Las proyecciones agro­climáticas estiman que si bien La Niña era ini­cialmente débil, con la acción de los vientos polares a nivel regional, el fenómeno climá­tico cobrará mayor fuerza sobre el área agrícola de Para­guay durante la campaña 2024/25, según la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cerea­les y Oleaginosas (Capeco). De ahí que se recalcó la importan­cia de tener los suelos cubier­tos para retener la humedad.

El ingeniero agrónomo Eduardo Sierra, asesor agro­climático de Capeco, resaltó que el año agrícola arranca con la irrupción de La Niña y así se prevé un mes de setiem­bre reducido en disponibilidad pluviométrica, aunque las con­diciones mejorarían durante octubre y noviembre, cuando se recupera la humedad. Segui­damente, durante diciembre y enero, si bien habrá lluvias, el estrés calórico será impor­tante, por lo que se reducirán notoriamente los perfiles de humedad en el suelo.

“Un hecho negativo para el desarrollo de los cultivos que en ese tiempo entrarían en su última etapa de maduración, antes de la cosecha”, agregó el ingeniero agrónomo. Al fina­lizar este ciclo, según las pro­yecciones agroclimáticas de Capeco, en el mes de marzo se prevé una leve recupera­ción del promedio de lluvias. Posteriormente, el próximo otoño traería eventos de hela­das, dificultando el ciclo de producción de los cultivos de entrezafra.

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A su vez, el responsable de la Asesoría Agrícola de Capeco, el ingeniero agroclimático Luis Cubilla hizo énfasis en que, si bien se proyecta de nuevo una producción de 10 millones de toneladas de soja, las condicio­nes en los diferentes periodos del cultivo podrían tener limi­taciones respecto a los niveles de agua y temperatura, por lo que se recomendó a los produc­tores tomar decisiones opor­tunas e inteligentes durante la campaña, que nuevamente se presenta con dificultades.

“De acuerdo con las proyeccio­nes, habría buenas lluvias entre octubre y noviembre, etapa de floración de la soja, lo que redu­cirá la probabilidad de aborto de vainas y, por ende, permi­tirá salir bien de ese periodo para afrontar la época más crí­tica, que será entre diciembre y enero, en la que habrá tempe­raturas elevadas y, probable­mente, también mayor estrés hídrico”, se precisó.

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