Ciudad del Este. Agencia Regional.
Un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (Unila), de Foz de Iguazú, y el Instituto Chico Mendes de Conservación (ICM Bio), ambas de Brasil, encontró una piedra cerca del río Iguazú y la misma representaría una primera prueba de que la guerra de la triple alianza habría tenido presencia en la región de la triple frontera. Esto, según divulgación del sitio www.g1.globo.com.
Agrega la publicación que, la piedra tiene la inscripción “Vapor Brazil. Greenhalgh. 23/9/1869″ y fue localizado en una de las márgenes del río, a pocos metros de la frontera fluvial del Parque Nacional de Iguazu. El hallazgo fue posible durante una expedición de los investigadores. El tema está siendo objeto de debate entre varios historiadores del vecino país.
Consultado por La Nación/Nación Media, el historiador paraguayo Néstor Gamarra dijo que tiene su importancia y “obliga a investigadores poder concluir aspectos geográficos poco estudiados hasta el momento, relacionados a la guerra de la triple alianza”.
“En un contexto histórico de fechas y región, podemos hablar de una hipótesis que la militarización llegó a estas zonas, pero para una conclusión debemos seguir el trabajo investigativo y documental, utilizar la arqueología para dilucidar muchas informaciones. Esta última sigue siendo una tarea pendiente en Paraguay”, expresó Gamarra.
“Nuestra nación se formó y se sigue formando de aciertos y errores muy dolorosos en lo social. En cuanto a la historia existe una deuda con nuestros antepasados. No valoramos el sacrificio de muchos y hay un nulo trabajo en investigaciones históricas, arqueológicas y de puesta en valor. Esta generación va pasando como muchas anteriores sin realizar nada de lo citado”, dijo también el historiador.
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Datos históricos hacen lógico pensar que las tropas pasaron por la zona del Iguazu
Para Néstor Gamarra, en cuanto al hallazgo de la piedra y su escrito, es importante contextualizar la fecha y la región con los eventos que se fueron dando en esa época. “Alto Paraná, territorialmente, correspondía a Curuguaty. En su viaje, (Francisco Solano) López llega a esa localidad en agosto de 1869 y decreta a Curuguaty como la cuarta capital del Paraguay en septiembre de 1869. Las fuerzas del ejército aliado estaban tras sus pasos”, relata el historiador.
“El jefe de la vanguardia paraguaya, general José María Delgado, dispuso dejar en Curuguaty un destacamento de 500 hombres de caballería, mientras que el resto de la caravana de López siguió su viaje más al norte hasta la cordillera de Amambay. Días después, el 28 de octubre de 1869, los aliados de la triple alianza llegaron y atacaron el destacamento de Curuguaty”, siguió contando.
Recuerda que algunos relatos mencionan que el ejército brasileño quemó y saqueó toda la ciudad y meses después, López sería muerto el 1 de marzo de 1870. “Es lógico pensar que la zona fue militarizada por varios frentes. Tarea pendiente es seguir investigando”, sostiene el historiador Néstor Gamarra.
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Dos locos por volar: a René y Ale
- por Toni Roberto
Este domingo, Toni Roberto evoca una reciente charla mantenida con dos grandes conocedores de la historia de la aviación civil en Paraguay que rememoran algunos momentos de la época de oro de Líneas Aéreas Paraguayas
Hace muchos años, en la década del 70, un niño asunceno de la época soñaba con la aviación luego de haber conocido el Boeing 727 en plena pista. Otro, en su adolescencia, desde una reunión de camaradería de la línea aérea donde trabajaba su padre decidió que por la “buena onda” ese sería su mundo laboral.
En cualquiera de los dos casos, la pasión fue el motor, turbina o turbohélice, que les impulsó a ser, como dice el título del libro de René Salomón, “Locos por volar”. Si bien el primero, Ale Dávalos, no escribió hasta hoy un libro, posee una gran documentación sobre la aviación civil comercial en el Paraguay.
RENÉ SALOMÓN Y ALE DÁVALOS
Todo esto formó parte del encuentro que tuvimos hace una semana en los ya tradicionales “Cuadernos de barrio” versión GEN, los sábados de tarde de 14:00 a 16:00. En una amena charla en la que cada uno iba contando su historia, Salomón, como debe ser, agradecido, recuerda a Maricel Albertini, a Mieke González y a Manolo Prieto, quien fue el que le dio forma al torrente de recuerdos de todos los años laboriosos en Líneas Aéreas Paraguayas; desde emergencias aéreas, viajes secretos, pasando por grandes compañeros de vuelo, el inolvidable general Calvet, hasta la prohibición que tenían en LAP de relacionarse con otras tripulaciones extranjeras, porque decían que tenían miedo que les metan cosas raras en la cabeza.
LA AZAFATA SUSY BECZKO
Por su parte, Dávalos escucha atentamente y por el camino nos cuenta de los modelos de aviones que utilizó LAP desde 1963, recordando con mucho cariño a los Electra C o a los inolvidables 707 y los Dc8, los aviones más icónicos de la compañía.
De repente el recuerdo de publicidades de la línea aérea en blanco y negro, joyas de la historia de la publicidad paraguaya, muchas de ellas creadas por la agencia Nasta, en aquellos ya lejanos años del siglo XX.
En un momento, entre la cantidad de mensajes, llegó uno emocionante; el de Susy Beczko, que decía: “Yo fui azafata en el famoso vuelo del Electra C a Europa en 1973″.
¿DIOS ES PARAGUAYO?
Las anécdotas aéreas de René Salomón son a veces tan particulares que cuestan creer. Por ejemplo, las peleas de los comandantes de la época con las mismas computadoras de a bordo. Si dicen que Dios tiene país, en este caso diría que es paraguayo por todos los eventos, hasta de las emergencias más comprometedoras que terminaron sin saldos trágicos, casi como un milagro del propio Ñandejára.
La vida del mundo aeronáutico de Salomón y Dávalos hoy ya son parte de la historia de la aviación civil comercial del Paraguay y representa la de muchos que pudieron ser parte y también de los que no, de los que soñamos y nunca pudimos cumplir aquel loco sueño de pertenecer a ese mundo casi mágico.
DESDE UN ELECTRA C
Al final miro una inolvidable foto. Desde las alturas a principios de los 70, un viejo Electra sobrevolando la ciudad de Asunción, exactamente sobre el centro histórico. Justo debajo, el icónico Hotel Guaraní y de fondo, al sur, el barrio General Díaz, el que nos vio nacer a muchos, en la zona “más parecida al centro y la más cercana al centro”, como decía el inolvidable Manolo Prieto en su libro “La ciudad en que vivimos” y que fuera mentor de “Locos por volar”, la pequeña gran publicación de 135 páginas que se puede robar, en blanco y negro, el alma de muchos lectores desde las alturas de la capital del corazón de América.
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Documentos inéditos muestran inicios de la expansión territorial hacia el Guairá
- por Antonio Ramón Barreto
- Fotos: Gentileza
El autor de este artículo ofrece documentación inédita sobre la creación de la Junta Económico-Administrativa de los distritos de Yataity-Hiati, capital del aopo’i y cuna nacional del arpa, en el departamento del Guairá, para conocer los inicios de sus poblaciones y las razones de la expansión territorial hacia el sur de la entonces Provincia del Paraguay.
Según documentos encontrados en el Archivo Nacional de Asunción, los extranjeros empezaron a asentarse en los valles de Yataity-Hiati desde fines e inicio de los siglos XVII y XVIII.
En el mencionado archivo obran muchísimos documentos sobre estos dos pueblos. No obstante, en esta oportunidad solamente se expondrán algunos.
Iniciamos con el manuscrito de doña Ana de Borja, quien había solicitado en 1737 título de tierra justificando que con el fallecimiento de su hermano, Lucas de Borja, “en la Villa de Curuguati”, se había perdido el documento.
Además, manifiesta en el manuscrito que su papá, el capitán Rodrigo de Borja, había adquirido esa tierra en el “Valle de Yataiti” por “Repartimiento de tierras a los vecinos conforme a la graduación de sus méritos y familia” en época de Juan Rodríguez Cota, gobernador de la Provincia del Paraguay, y desde entonces “ocupó y pobló”.
Para tal distribución, el gobernador había conformado una comisión. Entre los integrantes se menciona al “maestro de Campo don De Aguirre, teniente general” de Villa Rica del Espíritu Santo.
Para determinar el año aproximado de aquel “Repartimiento de tierras en el Valle de Yataity”, es preciso recordar el periodo de la gobernación de Cota, quien fue designado por Real Cédula en Madrid, España, y que después de su juramento asumió el cargo el 4 de diciembre de 1696 hasta 1702.
PETICIÓN
¿Quién fue Don de Aguirre? Siguiendo la línea histórica, encontramos una petición y solicitud correspondiente al año 1698 de parte del maestre de campo Juan de Aguirre, vecino encomendero, teniente general de gobernador, justicia mayor y capitán de guerra de la Villa Rica.
Siguiendo lo señalado por doña Ana de Borja, este maestre de campo fue quien integró la comisión para conceder la tierra al capitán Rodrigo, papá de doña Ana, en Yataity. Estos datos son fundamentales para precisar el año de la distribución de la tierra en el Valle Yataity.
¿Quién fue Rodrigo de Borja? Entre los documentos consultados, encontramos a un Rodrigo de Borja en los siguientes años; en 1644, en la zona actual de Curuguaty; en 1666, entre los vecinos de Villa Rica –entonces como alcalde de la Hermandad–, que donaron yerba para los gastos del casamiento de la infanta Teresa (esta contrajo nupcias a la edad de 14 años en abril de 1666, Domingo de Pascua de Resurrección); en 1674, en la nómina de los vecinos encomenderos de Villa Rica; en 1680, entre los cabildantes de Villa Rica, que en aquel tiempo estaba en el lugar llamado Espinillo, como cinco leguas al oeste de Ajos (hoy Coronel Oviedo).
Sería el penúltimo asentamiento de dicha población entre los años 1678 al 1682. Recordemos que los cabildantes de entonces solicitaron en 1680 al gobernador licencia para la labranza en la zona de la cordillera de Yvytyruzú. Dicho pedido no fue concedido por el cambio de gobierno; sin embargo, en 1682, ya con otros cabildantes, se reimpulsó dicho pedido y, finalmente, fue otorgado el 20 de mayo de 1682 (fecha de asentamiento definitivo de Villa Rica en su lugar actual) por el gobernador Juan Diez de Andino.
El apellido Borja es uno de los más reconocidos en el departamento del Guairá desde el establecimiento definitivo de Villa Rica. Entre los terratenientes de dicha villa estaban los capitanes Rodrigo y Pascual de Borja, quienes podrían ser parientes (hermanos, primos…); los hijos de Rodrigo ya nombramos más arriba; y, entre los hijos de Pascual, encontramos a Carlos y Matheo.
Carlos tenía también tierras hacia la zona de Yataity y colindaba con la de doña Ana. En tanto que Matheo, como su hermano, tenía su propiedad en la jurisdicción de Villa Rica. Este donó parte de su tierra para formar el pueblo de Borja (otrora Yhacanguasu), que adquirió esa denominación a partir de la Ley N.º 1079, del 31 de agosto de 1929.
EXPROPIACIÓN
Por la misma ley se procedió a la expropiación de 900 hectáreas de tierras para el asiento del radio urbano de dicha población; cuatrocientas hectáreas correspondían a Matheo Borja, en la parte antigua del municipio. La tierra de los Borja colindaba también con el Camino Real.
Hablando sobre el distrito de Yataity, no podemos obviar al capitán Bartolomé de Oviedo. En su tierra mandó construir quizás la primera capilla, conocida como la Capilla de los Oviedo y cuya santa patrona era Nuestra Señora del Rosario. En su propiedad estuvo también el primer cementerio.
Dicha zona hoy es conocida como Capilla Kue, en donde está un oratorio a Cristo Rey, la esposa del capitán Oviedo, doña Lucía Cristaldo. Entre los hijos se pueden mencionar a Joseph, Alonzo, Ponsiano y Beatriz. Esta se casó con el capitán Isidro López Flores.
Sobre esta familia encontramos varios documentos en el Archivo Nacional de Asunción que corresponden a los años 1759 y 1775 referentes al testamento del capitán López Flores. En estos manuscritos se lee que el capitán Bartolomé de Oviedo tenía una estancia en la “Costa del río Tebycuary”, que luego quedó a los herederos.
En los mencionados años hay registro de un litigio entre los cuñados Ponciano e Isidro, sobre la herencia del capitán Bartolomé de Oviedo. Entre otras personas que se destacan en Yataity cabe nombrar al coronel José Félix Bogado, general Francisco Roa y el Tte. Cnel. Ernesto Ambrosio Scarone.
CUNA NACIONAL DEL ARPA
Félix Pérez Cardozo (antes Hiati-Hiaty-Hyaty), otro de los distritos antiguos del departamento de Guairá, es tierra natal del reconocido arpista Félix Pérez Cardozo. El inicio de su población sería al principio de los años 1700; en rigor, para seguir la línea histórica mencionamos algunos documentos encontrados en el Archivo Nacional de Asunción.
Empezamos con el documento sobre merced de tierra del Valle de Hiati, del año 1737. Cuando solicitó título de tierra el capitán Antonio Bogado argumentando que se le había concedido en remuneración de sus méritos y servicios al excelentísimo señor don Bruno de Zavala, gobernador y capitán general de la Provincia del Paraguay, dicho título fue concedido y despachado por el escribano público de Gobernación y Cabildo, Joseph Picolomini, el 28 de junio del año mencionado.
Recordemos que Bruno Mauricio de Zavala fue nombrado por el rey el 18 de febrero de 1716 para gobernador del Paraguay. Asumió el poder el 2 de julio del año siguiente. Sin embargo, estuvo ausente desde 1724 hasta 1734; retomó el poder en 1735 y, desde el año siguiente, el 28 de diciembre, tomó posesión del gobierno Martín José de Echauri.
Mencionamos otro documento del año 1756, cuando los vecinos de Villa Rica del Espíritu Santo solicitaron al gobernador de la Provincia, Jaime Sanjust, maestro para el “Valle Hiati”, donde había “niños y niñas pobres… huérfanos”, según el escrito. Ante el pedido, el gobernador por medio del decreto, rubricado en el mencionado año, ordenó el levantamiento de datos para actuar según las evidencias.
En respuesta al decreto, se presentó al gobernador listado de niños, en el cual encontramos más de 50 nombres. Entre los apellidos leemos “Benites, Brite, Baes, López, Sanches, Bogado, Colman, Duarte, Dávalos, Nuñes, Villalba, Jimenes, Ramires, Arevalo, Borja, Arzamendia, Mercado, Monje, Oviedo, Vásquez, Gauto, Paredes, Portillo, Areco, Jara, Cantero, Bernal, Alvares, Mendoza…” (sic).
En aquel tiempo los vecinos pidieron por el señor Licerio Antonio Villalba para ser designado maestro de primeras letras y doctrinas. En el documento firmaron varias personas, entre las que se puede citar a Isidro Mercado, ayudante general; capitán Antonio González Bogado, procurador general; Jaime Sanjust, gobernador y capitán general de la Provincia del Paraguay; Blas de Noceda, escribano público de Gobierno y Hacienda Real.
PRIMERA POBLACIÓN
Con los documentos expuestos se puede deducir que la población de Yataity empezó entre los años 1696 y 1702. Entre los primeros pobladores podemos nombrar al capitán Rodrigo de Borja y su familia.
En tal sentido, señalamos –nuevamente– la solicitud de título de su hija, doña Ana, quien en 1737 señaló que una parte que fuera de su papá ya hacía más de veinte años ocupaba en forma continuada y en donde mantenía sus labranzas.
Según su manifestación, ya estaba asentada en el Valle mencionado antes del año 1717. Según el documento del año 1737, Alonso Benites de Portugal poseía “unas tierras de labores en el valle de Yatayty” que eran de sus padres y abuelos adquiridas por repartimiento a los vecinos de Villa a través de la merced real.
Nombramos también al capitán Bartolomé de Oviedo como uno de los militares de Villa Rica. Leemos su nombre a inicios del año 1720, quien había adquirido una extensa propiedad en el Valle Yataity. En una parte fue construida una capilla en 1740 y actualmente esa tierra es conocida como Capilla Kue.
La población del Valle de Hiati se inició al comienzo de los años 1700. Así nos demuestra la solicitud de titulación de tierra del año 1737 presentada por el capitán Antonio Bogado, quien –según su manifestación– había adquirido dicha tierra en época del gobierno de Bruno Mauricio de Zavala. En rigor, en 1756 ya había centenares de personas según los datos recolectados con relación al pedido de maestro en el mencionado valle.
Con estos datos nos arriesgamos a decir que en 1720 algunos pobladores ya se asentaron en el Valle Hiati.
RICA HISTORIA
Ambos distritos tienen una rica historia y se unen a través de un decreto fechado en el mismo día.
Finalizamos este artículo con el decreto presidencial del 5 de junio de 1900. En esta fecha fue creada la Junta Económico-Administrativa tanto para Yataity como Hiaty. El segundo por Decreto N.º 17.877 del 22 de mayo de 1953 pasó a denominarse Félix Pérez Cardozo.
Autoridades de JEA Yataity: José María Samudio, presidente; Apolinario Subeldia, vicepresidente; y como titulares los señores José María Barboza, Valerio Roa, Miguel Villalba y Juan Pío Giménez.
Hiaty: Agustín Báez, presidente; Daniel Monje, vicepresidente; y como titulares los señores Cirilo Portillo, Francisco Bruno, Buenaventura Bogado.
Con la Ley N.º 3844/2009 se declara al distrito de Félix Pérez Cardozo “cuna nacional del arpa” y al departamento del Guairá como “capital nacional del arpa”.
Estos documentos, algunos hasta ahora inéditos, muestran el inicio del proceso de población de estos dos distritos; por ende, son sumamente importantes para conocer el año de fundación y quiénes fueron los primeros pobladores.
Finalmente, cabe resaltar que estos datos nos conectan no solamente con la historia local, sino también con la nacional. Esto a raíz de que nos sirven para comprender parte del movimiento demográfico que generó el asentamiento definitivo de Villa Rica en su emplazamiento actual en 1682 con la expansión territorial impulsada por los españoles que buscaban campos y tierras de labranza.
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Museo de Paso de Patria, el legado de un apasionado con la Guerra de la Triple Alianza
Una de las joyas de nuestra identidad es la historia de nuestro país, y custodiarla es el deber de cada paraguayo, un deber que don Vicente García ha abrazado desde hace más de veinte años con su búsqueda y preservación de objetos relacionados con la Guerra de la Triple Alianza.
Vicente García se ha convertido en el gestor cultural del Museo de Paso de Patria, pero en este museo, a diferencia de muchos, exhibe objetos que han sido hallados enteramente por don Vicente y su familia, quienes se dedican a la búsqueda y excavación en zonas donde se desarrollaron batallas claves durante la guerra y van desenterrando estas reliquias con las que se relata una historia que marcó al Paraguay.
En conversación con el programa “Arriba Hoy”, emitido por GEN y Universo 970 AM Nación/Media, Vicente García destacó que tanto es el impacto de la zona y ahora del museo que han recibido a turistas desde Holanda, Irlanda, Alemania, Estados Unidos, Argentina y Brasil que vienen particularmente para conocer la historia de la zona y de la guerra.
“Yo estoy en el cuartel del Mariscal Francisco Solano López desde el 2004. Yo venía juntando ya piezas históricas relacionadas con la guerra de la Triple Alianza, ya tenía un pequeño museo privado en mi casa y da la casualidad que el cuartel de López se había caído tras una inundación en el año 1983 que azotó a todas las poblaciones ribereñas y el cuartel no se salvó, además de que era una construcción del año 1847 y con ayuda de la entidad Yacyretá se volvió a recrear en el 2004 y por invitación del intendente vine acá a trabajar”, relató don García.
El mismo destacó que si bien sus búsquedas habrían iniciado mucho antes, una vez asentado en la zona continuaron y los hallazgos se fueron dando con mayor frecuencia, y rápidamente sus hijos, a pesar de su corta edad, se involucraron en el trabajo de su padre, al punto que actualmente trabajan en el relato musical de la guerra de la Triple Alianza con el objetivo de una mayor difusión de la historia y la cultura de la zona.
“Estamos en un sitio sagrado para nuestro pueblo, que vendría a ser el departamento de Ñeembucú, lo que motiva mucho a la gente a venir, son los sitios históricos que tenemos. Para mí lo mejor de esta colección es que todo nos recuerda lo que sucedió; la mejor parte es extraer un objeto y pensar en quién lo habrá usado y para qué”, remarcó don Vicente García.
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Auge: evolución de la industrialización de la caña de azúcar
La industria azucarera y alcoholera, es un sector que viene evolucionado a lo largo de más de 150 años, convirtiéndose en uno de los pilares económicos del país. En promedio, aporta alrededor de USD 17 millones anuales en impuestos directos, o lo que sería un 0,5 % de las recaudaciones tributarias del país.
El Centro de Estudios Económicos (CEE) de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) en conjunto con el Centro azucarero y Alcoholero Paraguayo (CAAP), compartieron un informe sobre la caña de azúcar, cuya producción nacional se mantiene en auge con la industrialización de esta materia prima, que se destina a grandes mercados internacionales.
La industria azucarera y alcoholera viene registrando un crecimiento sostenido a lo largo de más de 150 años mediante el cultivo de caña de azúcar, mediante la transformación en la producción de azúcar y el auge de la fabricación de alcohol. El CEE remarca que desde sus inicios en el siglo XIX, la caña de azúcar jugó un papel determinante en la historia agrícola de Paraguay.
En ese sentido, el Jefe Senior del CEE, Julio Fernández, hace un recuento de lo logrado hasta ahora, ya que en 1863 se destinaban aproximadamente 6.188 hectáreas al cultivo y para 2022, la superficie alcanzó 90.335 hectáreas, lo que permitió que la producción de caña se elevara a unos 7,2 millones de toneladas en 2021.
De este total, el 42 % se procesa en azúcar, el 25,7 % en alcohol, el 10,1 % en miel de caña, y el restante 22 % se destina a forraje para animales. Luego de un periodo de desaceleración entre las décadas del 60 al 80, a partir del 2000 se observó un repunte significativo, aunque en la última década el crecimiento se volvió irregular.
Ya en 2023, la producción azucarera registró un aumento del 11 %, alcanzando 170.886 toneladas, lo que representó el 0,6 % del PIB total y el 3 del PIB industrial manufacturero del país. Además de la elaboración de azúcar blanca convencional, desde los 90 se impulsó la fabricación de azúcar orgánica destinada a la exportación. Para el 2014 la producción se dividía equitativamente entre azúcar blanca y orgánica en un 50/50.
En 2018, el azúcar orgánica alcanzó el 65 % de la producción total, aunque en 2022 esta proporción se revirtió volviendo a repuntar en 2023 cuando la producción orgánica ascendió al 52%. Asimismo, el comportamiento exportador de este sector también fue muy variado, recordando que en 1994 sólo se exportaba el 1,4 % de la producción total, que en 2008 se disparó al 55 % y alcanzó un pico del 62% en 2016.
Los últimos registros oficiales al 2023, indican que el 33 % de la producción fue destinada a mercados internacionales, principalmente a Estados Unidos que absorbe el 67 % de las exportaciones, así como a otros mercados europeos como Suiza y Alemania.