En una emotiva misa despiden los restos del pa’i Oliva en la parroquia del Cristo Rey, en la mañana de este martes. La ceremonia en homenaje a su vida fue presidida por monseñor Mario Melanio Medina. Actualmente su cuerpo es trasladado al Cementerio de los Santos Mártires de Limpio.

El sacerdote jesuita Francisco de Paula Oliva, más conocido como pa´i Oliva, falleció ayer en horas de la tarde. Sus amigos y seguidores se congregan para dar el último adiós al hombre que por años ayudó a personas de escasos recursos en los bañados de Asunción.

El músico Ricardo Flecha presentó canciones en homenaje al querido sacerdote en medio de pobladores bañadenses y seguidores. Profunda tristeza se observó entre los presentes que acompañan su ida a la ciudad de Limpio, donde será enterrado esta mañana.

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El velorio se realizó anoche en el ex Centro Comunitario Cristo Solidario en el Bañado Sur para luego partir con destino a la parroquia del Cristo Rey. Los presentes recordaron su labor misional religiosa, su lucha por los derechos humanos y las causas sociales.

El sacerdote enfermó seriamente hace dos años, resistiendo hasta el último momento. Asistió a las familias de los bañados durante años, por lo que fue reconocido como el padre de los bañadenses.

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En la iglesia del Cristo Rey se realizó una misa en homenaje al pa'i Oliva, el sacerdote español fallecido en la tarde de ayer en Asunción. Foto: Christian Meza.

A través de una carta, Oliva pidió volver a su casa del Bañado Sur, donde deseaba vivir sus últimos días de vida, pero este pedido no pudo ser cumplido, ya que necesitaba del cuidado especial de enfermeros, por lo que finalmente aceptó vivir en Taita Róga, lugar donde falleció ayer. “No le temo a la muerte. Sé que es inminente. Pero quiero ir a morir en mi casa”, expresó Oliva.

Pa’i Oliva nació en Sevilla, España, un 14 de octubre de 1928. En 1946 se ordena como jesuita en la Congregación Jesuita o Compañía de Jesús por la característica de esta orden religiosa que busca servir al prójimo a través de la búsqueda de la salvación y la perfección, y tiene un vínculo estrecho con el papa Francisco por la vocación de servicio.

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El jesuita español llegó a Paraguay en abril de 1964, fue enviado al Colegio Cristo Rey de los jesuitas del Paraguay a orientar a los jóvenes. También formó a estudiantes del Colegio Nacional de la Capital (CNC), Nacional de Niñas (hoy Colegio Nacional Asunción Escalada), el Goethe, entre otras instituciones educativas.

En junio de 1969 juró como ciudadano paraguayo, pero por sus ideas de justicia social y su denuncia contra los atropellos de militares en la época del dictador Alfredo Stroessner fue perseguido y exiliado. Fue expulsado del país por orden del dictador por 27 largos años. Fue a vivir y trabajar a Argentina, Nicaragua, Ecuador y, finalmente, volvió a su España natal.

Pobladores de barrios humildes acompañan la despedida de los restos de Francisco de Paula Oliva. Foto: Christian Meza.

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