De acuerdo con el reporte policial, un guardia de seguridad surge como el supuesto autor del asesinato de la jueza de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Laboral de Hernandarias, Diana Eveline Mereles Duarte (38), ocurrido ayer en el predio del juzgado de la ciudad.
Se trata de Wilson Miguel Scappini Villalba (28), paraguayo, soltero, quien se desempeñaba como guardia de seguridad del Juzgado de Hernandarias, departamento de Alto Paraná, y domiciliado en el barrio Santo Domingo de la misma localidad.
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El informe policial señala que, según las manifestaciones de Justo Ángel Rotela (49), quien se desempeña también como guardia de seguridad de la empresa Servipar, llegó aproximadamente a las 18:00 a la sede judicial para prestar servicio en el lugar y como nadie atendía en el portón principal, decidió ingresar por la parte trasera pasando por encima de la muralla. Al ingresar a la planta baja del edificio encontró el cuerpo de la víctima tendido en el piso ya sin signos de vida.
En el lugar se hicieron presentes personal del Departamento de Investigación Criminal, de la Comisaría 5ta. Hernandarias, la fiscala de turno Natalia Montanía, la médico forense Ramona García, quien diagnosticó como causa probable de muerte traumatismo de cráneo, producida por arma contundente, en este caso una piedra.
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Jueza decretó la prisión en Tacumbú de imputado por muerte de joven futbolista
La jueza penal de Garantía de turno Clara Ruiz Díaz decretó la prisión preventiva de Jesús Roa alías “Kapeluki”, imputado por el homicidio del joven futbolista Ismael D. El imputado guardará reclusión en la cárcel de Tacumbú.
La resolución de la referida magistrada se dio a conocer luego de la audiencia de imposición de medidas cautelares, donde se estudió la situación procesal del imputado y se resolvió decretar la prisión preventiva de Roa alias Kapeluki.
Además de Roa, el Ministerio Público imputó a otros tres menores sindicados como participantes de la fatal gresca días atrás durante un partido de fútbol de categorías inferiores entre Boquerón del Barrio San Pablo y el club Nacional de San Bernardino.
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En el caso de los menores imputados, los mismos deberán ser citados por el juzgado penal Adolescente que tendrá que estudiar si corresponde que los menores guarden reclusión o estén con medidas.
Al imputado adulto el Ministerio Público le atribuye el golpe brutal que le causó la muerte a Ismael D., utilizando en antebrazo, y tal situación se pudo tener indicios con las declaraciones de testigos.
La investigación refiere que Roa González ocupaba el cargo de aguatero del equipo de Boquerón y supuestamente habría actuado en forma premeditada, elemento que deberá ser corroborado o descartado durante la etapa investigativa.
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Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
- Por Karina Ríos
- karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
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Hace 7 años se condenaba el escalofriante primer crimen por placer
El 18 de setiembre de 2017, hace siete años, se dictó una sentencia condenatoria que marcó un hito en la historia criminal en Paraguay: la pareja Isaías Raúl Torres y Gissella Eliana Milea Otto fue condenada a 40 años de cárcel luego de ser encontrados culpables de asesinar al locutor radial Agustín Emmanuel Bogado Quintana, de 32 años, por el “mero placer de matar”. El crimen ocurrió el 8 de febrero del 2014.
La presidenta del tribunal de sentencia, la magistrada Mesalina Fernández, fue quien observó que este fue el primer caso de crimen por placer que recibía una condena en el país. Con Fernández, Gloria Hermosa y Alba González integraron el tribunal que juzgó y condenó a los acusados (quienes entonces tenían 27 años de edad) a 30 años de cárcel, más 10 años de medidas de seguridad, totalizando así 40 años de pena privativa de libertad.
Según los elementos debatidos durante el desarrollo del juicio oral y público, Torres (de nacionalidad argentina) y Otto, desde 2013, ofrecían favores sexuales a través de un perfil falso en redes sociales para elegir a su potencial víctima, y fue así como la mujer sedujo al radialista, entre 37 “candidatos”; mientras que, a través de los mensajes de texto enviados entre ambos, se pudo conocer cómo planearon el crimen y que el móvil fue simplemente asesinar por placer. El Ministerio Público recuperó unos 4.000 mensajes como prueba contundente del crimen planificado y ejecutado con saña y alevosía.
El crimen
En la madrugada del 8 de febrero de 2014, Agustín Bogado jamás se hubiera imaginado que iba a convertirse en la víctima del perverso plan, cuando los condenados llegaron a su casa ubicada en el barrio San Cristóbal de Asunción. Tras ingresar Gissella Otto al domicilio y distraer al radialista, mientras Isaías Torres permanecía oculto, éste también entró a la vivienda y golpeó a la víctima en la cabeza con una manopla de hierro, con la ayuda de Milén Otto.
Bogado agonizó en el piso, mientras se desangraba, sin posibilidad de recibir ayuda de nadie, y falleció a consecuencia de un politraumatismo craneoencefálico. Luego de concretar el crimen, los asesinos fueron a un motel para “festejar” lo que habían hecho y, días después, siguieron compartiendo sobre el “placer” que les producía el horrendo acto, según los mensajes de texto que se probaron en el juicio.
A partir del rastreo de mensajes y llamadas de la línea telefónica de la víctima, el formoseño Torres fue detenido el 2 de abril del 2014 en su casa en Limpio, donde la Fiscalía encontró el teléfono de la víctima y la manopla de hierro con la cual se cometió el crimen. Pasarían cuatro meses para la captura de la Gissella, el 14 de agosto del mismo año, en su casa en la ciudad de Atyrá (Cordillera), donde vivía con sus padres. Las crónicas judiciales mencionan que la madre de Agustín tuvo la valentía de encarar al asesino para que le revelara quién fue su cómplice y en ese encuentro le dio el nombre de su pareja.
Mensajes de texto
Tanto Torres como Otto intercambiaron mensajes de texto donde afirmaban que “disfrutaron al matarlo” y cómo Agustín suplicó por su vida, por lo que ya planeaban volver a matar. También acordaron elegir mejor a la víctima, que tuviera un mayor caudal económico. Igualmente Torres escribió que “lo mataría de nuevo porque me encanta matar”, y decía de su pareja “quiero a mi asesina favorita”.
“Sangre. Eso habrá a la próxima”, anunciaba Torres, a lo que Otto le contestó “eso me gustaría mucho. Si pudiera meter 10 personas en un camión y matarlas el mismo día sería lo máximo”. Asimismo, otros mensajes dados a conocer durante el juicio oral expresaban: “Fue como un juego sexual, pero sin llegar a eso, luego de un brutal asesinato, jaja somos unos demonios...”, “Se supone que después teníamos q sentirnos culpables y estábamos ahí jugando”.
“En las conversaciones que mantuvieron los condenados, vía WhatsApp, ambos referían y hacían alusión directa al crimen cometido. En varias ocasiones dijeron que esa circunstancia les produjo placer, gusto y felicidad. Manifestaron la intención de cometer otros crímenes haciendo hincapié en que las futuras víctimas tenían que poseer mayores recursos económicos”, expresó la fiscal Carla Rojas, que representó al Ministerio Público en el caso, tras lograr la sentencia máxima para los asesinos.
Entre las pruebas también hubo testificales de la hermana y de la vecina de la víctima, que demostraron que Agustín era una persona muy querida y que no tenía enemigos. Otro vecino declaró que en el momento en que ocurrió el hecho pudo escuchar ruidos como de un animal sufriendo. Bogado Quintana fue encontrado sin vida esa misma mañana del 8 de febrero del 2014 por su hermana menor, con vivía y que volvía de un viaje de fin de semana.
“Necesidad de gratificación”
“Al momento del examen médico forense, se encuentra en posesión de sus facultades mentales y en condición de discernir la naturaleza de sus actos y las consecuencias de los mismos”, habían coincidido los estudios psiquiátricos forenses practicados a Isaías Torres y Gissella Otto. En otro informe a cargo de la licenciada Florentina Ramírez, psicóloga forense, sobre el área afectiva y emocional de Gisella Milea, la conclusión era concreta; la joven no presenta trastorno mental, ni de personalidad, pero sí denota una necesidad de gratificación inmediata.
En parte del documento de la licenciada Ramírez, se lee “carece de afecto. También ella es una persona que no se ha sentido amada, por lo que le cuesta dar afecto. (..) Poca capacidad de frustración y necesidad de gratificación con tendencia al abuso de sustancias” resalta la profesional. En noviembre del 2018, Gissella Eliana Milea Otto se quitó la vida en el interior de la cárcel del Buen Pastor, en Asunción.
La licenciada Graciela Zelada de Rodriguez, sicóloga forense del Poder Judicial, tuvo a su cargo el informe sobre Isaias Raúl Torres, en que concluía que el joven no presentaba ningún tipo de trastorno mental, ni de alteraciones en la conciencia ni retraso mental. A su vez, la psiquiatra forense Adelaida Núñez informó sobre la situación síquica de Torres: “Se encuentra vigil, orientado en tiempo y espacio. Con memoria conservada. Colaborador con la entrevista”. Con estos hechos, la historia criminal registró este escalofriante caso, a través de una eficiente investigación que logró una condena ejemplar.
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Rechazan permiso para trabajar y ratifican arresto domiciliario de Luis Montanaro
La jueza penal de garantía Alicia Pedrozo rechazó el pedido de permiso para trabajar y ratificó el arresto domiciliario del empresario Luis Augusto Montanaro Bedoya, procesado por lesión del derecho a la comunicación y la imagen por presumiblemente filtrarse contenidos sexuales sin consentimiento.
La defensa del procesado tiene la posibilidad de apelar el presente fallo judicial y en caso de ser así será un tribunal de apelación quien tendrá que analizar y decidir si corresponde confirmar la resolución firmada por la jueza Alicia Pedrozo.
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Actualmente, Montanaro guarda reclusión domiciliaria en un edificio céntrico de Asunción. Asimismo se dispuso varias reglas de conducta, como la prohibición de salida del país, prohibición de cambiar de domicilio, la obligación de acudir a la audiencia preliminar y una fianza real de G. 990 millones.
De acuerdo a la investigación, en fecha 10 de julio de 2024, Montanaro Bedoya habría compartido sin consentimiento a través de distintas plataformas de mensajería numerosas imágenes y vídeos de carácter sexual, presuntamente de su expareja.
Este hecho motivó que se realice la denuncia que descubrió el ilícito. La defensa del imputado puede apelar el fallo judicial y en caso de ser así será un tribunal de apelación el que analizará si corresponde confirmar la resolución de la magistrada de Garantías.
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