Comunidades indígenas del Chaco claman asistencia del Estado
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Mauricia González es una mujer líder indígena que solicita la urgente asistencia del Estado a través de sus distintas dependencias ante la situación de emergencia que están atravesando a causa de las inundaciones. A través de un video muestra cómo un riacho los va rodeando y están quedando totalmente aislados, mientras que otras viviendas ya fueron tomadas por las aguas.
“Este es el riacho que nos está rodeando, estamos en una altura, pero ya se inundaron siete casas en nuestra comunidad, que es Laguna hû. Allá, una casa se descompuso y queremos que vea nuestra situación las autoridades a fin de que apuren la asistencia. En estas condiciones están nuestras familias, esa es mi casa y ya está inundada”, lamentó González, líder de la comunidad Laguna hû del pueblo indígena Angaite.
La inundación golpea fuerte en la zona del Chaco, las comunidades más afectadas son las indígenas, ya que las aguas ya arrasaron con varios ranchos que en su mayoría son de karanda’y y techos de kapi’i.
Laguna hû es una de las 18 aldeas del pueblo indígena Angaite de La Patria, en el distrito de Puerto Pinasco, departamento de Presidente Hayes, Chaco paraguayo. Las aldeas cuentan con cerca de 1.000 habitantes y casi todas ya se encuentran aisladas a consecuencia del repunte del río Paraguay, que sumado a las lluvias inundaron la zona.
A consecuencia, muchas de estas familias perdieron sus labores o no pueden trasladarse a sus lugares de trabajo, por lo que los alimentos en las comunidades ya están escaseando. En este sentido, piden asistencia humanitaria por parte de las autoridades y entidades benéficas ya sea con alimentos o carpas, puntales, botas, frazadas, colchones para trasladarse a sectores secos y de mayor altura.
“Hay muchos niños en la comunidad de Laguna hû, necesitamos de la presencia de las autoridades, esperamos la venida de Emergencia Nacional el lunes, a quien ya pedimos helicópteros para rescatar a nuestros ancianos”, sostiene la mujer.
En el marco del operativo Y Jeroja II, ayer sábado otro contingente de unos 303.000 litros de agua potable partió desde el Comando del Ejército rumbo al Chaco paraguayo con el objetivo de beneficiar a las comunidades de Presidente Hayes, Boquerón, Pilcomayo y Fortín General Díaz.
Como en ocasiones anteriores, el trabajo está siendo coordinado por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) con la colaboración del Ejército, pero van sumando el apoyo de empresas privadas que apoyan con logística clave para reforzar la cantidad de líquido vital que puede ser trasportado.
El ministro Arsenio Zárate, en conversación con los diferentes medios de comunicación, explicó que si bien el destino principal son las localidades mencionadas anteriormente, desde las mismas también se abastecen otras comunidades como las indígenas que se encuentran un tanto más distantes.
Es de señalar que los aljibes comunitarios son la prioridad en este tipo de reabastecimiento, al igual que las reservas de agua de los centros asistenciales y escuelas de la zona, teniendo en cuenta la cantidad de personas que acuden a los mencionados puntos. Las autoridades enfatizaron que este tipo de viajes se seguirán realizando durante todo el tiempo que sea necesario hasta que se presenten las condiciones climáticas adecuadas para que puedan ser utilizados los nuevos aljibes comunitarios.
Batalla de Boquerón: combatientes aprendieron a distribuir agua y manejar artillería
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
El 29 de setiembre, se conmemoró la victoria de la Batalla de Boquerón que fue una de las más importantes para el Paraguay durante la guerra del Chaco. Donde una de las situaciones que marcó a los combatientes fue la falta de agua y en la actualidad sigue siendo una de las problemáticas para la región Occidental.
La batalla de Boquerón la libraron combatientes paraguayos contras las tropas de Bolivia entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932, del cual Paraguay salió victorioso y luego de perder tierras las recuperó e incluso pudo apropiarse de tierras bolivianas, pero la falta de agua, artillería y desconocimiento de la zona hicieron desistir de la situación.
“La batalla de Boquerón fue importante por varios motivos, primero fue una batalla escuela donde el combatiente paraguayo comenzó a aprender a combatir en el Chaco a partir de Boquerón, cómo moverse en un territorio que es bastante hostil en todos los sentidos”, explicó el historiador Fabián Chamorro, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Detalló que las primeras semanas fueron bastante difíciles para las tropas paraguayas y que incluso tuvieron que abandonar sus posiciones ante la falta de agua. Situación que hasta en la actualidad afecta a la zona, donde cientos de familias sufren por la alta sequía y las autoridades deben asistir con camiones de aguas.
“El ejército comenzó a ver cómo manejar el tema de la distribución del agua, cómo manejar la artillería también en ese tipo de territorios, entre otras cosas. El primer día inclusive los combatientes paraguayos abandonaron sus posiciones, o sea, avanzaron hasta cierto punto y después abandonaron esas posiciones por la falta de agua”, detalló.
Chamorro afirmó que la única opción era replegarse o retroceder para buscar agua. “La sed fue el enemigo que tuvo tanto el ejército boliviano como el ejército paraguayo en el Chaco. Aunque la guerra fue larga, porque duró 3 años exactamente, Boquerón es como que marca el camino”, confirmó.
Desde la batalla de Boquerón, el país fue recuperando territorio que ya era ocupado por Bolivia. “Paraguay recuperó 150.000 km2 de territorio de Chaco Boreal y eso comenzó con Boquerón. A partir de ahí la moral se levantó y eso hizo que con el paso del tiempo los paraguayos vayan recuperando más y más territorio del Chaco”, refirió.
Esta contienda fue fundamental porque querían demostrar una teoría de José Félix de Estigarribia que decía, que a los bolivianos se les podía ganar en el Chaco y también fue fundamental por el tema de la moral, porque Paraguay antes de esta batalla venía de una derrota catastrófica en la guerra de la Triple Alianza.
“Estos soldados eran hijos y nietos de aquellos héroes de esa guerra, había que tener una victoria grande como para elevar la moral del ejército paraguayo. El paraguayo de por sí se fue convencido de que iba a defender algo que era suyo, pero de ahí a ganar en el campo de batalla es una gran diferencia”, agregó.
Manifestó que la mayoría de los generales paraguayos ya venían de una escuela más vieja. “Ellos pensaban que era mejor defenderse desde el río Paraguay, es decir, prácticamente regalarles todo el Chaco a los bolivianos y combatir a partir del río Paraguay. Estigarribia decía que se les podía ganar en el corazón del Chaco y con esta batalla comenzó a cimentarse esa idea”, concluyó.
Los paraguayos supieron como distribuir el agua. Foto: Archivo
DATOS CLAVES
La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre del año 1932 hasta el 12 de junio de 1935.
La falta de agua y el manejo estratégico para conseguirlo fue lo que hizo que los combatientes paraguayos salieran victoriosos.
La Victoria de Boquerón, un combate efectuado entre Bolivia y Paraguay se desarrolló entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932.
Fabián Chamorro en Boquerón (Chaco). Foto: Archivo
Los productores se mostraron agradecidos por la asistencia recibida, muchos de ellos feriantes así como de asentamientos quienes darán uso a las semillas de alta calidad. Foto: Gentileza
Programa Avatiky pretende asistir a 10.000 familias campesinas
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El programa Avatiky, impulsado por la Unión de Gremios de la Producción (UGP), busca beneficiar a 10.000 familias campesinas, asistiéndoles con semillas de maíz choclo, y la idea es llegar a 15.000 hectáreas de siembra para este año, de modo que con los ingresos puedan hacerse del anhelado “aguinaldo”.
El gremio inició la semana reciente con la entrega de bolsas de semillas de maíz de alta calidad genética a las comunidades de Carayaó (Caaguazú) y Maracaná (Canindeyú), comprometidos con la misión de acompañar el desarrollo y bienestar de la agricultura familiar a través de la incorporación de tecnologías y asistencia técnica.
“El objetivo es apoyar a los productores campesinos para que sigan trabajando y así mejorar su calidad de vida y la de sus familias. Esto les permite generar ingresos adicionales antes de la cosecha de los otros cultivos de renta, aprovechando la época de fiestas de fin de año para comercializar el choclo”, expresó Lilian Cabrera, gerente de la UGP.
El objetivo meta de 15.000 hectáreas de siembra, es 5.000 más que el año anterior, abarcando zonas productivas de Alto Paraná, Caaguazú, San Pedro, Itapúa y Canindeyú. Foto: Gentileza
Integración de los pequeños productores
Las semillas son de alta calidad genética, con buen rendimiento y certificadas por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), cuya utilización también permite que los pequeños productores se familiaricen con la tecnología de punta y las buenas prácticas vinculadas a la tecnificación de la producción.
Son distribuidas en esta temporada como insumo para los productores, quienes escogen a qué fin destinarlas, ya que pueden ser utilizadas como materia prima para el autoconsumo, comercializar el choclo, esperar hasta el final de ciclo para vender los granos o para mejorar la nutrición de los animales, entre otros. Asimismo, contribuye al ciclo de rotación de cultivos entre zafras.
El objetivo meta de 15.000 hectáreas de siembra, es 5.000 más que el año anterior, abarcando zonas productivas de Alto Paraná, Caaguazú, San Pedro, Itapúa y Canindeyú. De esta forma, el programa Avatiky se consolida como un modelo exitoso de impulso a la agricultura sostenible y próspera del país.
El proyecto tiene el apoyo además de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) en alianza con la empresa Bayer y la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Comenzó como una iniciativa puntual, pero con los años se fue consolidando como un programa que se replica de manera anual, beneficiando a más familias.
El Estado: maquinaria destructiva de la libertad, del ahorro y la inversión
Víctor Pavón
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Existen dos grupos que se oponen a las reformas del Estado. Los que desean que todo siga igual porque saben que perderán sus privilegios y los estatistas que, como colectivistas de ideas, son socia-listas e insisten en el intervencionismo gubernamental. Por mi pare estoy con las reformas y como liberal clásico creo en el orden político constitucional, el Estado de Derecho, entendido como aquel sistema basado en las instituciones republicanas de base liberal que garantiza los derechos a la vida, la libertad y la propiedad.
Esto último es importante. En el régimen de la libertad todas las personas somos iguales ante la ley y las instituciones tienen como propósito respetar al hombre libre y ciudadano sin privilegios para nadie, sancionando a los criminales que no se desean ser parte de la convivencia societaria.
De ahí que el liberalismo clásico, al que me adhiero, considera que dada la existencia del Estado el mismo debe ser limitado y controlado, motivo por el cual se hizo la Constitución, obra esta última del pensamiento de la libertad. Ingresamos a la sociedad política para mantener nuestros sagrados derechos, inalienables y anteriores al Estado.
Los estatistas socialistas tienen tanta obsesión por la desigualdad que por tratar de corregirla apelan al Estado, el más poderoso y devastador aparato de coerción que se haya creado sobre la faz de la tierra. El Estado es capaz de avanzar contra nuestra vida, libertad y propiedad para matar, robar, cobras impuestos, impedir que la gente colabore y hasta impedir a los padres educar a sus hijos según sus valores.
Aunque los estatistas socialistas crean que con el agregado de la palabra social la naturaleza del Estado puede ser cambiada, sin embargo, los hechos prueban lo contrario. El Estado crece en su influencia destructiva como la historia lo demuestra al punto que hoy en pleno siglo XXI el problema consiste en su imparable crecimiento y centralización en algunos pocos para así dar el golpe contra nuestra vida, libertad y propiedad.
¿De dónde provienen la inflación, las deudas, la falta de ahorro e inversión, las malas leyes, las barreras al trabajo, la falta de educación y salud?
La única igualdad es ante la ley pero no cualquier ley. Es la ley que garantiza que cada quien pueda hacer lo mejor para sí y sus familias, que pueda ahorrar y trabajar sin dañar a sus prójimos. Pero los estatistas no desean la igualdad ante la ley. Desean que el Estado nivele la cancha como dicen. Se equivocan. Al nivelar la cancha, el Gobierno reemplaza al ciudadano.
El Estado es una maquinaria destructiva de la libertad, del ahorro y la inversión, es costoso e ineficiente, razón suficiente para las reformas.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”, “Cartas sobre el liberalismo”, “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes”, y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la libertad y la República”.