Con una aparición estelar de Tom Cruise, homenajes a los atletas y música de ambos lados del Atlántico, París des­pidió ayer domingo sus Jue­gos Olímpicos en una cere­monia fastuosa y entregó el testigo a Los Ángeles-2028.

Hacia el fin de la clausura, la alcaldesa de la ciudad califor­niana, Karen Bass, recibió en el Estadio de Francia la ban­dera con los cinco anillos de manos del presidente del COI, Thomas Bach, antes de con­fiarla a la gimnasta nortea­mericana Simone Biles, una de las heroínas de estos Jue­gos con tres oros.

El siguiente en arbolarla fue el actor Tom Cruise, que con ayuda de un cable bajó desde la cubierta del coliseo, ante los aplausos y gritos de los 70.000 espectadores, y se llevó raudo la bandera olím­pica en una moto como la que usó en París la primavera de 2017 durante el rodaje de “Misión imposible 6″.

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En la ceremonia en el Esta­dio de Francia, al norte de París, desfilaron los atletas de las 205 delegacio­nes, los mejores de ellos presumiendo de sus meda­llas. Entre ellas estuvo la de Paraguay, que ayer tuvo como abanderada a la mejor en individuales, la judoca Gabriela Narváez, quien finalizó séptima en 48 kilos y se adjudicó el diploma olím­pico al igual que la selección de fútbol, que finalizó sexta.

La comitiva paraguaya en el estadio de Francia, que tuvo como abanderada a la judoca Gabriela Narváez, quien hizo hazaña al finalizar séptima y se adjudicó el certificado olímpico. Foto: @COP

Seis de ellos fueron particu­larmente homenajeados en representación de sus res­pectivos continentes. Por América le correspondió el honor al luchador cubano Mijaín López, que ganó en París su quinto oro consecu­tivo en la misma disciplina, una hazaña jamás vista.

La ceremonia empezó con el apagado del pebetero, un ani­llo de siete metros de diáme­tro que desde la inauguración del 26 de julio ardía en el jar­dín de las Tullerías, en pleno de centro de París.

El broche al abrazo entre Francia y Estados Unidos lo puso la francesa Yseult cantando en una apoteo­sis de fuegos artificiales el más emotivo de los clásicos: “My Way”.

RÉCORD

París-2024 fue también un éxito de público, pese a los ele­vados precios: se vendieron más de 9,5 millones de entra­das, muy por encima del ante­rior récord de Atlanta-1996, cuando se despacharon 8,3 millones.

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