Hogar de Cristo “Virgen de la Asunción” es un centro de atención integral a las adicciones y personas en situación de calle, que fue habilitado en un local ubicado sobre Tacuary 147 casi avenida Mariscal López, en Asunción. Allí también funciona un comedor, que los martes y jueves ofrece alimentación gratuita a un promedio de 70 personas.
“Somos de la Arquidiócesis de Asunción de la Pastoral Misericordia que es un área que depende de Desarrollo Humano Integral. Es un área que se encarga de las adicciones y de personas en situación de calle”, señaló Julia Álvarez, coordinadora del hogar, y comentó que, desde enero, este grupo de voluntarios comenzó a trabajar en este centro donde anteriormente funcionaba el albergue indígena y que está ubicado frente a la parroquia San Roque.
“Allí comenzamos a hacer una prueba piloto para acompañar a los chicos que están en situación de calle en la zona del microcentro y la zona de la Chacarita. Y la verdad que cuando estábamos limpiando la casa invitamos a los chicos que estaban durmiendo en esa vereda y ya éramos casi 20″, recordó Álvarez.
Dijo que buscaron replicar la experiencia de los hogares de Cristo que operan en la Argentina. “Como soy argentina conocí el modelo de los hogares de Cristo que impulsó Jorge Bergoglio (el actual papa Francisco) cuando era arzobispo allá, que son espacios de acompañamiento a las personas con adicción que por algún motivo no pueden permanecer en los tratamientos tradicionales”, comentó la coordinadora.
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No es un centro de rehabilitación
Explicó que se busca brindar un acompañamiento a los chicos con una mirada pastoral. Aclaró que no es un centro de rehabilitación. “Dar una mirada pastoral de la Iglesia de puertas abiertas, de la Iglesia samaritana que camina al lado de sus hermanos que más sufren y que les abre las puertas”, significó.
Al citado centro acuden también niños y adultos a quienes se les provee asistencia tanto en sus necesidades básicas tales como alimentación, vestimenta y aseo personal en el día a día. “Ellos entran como si fuese en su casa, se sientan, toman tereré, algunos nos ayudan a limpiar, otros se sientan a mirar la tele. Tratamos de replicar ahí un ambiente familiar”, destacó.
Además de los servicios de atención básica, los voluntarios ofician de nexos con algunas instituciones del Estado para que los beneficiarios incluso accedan a cursos de Electricidad en el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP). “También se hizo un convenio con Fe y Alegría para que se alfabeticen. Tenemos una psicóloga y consejera en adicciones y los chicos aprovechan bastante. Lo que queremos nosotros es buscar mejorar la calidad de vida de ellos”, remarcó.
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