Como una herencia religiosa, cultural y ancestral, se conserva la Capilla Niño Salvador, ubicada en Tañarandy, Misiones, que data de 1935, cuando el abuelo de Paulino Fretes inició el espacio espiritual que hoy sigue en pie y con un gran significado tanto familiar como social.

Para hablar de Semana Santa y Tañarandy, hay que hablar de la religiosidad popular que hay en la propia gente que prepara estos eventos. Al respecto, el reconocido artista plástico Roque “Koki” Ruiz señaló a La Nación - Nación Media que no es religiosidad popular ir de visitante a un lugar, hacer turismo religioso.

“Religiosidad popular es preparar las velas, vestirle a su virgen, emocionarse por cada cosa que se hace y tener este fervor por acompañar esta procesión. El propósito es hacer una instalación artística entre arte y religiosidad popular”, agregó.

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Roque “Koki” Ruiz, reconocido artista plástico y artífice de Tañarandy. Foto: Jorge Jara.

Explicó que el cambio de itinerario de la procesión de este año tuvo que ver con la intención de que los antiguos vecinos de Tañarandy sean parte del evento, ya que son los que trabajan y se empeñan en que esta procesión donde hay fervor y religiosidad popular sea un maravilloso espectáculo. En la ocasión, como previa de la tradicional procesión de Tañarañndy, Koki invitó a LN a conocer la capilla Niño Salvador como ejemplo de religiosidad popular.

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Tradición familiar

Desde que Paulino Fretes, de 55 años, nació, la Capilla Niño Salvador existe. La misma data de 1935, de cuando su abuelo hizo la construcción de la casa y también la capilla. Luego de que su abuelo falleció, su mamá quedó encargada del lugar como un legado familiar, cultural y religioso.

Después, su madre le encargó a Paulino que siga cuidando y manteniendo el lugar. Ella también ya falleció, por lo que él es el actual encargado de mantener la capilla y sostener la tradición familiar.

Paulino Fretes, encargado de la capilla que fundó su abuelo en 1935. Foto: Jorge Jara.

“La gente visita la capilla. Los lugareños de la zona son los que más visitan, ya que son los que saben o se enteran de la existencia de esta capilla y llegan a cumplir su promesa”, resaltó.

Mencionó que en ella hay muchos santos y todos tienen sus lugares. Entre algunos de ellos se observa a la Virgen de Caacupé, San Jorge, San Expedito, San Ignacio, Santa Librada, Divino Niño, Espíritu Santo, entre otros. “Es algo muy importante que dejó a la familia y siempre cuido yo”, sostuvo.

Paulino contó que tiene dos hijos y espera que ellos sigan cuidando. “No sabemos quién se va a hacer cargo, pero espero que sigan esta tradición. Les encargo que cuiden y para que continúe”, enfatizó.

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La capilla Niño Salvador tiene varios santos en su interior y casi 90 años. Foto: Jorge Jara.

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