El Paraguay del futuro debe continuar la estrategia de consolidarse como produc­tor mundial de alimentos, pero como uno inteligente que se desarrolla y agrega el valor industrial dentro de sus fronteras, según expuso la Cámara Paraguaya de Pro­cesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) ante téc­nicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), por sus siglas en inglés.

En un conversatorio técnico, explicaron que la industria de la molienda de soja es un pro­ceso crítico para el desarrollo de la industria alimenticia y la de biocombustibles, sectores donde Paraguay puede dife­renciarse agregando valor, incorporando además mano de obra local que requiere mayor especialización.

“A nivel productivo, si bien se están realizando estudios para intentar realizar agricultura en zonas marginales, Paraguay ha encontrado lími­tes en la expansión de su fron­tera agrícola. Sin embargo, a nivel industrial, es donde Paraguay tiene aún mucho por crecer”, expresó el presi­dente de la Cappro, Antonio Iati, asegurando que esto es posible con la implementa­ción de algunas medidas con­cretas por parte del Estado que busquen aumentar la competitividad del sector.

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En ese sentido, recordó que las industrias aceiteras son las únicas que no tienen derecho a la devolución del crédito fiscal del IVA cuando exportan productos indus­trializados, lo cual se con­vierte en un costo elevado dejándolas fuera de compe­tencia en el mercado inter­nacional.

Añadió que Paraguay es el único país productor de soja en el mundo que no tiene políticas activas en favor de la industrialización den­tro de su territorio. Y con los cambios en las reglas e inequidad fiscal se resta competitividad al sector.

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