Filadelfia es un munici­pio del departamento de Boquerón que está situado a 470 kilómetros de Asunción. La población actual es ampliamente mul­ticultural y compuesta por colonos descendientes de europeos, población para­guaya y comunidades indí­genas.

La ciudad fue fundada el 17 de agosto de 1931 como centro administrativo de la Colonia Fernheim. En esa época, alre­dedor de 1.700 refugiados de la Unión Soviética de fe evan­gélica menonita se estable­cieron en 13 aldeas del Chaco Central. Estos inmigrantes llamaron a su colonia Fern­heim, que significa “hogar lejano”, marcando la segunda ola migratoria menonita más grande del país, la primera fue en Loma Plata en 1927.

PRINCIPALES ACTIVIDADES

En contacto con La Nación/ Nación Media, el intendente de la ciudad, Claudelino Rodas Núñez, precisó que muchas de las actividades se concentran en las expoferias, como la Expo Rodeo Trébol (con casi 50 años de vigencia y la más antigua del país), la Expo Neuland y Expo Pione­ros. Otras actividades son: la Fiesta de las tradiciones, los mercadillos navideños y los torneos locales deportivos, entre otros, como conciertos de música clásica en el con­servatorio local.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY
Filadelfia es la ciudad capital del departamento de Boquerón y su población está constituida gran parte por colonos menonitas.FOTO: ARCHIVO

TURISMO

Una parada obligatoria para descubrir el Chaco en Fila­delfia es el Centro de Inter­pretación del Gran Chaco. Se trata de un espacio dedicado a promover la riqueza cultu­ral, histórica y natural de uno de los ecosistemas más fasci­nantes del mundo. Ideal para visitantes locales y extran­jeros, invita a reflexionar sobre la importancia de pro­teger este valioso territorio y su cultura. Está abierto de miércoles a domingo de 9:00 a 17:00, la entrada es gratuita.

La oficina de Turismo de la cooperativa Fernheim es el punto de partida ideal para explorar la historia, la cultura y los atractivos turísticos de la ciudad ya que administran el circuito de museos de Fila­delfia que abarca desde la bio­diversidad chaqueña (Museo Jakob Unger) hasta la histo­ria pionera (Knelsenhaus y Casa de la Colonia), además de los avances industriales de la región (Museo Indus­trial). Cada espacio preserva el legado cultural y natural del Chaco.

COMERCIO

Entre las principales activi­dades comerciales de la ciu­dad se encuentran la ganade­ría y la agricultura, seguido de los talleres, industrias, supermercados, estudios contables, etc. “Práctica­mente todos los rubros ya están disponibles local­mente”, expresó el jefe comunal.

HOTELERÍA Y POBLACIÓN

Se estima que existen 850 camas registradas entre hoteles y posadas, pero podría llegar a los 1.000 con­tando los Airbnb habilitados en época de expos. Respecto a la cantidad de habitantes, el distrito cuenta con aproxi­madamente 25.000 habitan­tes y el último censo arrojó que el 60 % de la población local pertenece a las comuni­dades nativas de Boquerón.

“Filadelfia es un polo de desa­rrollo crucial para el Chaco y el país. Su posición de capi­tal departamental y su ubica­ción estratégica lo posicionan como sitio infaltable a la hora de hacer turismo chaqueño. La migración masiva de tra­bajadores de todo el país lo convierte en un polo multi­cultural. Para desarrollarlo aún más es preciso inversión estatal en todos los frentes”, remarcó Rodas Núñez.

El último censo arrojó que el 60 % de la población local pertenece a las comunidades nativas de Boquerón.FOTO: GENTILEZA

HISTORIA

Desde el municipio cuentan que antes de constituirse la ciudad, una de las mayores dificultades fue encontrar un lugar céntrico con acceso a agua potable subterránea. Una vez identificado este sitio, fundaron allí la ciudad de Filadelfia, cuyo nombre significa “amor fraternal”. Diseñaron un plano urbano con una clara división entre las zonas industrial, comer­cial y residencial, dando lugar a un trazado que, visto desde arriba, recuerda a un tablero de ajedrez.

Los primeros años fueron extremadamente difíciles debido a las condiciones cli­máticas adversas, las plagas en los cultivos y la propa­gación de enfermedades, lo que llevó a que el Chaco fuera conocido como el “infierno verde”. Luego estalló uno de los conflictos bélicos más importantes de Sudamérica: la Guerra del Chaco (1932- 1935).

Aunque el desarrollo econó­mico de la región se debió en gran parte a la rígida cultura de trabajo de los menonitas, es importante destacar que el área ya estaba habitada por nativos nómadas de la parcialidad Enlhet, quienes eran pacíficos y se sumaron a la fuerza laboral local.

Actualmente, junto con otras parcialidades indígenas, los pueblos originarios represen­tan más del 60 % de la mano de obra del departamento, desempeñando un rol fun­damental en el crecimiento y fuerza laboral de toda la región.

Déjanos tus comentarios en Voiz