Nueva York, Estados Unidos. AFP.

De un lado, Naomi Osaka y su reco­brada combatividad, impulsada ahora por su rol de activista, y del otro, Victo­ria Azarenka y su disfrute del tenis después de una travesía en el desierto: la final feme­nina del Abierto de Estados Unidos se presenta tan emo­cionante como incierta.

Tanto la japonesa Osaka, de 22 años, como la bielorrusa Azarenka, de 31, aspiran a alzar hoy el tercer título de Grand Slam de sus carreras frente a las gradas vacías de la pista Arthur Ashe, en Flus­hing Meadows.

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En una batalla entre una estrella emergente y una veterana rejuvenecida, Osaka podría conquistar su tercera corona “Major” desde su vic­toria en el US Open del 2018, mientras que para Azarenka sería la primera desde el 2013.

Estas dos ex número uno mundiales ya debieron enfrentarse el 29 de agosto en la final del torneo Premier de Cincinnati, pero la japo­nesa se retiró antes por pro­blemas físicos.

“Estoy segura de que esta vez podremos jugar y será una final increíble”, dijo Azarenka. “Ella es una juga­dora muy poderosa, una gran campeona. Ya ha ganado dos (Grand Slams). ¿No estamos las dos buscando el tercero? Será divertido”.

A LA FINAL

El alemán Alexander Zverev remontó dos sets en contra para vencer al español Pablo Carreño por 3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 6-3, en casi tres horas en la primera semifinal y quiere levantar su primer título de Grand Slam ante el austriaco Dominic Thiem o el ruso Daniil Medvedev, quienes se enfrentaron anoche.

El alemán ascendió al número tres del mundo en el 2017 a los 20 años (el jugador más joven en llegar a ese nivel desde Djokovic en el 2007).

Conquistó el primero de sus tres Masters 1000 en Roma en el 2017 a los 20 años (tam­bién un récord de precocidad desde Djokovic en el 2007). Pero nunca ha acabado de explotar en un Grand Slam, una carga que se quiere qui­tar de encima mañana.

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