Un niño de dos años de edad que padecía de dificultades respiratorias fue trasladado hasta el Ineram por sus padres para conocer qué lo aquejaba. Los galenos intervinientes se llevaron una gran sorpresa al encontrar que un grano de maíz obstruía su vía respiratoria.

El procedimiento fue realizado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Juan Max Boettner” (Ineram), dependiente del Ministerio de Salud Pública.

Así difundió el Dr. Carlos Morínigo, ex ministro de Salud Pública y actual coordinador de aislamiento del Ineram, a través de su cuenta de Facebook.

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El niño fue trasladado desde del distante distrito chaqueño de Mariscal José Felix Estigarribia hasta la sede del Ineram en la capital.

El equipo médico que atendió e intervino quirúrgicamente al niño estuvo compuesto por el Dr. Federico Guggiari, Dr. Luis Rotela, la Lic. Gabriela Silvero y la Lic. Cinthia Duré.

Médicos intervinientes. Foto: Facebook.

Los médicos diagnosticaron al niño con una obstrucción bronquial por la aspiración de un objeto extraño. Este objeto extraño, tras la intervención quirúrgica, resultó ser un grano de maíz.

El pequeño grano tenía el tamaño suficiente para tapar y cerrar el paso de oxígeno a uno de los pulmones, lo que repercutió en una dificultad respiratoria del menor.

Gracias a la minuciosa y profesional tarea de los expertos médicos, el grano de maíz pudo ser extraído con total éxito.

Varios casos de aspiración de objetos extraños

Este no es el primer antecedente similar que se registra en el Ineram. En julio del 2019, un menor de tres años fue intervenido igualmente en la institución. Proveniente de cientos de kilómetros de la capital, del Alto Paraná específicamente, fue trasladado por su padres hasta el nosocomio. Los médicos descubrieron que un poroto manteca estaba obstruyendo sus vías respiratorias. El objeto fue extraído con éxito tras una operación de urgencia.

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Sobre este tipo de casos el Dr. Carlos Morínigo había dedicado una columna publicada en nuestro diario en febrero de este año, titulada “Ojo con los Niños”. En su escrito, el médico relató experiencias y lecciones aprendidas tras atender más de 100 casos de niños, en edad muy temprana, que llevaron a la boca todo tipo de objetos pequeños.

Hizo énfasis en que la mayoría de los casos proviene del interior del país, de niños cuyos padres acuden al nosocomio en estado de desesperación tras recorrer cientos de kilómetros, ya que los hospitales de sus lugares de origen no tienen los equipos y el personal calificado para esta clase de procedimientos.

Por esta razón, habló de que los médicos no solo deben tratar con el mayor cuidado posible al paciente, sino también a los padres, para contenerlos emocional y psicológicamente.

Por otra parte, también resaltó que casi todos los casos se dieron por descuidos de los encargados. En ese sentido, pidió a los padres en general o responsables de niños menores, de edades de 0 a 4 años, supervisar todo el tiempo a los infantes para evitar casos similares.

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