballo, palo azul, menta, entre otras.
Según Sevilla se tiene un promedio de US$ 9 millones anuales en cuanto al volumen de negocios, sin embargo, precisan actualizar los números referentes a toneladas puesto que se encuentran realizando el relevamiento de nuevos datos. Antes de la pandemia, cerraron el 2019 con 3.000 toneladas de productos enviados en formato de esencias, blends, infusiones y plantas en general.