Ciudad del Este. Agencia Regional.

Filemón Cantero, de 65 años, es coordinador de las actividades religiosas en honor a la Virgen María, en la Parroquia Nuestra Señora de Caacupe, del barrio 23 de octubre, de Ciudad del Este. Esta función la vive plenamente, ya que asume que él mismo es un milagro de la Virgen María.

Con emoción relató a La Nación todos los problemas de salud que debió sortear por un padecimiento oncológico, haber sido sometido a un trasplante de órgano, a una cirugía renal y una serie de procedimientos necesarios para vencer a la enfermedad.

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Filemón contó que es de la comunidad franciscana. “De San Francisco aprendí la humildad, el servicio a los demás y con la Virgen María tuve experiencias muy especiales, como cuando viajé a la Argentina en busca de la recuperación de mi salud, sin conocer a nadie y me encontré con personas que me ayudaron a llegar junto a mi hermana”, expresó Cantero.

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El caso tiene que ver con el día en que migró a Argentina en busca de tratamiento médico y debía llegar a la casa de su hermana, cuya única referencia era una capilla en honor a la Virgen María en la gran Buenos Aires. Filemón Cantero dijo que todo fue alineado para que, camino a la citada iglesia, se encontrara con su cuñado y este le contara que su hermana se encontraba en la sede religiosa.

“La Virgen María estuvo siempre”, dijo el devoto y agregó que, “el milagro de la Virgen María hizo que hoy siga vivo, con salud y coordinando actividades en una comunidad en torno a su parroquia”.

También mencionó que poco antes del inicio del novenario en honor al Virgen de Caacupe en el barrio 23 de octubre, su salud fue quebrantada, dejándolo muy preocupado por la responsabilidad que tenía de dirigir las actividades marianas en su barrio. Dijo haberse recomendado mucho a la Virgen María y, poco antes del inicio del novenario, Filemón se recuperó y atribuyó al milagro de la Virgen María.

Procesión con velas, misas y serenata

En la capital de Alto Paraná, el barrio 23 de octubre vive al máximo su festividad mariana, en torno a la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé. Los pobladores se congregan con devoción a la Virgen María, al igual que en la Basílica de Caacupe, departamento de Cordillera.

El novenario contó con la participación de mucha gente, a diferencia del año pasado en que el escenario crítico de la pandemia de COVID-19 impidió que la feligresía asistiera en mayor cantidad. El nuevo coordinador de las actividades de la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé, Filemón Cantero, dejó claro que, este año, la programación está enfocada a una mayor espiritualidad que a la actividad mundana.

Ayer se realizó una procesión lumínica de la Virgen María desde la capilla San Pedro hasta la parroquia Nuestra Señora de Caacupe, desde las 18:00. La procesión fue con la gente portando velas encendidas, luego fueron oficiadas tres misas y finalmente la tradicional serenata a María, con la participación de artistas locales.

Esta mañana se realizó la misa, desde las 6:00, y la celebración central será a las 9:00, a cargo del sacerdote Tranquilo Manfroi. Así como ocurre en la ciudad de Caacupe, en el barrio 23 de octubre, también se realizan ferias de comidas y otros productos en torno a la parroquia.

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