Recibió como herencia de su madre y practica la escultura en cerámica desde los 17 años en Tobatí; hoy sueña con dejar como legado a los jóvenes su sabiduría, enseñando el trabajo en cerámica en la asignatura de artes plásticas en las escuelas y colegios de su comunidad y de otras localidades del país. Se trata de doña Ediltrudis Noguera viuda de Gamarra, una maestra de la cerámica y especialista en la escultura.

“Practico la escultura en cerámica desde los 17 años hasta ahora, que tengo 55 años, en la Colonia 21 de Julio de Tobatí, y de esto vivo. El amor a este arte lo heredé de mi madre, quien quedó huérfana a los 14 años y el trabajo en cerámica fue su sustento desde entonces, de ella aprendí todo lo que se trata de crear vasijas y cántaros de barro”, indicó la habilidosa ceramista en comunicación con La Nación.

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Ediltrudis posa con una de sus obras. Foto: Gentileza

Si bien aprendió de su madre el trabajo artístico sobre barro en cuanto a lo que se trata de vasijas y cántaros, afirmó que por el camino le empezaron a gustar las esculturas y comenzó a crear imágenes como el toro y la vaca, Adán y Eva, figuras decorativas y culturales para centros de mesa que le solicitan sus clientes. Añadió que suele ser invitada a dictar talleres en Asunción y en otras partes del país.

“A mí me gusta la escultura y me especialicé en el arte escultural, creé por ejemplo la imagen de Adán y Eva, que ya es muy conocida y muy apreciada, incluso esas esculturas trascendieron del país porque se llevaron al Brasil, yo vendí, pero por medio de intermediarios. Ahora todo lo que vendo es a través de mi cuenta de Instagram (https://www.instagram.com/ediltrudilno) y personas que muestran a sus contactos mi trabajo”, señaló Ediltrudis.

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Figuras como la vaca y el toro, Adán y Eva, y otras son solicitadas para obsequios por el Día de los Enamorados. Foto: Gentileza.

La ceramista cuenta que tiene ocho hijos, es viuda desde hace unos años y siempre solventó los gastos de su casa y los estudios de sus hijos a través de su trabajo, la escultura de cerámica. Actualmente, vive con cuatro hijos pequeños, el menor tiene apenas tres años; con quienes trabaja y enseña para que el día de mañana ellos sean los promotores de esta cultura que se dio por la tradición de varias generaciones.

“Mi sueño es que algún día pueda enseñar mi sabiduría en las escuelas y colegios en el área de artes plásticas, para que esto no se pierda con el tiempo, las técnicas y el modo en que se preparan las esculturas y vasijas de barro, pero para eso yo tengo que prepararme también, para enseñar, y yo dependo de mi trabajo. Sería bueno que el Estado nos ayude a las personas que queremos dejar un legado a la cultura nacional”, señaló la maestra ceramista.


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