Este domingo fueron sepultados los restos del empresario Aldo Zuccolillo en el cementerio de la Recoleta. Una gran cantidad de personas asistió para dar el último adiós a quien en vida fuera director del diario ABC Color, quien falleció este sábado tras estar internado por un accidente cerebro vascular.
Entre los presentes estuvieron políticos, empresarios, familiares y trabajadores de los medios de comunicación del grupo ABC, quienes homenajearon al ex director con un “enjambre amarillo”. Todos portaron sus remeras amarillas.
Al mediodía de este sábado se conoció la noticia del fallecimiento del director del diario Abc Color, Aldo Zuccolillo, quien días atrás había sufrido un accidente cerebro vascular.
El empresario fue director del diario ABC color, fundado en 1967. Fue perseguido por la dictadura de Alfredo Stroessner, que el 22 de marzo de 1984 cerró el periódico y posteriormente fue reabierto en la transición.
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Recoleta aplastó a Deportivo Santaní
El Deportivo Recoleta tuvo un gran desempeño ayer al barrer a su rival de turno, Deportivo Santaní, por 6-0, en juego correspondiente a la segunda fecha de la División Intermedia, que se disputó en el complejo Cardif.
Los goles del equipo dirigido por el entrenador Víctor González fueron de Lucas González, por duplicado, Matías Lezcano, Isaías Gavilán, Marcelo Medina y Renato Mencia.
El triunfo le permite al Recoleta subir escalones y acumular 6 unidades en las dos fechas disputadas. Mientras que Deportivo Santaní se frena con 3 puntos en la tabla de posiciones.
Otro equipo que cosechó el 100 % de los puntos en juego es Resistencia, que el domingo derribó al ambicioso elenco chaqueño, 12 de Junio (1-2), que arrancó ganando, pero muy pronto llegó la derrota en su primera experiencia en la Intermedia.
Mientras que Tembetary, en tiempo adicional, mediante el cabezazo de Juan Roa, venció a Rubio Ñu por 1-0 en el cierre de la segunda fecha. El compromiso se desarrolló en la cancha Luis Giagni de Villa Elisa.
La tercera fecha del torneo comenzará el viernes 19 de abril, con los partidos entre Rubio Ñu y Recoleta, en el estadio La Arboleda, desde las 17:15, y cerrará la jornada 3 de Febrero y Martín Ledesma en el estadio Antonio Aranda de Ciudad del Este, desde las 19:30.
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Falleció Carlos Saguier, pionero del cine paraguayo
El cineasta Carlos Alberto Saguier Agüero, director de “El pueblo” (1969), considerado como uno de los grandes hitos del audiovisual paraguayo, falleció por la mañana de este viernes, a los 78 años, en un sanatorio de Asunción, luego de una larga dolencia. Esta tarde, a partir de las 18:00, será el velatorio en la sala Edén de Futuro, en avenida San Martín esquina Sucre, en Asunción; el sepelio será mañana a las 10:00 en Parque Cementerio de Luque, sobre la ruta a San Bernardino.
“Yo le dediqué toda mi vida al cine. Por esas extrañas cosas del destino no pude filmar nunca un largometraje. Intentamos desde ‘El pueblo’ para acá”, había expresado Saguier, en diciembre de 2018, en una entrevista para el diario La Nación/Nación Media, cuando su notorio mediometraje experimental se encaminaba a cumplir 50 años desde su estreno.
“La película se exhibió el 5 de diciembre de 1969 en el Centro Cultural Paraguayo Americano, durante una semana, hasta que un comentario que publicó Mario Halley Mora en el diario Patria acusándonos de comunistas, nos obligó a retirarla”, rememoró Carlos Saguier, hace seis años, al recorrer ese universo de 50 años que se ha forjado en torno a “El pueblo”.
Nacido en Asunción, el 12 de abril de 1945, Saguier fue socio fundador y el primer presidente de la Cámara Paraguaya de Empresas Productoras de Cine y Televisión (Campro), así como miembro honorario de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas del Paraguay, en que motivó la creación del Galardón “Carlos Saguier”, cuya primera edición se celebró en diciembre de 2018. El Congreso Nacional lo distinguió como Maestro del Arte en junio de 2016.
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Filmaciones escolares
La pasión por el cine de Saguier deriva de su padre, Pedro, quien le acercó a clásicos del cine y también filmaba momentos familiares con cámaras de 16 milímetros. Por lo que empezó a filmar en el colegio; y también tuvo por amigo a Jesús Ruiz Nestosa, quien le enseñó fotografía, y como era periodista de La Tribuna, solían acudir dos o tres veces a la semana a ver los estrenos.
Luego apareció en escena el cineclub de Óscar Trinidad, con películas que no provenían de Hollywood. “Nos puso en contacto con todo el cine”, destacó. “Fue muy valioso, no solo por lo que nos posibilitó ver, si no por las devoluciones, las charlas que ampliaban el universo de conocimiento”.
“Viendo algunas grandes películas me entusiasmó la parte mecánica del cine, cómo hicieron eso, de qué manera lograron”, contó Saguier. “Entonces empecé a hurgar en la historia y en la parte técnica del cine, y descubrí las grúas, las cámaras. Aquello fue creciendo”. Entonces, en 1964, con 18 años, Carlos y Jesús hicieron su primera película, de 27 minutos, en colores: “Francisco”, la historia de un canillita; que se perdió con una inundación.
Además de compartir el programa “Panorama cultural” en radio Chaco Boreal, entre seis amigos; Saguier junto a Ruiz Nestosa y Antonio Pecci encabezaban el colectivo Cine Arte Experimental, y realizaron los cortos “Ñandejára rekove” y “Una historia paraguaya”, antes de planear “El pueblo”.
La otra película
“‘El pueblo’ iba a ser un mediometraje, que era un preludio al largometraje que teníamos pensado”, refirió Saguier, quien en 1968 viajó con Pecci a Tobatí, con una cámara de 16 milímetros, durante 20 días. “En el pueblo nos encontramos con un microcosmos, un mundo increíble, detenido en el tiempo, que es lo que tratamos de exponer en la película. Una realidad como suspendida”, dijo sobre dicha localidad ubicada a 85 kilómetros de la capital. “El último colectivo hacia Asunción salía a las 16:00, después se desconectaba del mundo”.
“Trabajamos con mucha cautela para no tener situaciones de rechazo, y de hecho no tuvimos. Tratábamos de ser invisibles para capturar un momento”, señaló el cineasta, que remarcó la amabilidad de la gente de Tobatí. Junto a otras tres personas contratadas, parte de la película se grabó en el cementerio de Villeta, y en una quinta en Capiatá. “‘El pueblo’ fue una experiencia muy difícil, muy compleja. Filmábamos en 16 milímetros, nunca hubo un laboratorio de proceso en Paraguay. Teníamos que enviar a Buenos Aires, y así pasaban 10, 15 días. Lo que uno filmaba lo hacía a ciegas. A veces lo que veíamos no era lo que queríamos, pero no había condiciones de cambiar”.
El director estimó que “El pueblo” costó aproximadamente 7 mil dólares en aquella época, de los cuales 2 mil invirtieron en efectos, aunque hubo mucho gasto en viajes a Argentina, para tratar de editar el material en Laboratorios Alex, pero resultó infructuoso. A comienzos de 1969 volvieron a filmar algunas tomas, mientras Carlos tomó contacto con un estudio de Nueva York, y aunque viajó en marzo a Estados Unidos, ya no alcanzó a participar del trabajo de laboratorio como hubiera querido.
En 1983 cerró el laboratorio y se perdieron los archivos originales de “El pueblo” y otras 3 mil películas. Saguier emprendió una intensa búsqueda; e incluso una copia que tenía se arruinó. “Es toda otra película lo que ocurrió con los negativos de ‘El pueblo’, pero hasta hoy están desaparecidos. Lo que hoy podemos ver es gracias a una copia que hizo Juanca Maneglia de pantalla, en el 2001″, dijo. “Consideré por varios años que la película estaba perdida hasta que apareció esta copia, y cuando la vi quise llorar, era terriblemente mala, se movía todo, tenía 80 rayas, dije que esto no sirve, esto no es la película”.
No obstante, Saguier encontró “un milagro” en aplicaciones de restauración, que permitieron exhibir una versión “potable” en el encuentro Tesape del 2013. También halló un rollo original de la parte de colores, el sonido se remasterizó en el 2014; y la Orquesta del Congreso grabó la música creada por Luis Cañete para la película. El 9 de diciembre de 2019, esta nueva versión recuperada de “El pueblo” cerró el primer Festival de Cine del Paraguay en Argentina, en la Manzana de las Luces de Buenos Aires.
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Un gran futuro
En la entrevista para La Nación, el cineasta (que también era un gran cinéfilo) compartió su opinión sobre el cine que se estaba haciendo en Paraguay y su proyección con nuevas generaciones: “Es parte de mi orgullo de ver cómo evolucionamos en todo este tiempo, cómo hoy hay una pléyade de jóvenes que quieren hacer cine, que les gusta el cine y que les gusta un cine nacional. No como en aquella época en que no podíamos hablar en guaraní”.
“Le quiero decir a los jóvenes de hoy que no es el camino. Hay que salir de la publicidad, hay que hacer cine. Y lo que definitivamente no hay que hacer es televisión. Yo dediqué años de mi vida de la televisión, y mucho más trabajo y tiempo que ‘El pueblo’, y todo ese trabajo, todo ese tiempo y todos esos años no significaron absolutamente nada. Hoy, de todo lo que yo hice en estos 50 años, lo único que se conoce es ‘El pueblo’. Nadie habla de los grandes shows, de los programas cómicos, de los programas de política. La televisión es efímera. Lo único que importa es el cine. Los jóvenes tienen que dedicarse a hacer cine”, reflexionó.
Tras resaltar méritos de diversas películas paraguayas como “Hamaca paraguaya” (2016), “7 cajas” (2012), “Guaraní” (2016) o “Leal, solo hay una forma de vivir” (2018), comentó: “El cine es un medio de hacer arte, es un medio de expresar ideas, de comunicar, de compartir, de emocionar. Creo que nosotros tenemos todo por delante para contar sobre nosotros al mundo. Tenemos un gran futuro como cine. Nuestro cine tiene una enorme personalidad. Estamos haciendo cosas interesantes. Comenzamos a hacer ruido. Y eso, en la medida que podamos hacer factible nuestro Instituto de Cine, vamos a impulsar aún más”.
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Titular de Seprelad criticó al grupo Abc Color por divulgar “fake new” basado en suposiciones
La ministra de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), Liliana Alcaraz, lanzó una fuerte crítica al grupo de medios de Abc Color por publicar una “fake news” (noticia falsa) basándose únicamente en una suposición, no en una prueba y tampoco recurrir a la fuente. Indicó que esto se viene publicando desde hace varios días, que supuestamente ella omitió su nombre como punto de contacto, en un informe de la Seprelad a la Fiscalía, en el marco de la causa penal que se investiga al expresidente Mario Abdo Benítez y otros por filtraciones desde esa institución en contra de los adversarios políticos.
En comunicación con el programa Así son las Cosas, que se emite por GEN y Universo 970 AM/Nación Media, explicó que las filtraciones que se dieron del pedido de informe de la Fiscalía de Panamá fueron publicadas por los medios periodísticos locales desde enero del 2022. Al respecto, aclaró que esa filtración sobre informes relacionados con Horacio Cartes se realizó cuando ella se desempeñaba como agente fiscal y todavía no tenía un usuario en la plataforma donde se recibían las comunicaciones.
“En el momento de las filtraciones yo no tenía acceso al sistema, yo no tenía usuario por lo que no pude ser el punto de contacto. Esos puntos de contacto o usuarios se gestionan a través de la coordinación nacional del Gafilat, que en ese momento era gestionado por el entonces ministro de Seprelad, Carlos Arregui”, refirió.
Indicó que esa gestión de parte de la coordinación de Paraguay recién se dio en marzo del 2022, es decir, dos meses después de que se haya concretado la filtración y divulgado por los medios locales. “Como yo no tuve el usuario, no puede haber sido el punto de contacto y definitivamente no accedí al pedido en la plataforma, como sí lo pudieron haber hecho los otros dos puntos de contactos que resultan ser la Policía y la Seprelad”, indicó.
Respecto a las publicaciones y la insistencia en señalarla como la responsable de la filtración, Alcaraz indicó que abiertamente se nota una suerte de defensa de las posiciones realizadas públicamente de las personas que se ven involucradas en el proceso penal.
“Abc bajo ningún sentido puede informar a la opinión pública algo que no es real o no es comprobado, teniendo como fuente una opinión y suposición de una persona. Yo escuché la entrevista realizada por el punto de contacto de la Policía, el comisario Luis López, quien habría mencionado que señaló cuando se le preguntó por el punto de contacto: ‘creía o tenía entendido que era la doctora Liliana Alcaraz el punto de contacto de la Fiscalía’”, relató.
Ante esta declaración del comisario López, la ministra Alcaraz señaló que al decir “creo o tengo entendido”, el comisario no hizo ninguna afirmación, por lo que no “se podría sostener esa declaración como evidencia, para exponer una mentira de esa naturaleza sin recurrir a la fuente. Entonces resulta poco responsable por parte del medio (Abc color) haciendo una afirmación basándose en una suposición de una persona”, arremetió por la publicación periodística.
Finalmente, la ministra Alcaraz indicó que a más de aclarar esta situación, porque además de basarse de una información falsa, que no solo está perjudicando sus funciones, sino además la imagen de la Seprelad que ya viene arrastrando el descrédito, es pertinente hacer estas aclaraciones.
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Periodismo berreta y amarillo
Después de un inmoral concubinato, en que el medio de comunicación vivía amancebado con el dictador Alfredo Stroessner, de repente, a finales de los 70 e inicios de los 80, hasta su clausura en 1984, el diario Abc Color adquirió notoriedad mediante la presencia de periodistas que fueron moldeando su carácter y su conciencia en la fragua cotidiana de esta profesión maravillosa y emancipadora.
No decimos que en aquella primera cuan deplorable etapa no haya contado con la colaboración de hombres intelectualmente admirables y moralmente íntegros. Uno de ellos fue su primer jefe de redacción, Humberto Pérez Cáceres, de intachable conducta, quien no duró mucho en el cargo, porque renunció apenas se dio cuenta hacia dónde iba tirando la línea editorial. Cubre ese espacio Roberto Thompson Molinas, de igual temperamento y convicciones. Un chiste sobre militares, en la columna que le sobrevive “Lucero del Alba”, le cuesta su primer apresamiento en noviembre de 1968. Es nuevamente detenido entre diciembre de 1974 y marzo de 1975, fecha en que decide abandonar la redacción del diario. Luego, se marcha al exilio. Son episodios de los que hoy se aprovechan para tratar de presentar una imagen distorsionada de lo que realmente fue aquel periodo de entreguismo y adulación abyecta. Y lo explicamos a continuación.
Nada de estos acontecimientos conmovió al director fundador de Abc Color, el señor Aldo Zuccolillo, ya fallecido. Al conmemorarse el décimo aniversario de la edición número 1, el 8 de agosto de 1977 reproduce su primer editorial con un agregado final deplorable: “En homenaje a la verdad, debemos manifestar que nos ha sido fácil seguir nuestra línea, porque no hemos recibido del Gobierno ningún tipo de presión fuera de aquella tratada de ejercer por funcionarios subalternos cada vez que nuestro diario publicaba algo que los exponía a la opinión pública”. Deplorable actitud, reiteramos, porque ningún subalterno tomaba decisiones sin la expresa autorización del dictador, para quien la “orden superior” estaba por encima de la Constitución Nacional y las leyes. Después vino la que podríamos llamar la camada de la transición, liderada por Luis Alberto Mauro e integrada por el cáustico Héctor Rodríguez (+), Alcibiades González Delvalle, Carloncho Rodríguez, Eduardo “El Puma” Báez Balbuena, Pepa Kostianovsky, Rubén Céspedes y Jesús Ruiz Nestosa, entre otros. Podríamos decir que fue la edad de oro del mencionado diario.
En el extremo inferior, de los diarios sobrevivientes de aquella época, está Última Hora, cuya etapa inicial fue timoneada por uno de los más grandes maestros del ingenio sarcástico y el humor ácido, don Isaac Kostianovsky. El diario se asentó definitivamente, ya bajo la dirección de Demetrio Rojas, con Fernando Cazenave en la jefatura de redacción, tomando la posta que había dejado Pedro Justino Macchi, cuyo titular “La nafta más cara del mundo” derivó en los treinta días de suspensión del mencionado medio. Y, luego, estaba la mirada creativa y siempre vigilante de Fiorello Botti. Un joven Andrés Colmán Gutiérrez se iniciaba en el arte de la investigación, mientras la línea editorial era meticulosamente escrutada por Reinaldo Montefilpo Carvallo y Juan Andrés Cardozo. Víctor Miguel Benítez se encargaba de tirar salmueras a las heridas que ocasionaba con su filosa pluma, contrastando con el estilo sobrio, pero igualmente cortante, de José María Costa.
Lamentablemente, al parecer, es muy difícil sostener la calidad y la credibilidad de un medio. La decadencia es inevitable cuando escasea el talento y abunda el espectáculo. Aquellos hombres y mujeres sin jactancia, que hacían fácil lo complicado, y lo hacían con la calidad y humildad de los auténticos maestros, han sido reemplazados por un exacerbado egocentrismo y un periodismo degradado al nivel de pasquín, en su acepción de “mala calidad, sensacionalista y calumnioso”. Prensa amarrilla y berreta. Una que, sin las exigidas evidencias, inflan los titulares a grados catastróficos. Sin investigaciones serias que aporten las pruebas incontrastables se echa mano al panfleto y a una supuesta credibilidad (que solo existe en la distorsionada mente de sus autoproclamados), para desparramar infundios con la ilusión de que desembarquen como verdades en los receptores. Los criterios de honestidad intelectual y las exigencias de la veracidad se redujeron al conventilleo ramplón y tosco. El intento de sarcasmo se transforma en una mueca grotesca y de mal gusto, que empeora por la saña y crueldad con que tratan a sus enemigos políticos, sin importar la edad ni la honra de sus víctimas.
En las últimas semanas desplegaron un operativo de maldad que no asombra, pero que repugna, en contra de dos jóvenes a quienes denigraron sin contemplaciones, tratando de borrarlos de los días futuros, sometiéndolos a un sistemático bullying (acoso) público y a un escarnio con propósitos intimidantes. Uno de ellos es Alejandro Ovelar Ayala, hijo del senador Silvio “Beto” Ovelar, a quien hostigaron de manera despreciable durante su campaña por la presidencia del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Y la otra es la exdirigente juvenil del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Jacqueline Sachelaridi, quien optó por afiliarse a la Asociación Nacional Republicana (ANR) y contra quien artillaron una maniobra de humillación en la que trataron de arrastrar hasta a sus familiares. Es lo que podríamos calificar como el rostro más miserable y pestilente del periodismo.
Y, por último, el amarillismo se hizo carne en las dos corporaciones mediáticas que perdieron (aparte de las elecciones) la altura de los tiempos idos, cuando durante la última visita del presidente de la República, Santiago Peña, a Buenos Aires, descalificaron a los medios colegas y programas argentinos a los que fue invitado. Los degollados sangrando por heridas ajenas. Y coronaron la bajeza de su estilo y de su línea cuando la opinión del mandatario sobre carnes y asaderos quisieron convertir en una causa nacional. El berretismo había sido coronado con éxito, para desgracia de la prensa seria, honesta y de calidad.