El neumólogo José Fusillo, médico del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boettner” (Ineram), se refirió sobre la muerte del neurocirujano Carlos María Domínguez Sánchez, que dio positivo al COVID-19 en Alto Paraná y que terminó en un desenlace fatal este último fin de semana. Señaló que la muerte del colega afecta en demasía al personal de blanco debido a la alta exposición que padecen al virus de manera diaria.

Carlos Domínguez estuvo internado por tres semanas en un hospital privado de Ciudad del Este, luego fue trasladado al Ineram en Asunción, donde falleció. Se trata del primer médico de Alto Paraná que fallece debido al nuevo coronavirus. El doctor Hugo Díez Pérez, neurocirujano de 69 años, fue la primera víctima fatal del COVID-19 en Paraguay, en marzo pasado. Este lunes también se confirmó el fallecimiento del doctor Jorge Bordón, quien era el jefe de la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) del Hospital Tesãi, en Ciudad del Este.

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“Siempre baja la moral porque estamos sobrecargados. Estamos también temerosos, que no crea la gente que no tenemos temor de la enfermedad, es aquí en los hospitales donde la transmisión puede ser más alta por más que tengamos todos los equipos de bioseguridad. Nosotros cruzamos todos los días el semáforo rojo, ya estamos en un territorio donde nadie quiere estar”, afirmó Fusillo.

El especialista señaló que ante la escalada de casos de COVID-19, en algún momento el personal médico se ubicará en la difícil situación de decidir cuáles serán los pacientes que ocuparán una cama de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). “Va a llegar un momento donde no vamos a tener más camas seguramente. Son decisiones que ojalá no nos toque, pero van a empezar a aparecer cada vez más seguido”, lamentó Fusillo.

Señaló que prácticamente todos los pabellones del Ineram están llenos y solo tienen aún unas pocas camas disponibles y aseguró que son pocos médicos que revisan a más de 60 pacientes por día. La Unidad de Terapia Intensiva (UTI) está al 100%. “Estamos tratando de ser lo más rápido posible en enviar a la casa a los pacientes cuando hay mejoría y poder habilitar camas para, eventualmente, otras personas. En el bloque nuevo que fue habilitado el sábado hay entre 6 y 8 camas disponibles. En Urgencias estamos llenos y sobrepasados”, explicó Fusillo.

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