La directora interina de Vigilancia de la Salud, Sandra Irala, reveló este viernes datos preocupantes que reflejan la creciente nueva ola de COVID-19 cuyo epicentro nuevamente tiene al departamento de Alto Paraná como origen.
“El epicentro del rebrote se encuentra en Alto Paraná, nuevamente como el año pasado. Existe un aumento creciente entre las últimas siete semanas con proyecciones a seguir aumentando. El 45% de los últimos casos proviene de este departamento”, señaló lrala durante la conferencia de prensa semanal del Ministerio de Salud sobre la situación epidemiológica.
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En cuanto a fallecidos el promedio es de 15 por semana. El 82% de las personas que perdieron la vida no contaban con sus dosis de vacuna. En las últimas 8 semanas Alto Paraná registró un total de 16 fallecidos, Caaguazú 15 e Itapúa un total 8. La directora explicó que si no se controla el epicentro esto podría tener una reacción en cadena hasta llegar al resto de las regiones.
“El promedio de casos a nivel país está en aumento y eso nos preocupa bastante. Si no logramos controlar el epicentro, es cuestión de tiempo para que se replique en el resto del territorio. Haciendo un recuento del año pasado, esto empezó en Alto Paraná. La gran exigencia del sistema de salud había iniciado en ese departamento antes abarcar el resto de las zonas”, comentó.
Concientización y uso de mascarillas
Irala enfatizó en que no se cansarán de repetir y concientizar a las personas para que sigan sus procesos vacunatorios. Existen muchos estudios que avalan y certifican que las vacunas ayudan a reducir la propagación de los casos de contagio y demanda de atención intensiva.
También hablando de proyecciones, la director interina de Vigilancia de la Salud indicó que las epidemias tienen muchas variables y una de mayor influencia representa el hábito de las personas. Sobre un estudio en lo que respecta al uso de mascarilla, comentó que nunca se llegó a alcanzar el 95% de uso a nivel país, ni siquiera en los peores momentos de la pandemia. En este momento la situación preocupa aún más porque el mismo estudio arrojó que el uso actual no llega al 60%
“Existe una sensación del que vacunado no se va a infectar, y no es así. Existen menos posibilidades, la vacuna protege contra formas graves, pero no evita que exista un riesgo de que el virus siga difuminándose dentro de la población. Instamos a las personas a que se vacunen y sigan respetando los protocolos sanitarios”, remarcó Irala.
A su vez, aclaró que la vacuna impide los contagios en grandes proporciones y que si se alcanza la cifra de 80% de inmunizados los 300 casos en promedio se reducirán en importante medida. La menor cantidad de casos se traduce en menos hospitalizados por lo que el sistema de salud estará equilibrado.