El Grupo Banco Mun­dial (GBM) realizó la presentación del Informe Económico Regio­nal para América Latina y el Caribe a cargo denominado “Competencia ¿el ingrediente que falta para crecer?”, a cargo del economista jefe, William Maloney. En la oportunidad, destacó los principales desa­fíos para la región y calificó a Paraguay como un buen lugar para hacer negocios.

En su presentación, el eco­nomista jefe del BM para la región habló sobre las oportu­nidades y desafíos que expe­rimentan las economías de la región en la actualidad y que están incidiendo en los resul­tados de actividad de cada uno de ellos, ya sea positivamente o negativamente. La presen­tación del informe se realizó vía Zoom y contó con la par­ticipación de periodistas de toda la región.

En el caso de Paraguay, el economista ratificó la esti­mación ya realizada del BM de 3,8 % de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para el 2024, 3,6 % para el 2025 y 2026. Estas perspec­tivas reflejan que nuestro país mantendría su potencial de crecimiento económico para los próximos años.

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Por otro lado, afirmó que “Paraguay está situado cómo­damente al lado de las econo­mías importantes como un buen lugar para hacer nego­cios”. Consideró que nues­tro país seguiría desarro­llando ese buen puerto con el sector agrícola, uno de los más importantes del país y que genera un importante empuje económico. No obs­tante, teniendo en cuenta el enfoque de aumento de la competitividad de los países de la región que tuvo su pre­sentación, indicó que obser­vando el nivel de educación que existe en el país y la pér­dida de la fuerza laboral que existe en este siglo, se debe seguir invirtiendo para que Paraguay pueda seguir com­pitiendo globalmente.

BLOQUEO AL POTENCIAL

Maloney señaló que a medida que el impacto de la pande­mia retrocede, las tasas de crecimiento regional están volviendo a los nive­les de la década de 2010, lo que demuestra que no se ha abordado los problemas persistentes que bloquean el potencial, incluyendo los bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión que también alimentan el des­contento social. “Una agenda que impulse el crecimiento aborda seriamente estas brechas. De lo contrario, la región quedará estancada y no podrá traer inversiones ni aprovechar nuevas oportuni­dades, como la localización de industrias o la economía baja en carbono. La mejora de los sistemas de competen­cia debería ser parte de estas estrategias, lo que beneficia­ría a los consumidores y las empresas”, sostuvo.

El BM prevé que el producto interno bruto (PIB) regional se expandirá un 1,6 % en 2024, en tanto se espera un creci­miento del PIB de 2,7 % y 2,6 % para el 2025 y 2,6 % para el 2026. Mencionaron que estas tasas son las más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo e insuficientes para impulsar la prosperidad. “El bajo nivel de crecimiento, de manera sos­tenida, no es solo una esta­dística económica, sino una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportuni­dades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando las eco­nomías se estancan, el poten­cial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper con este ciclo” sostuvo, por su parte, Carlos Felipo Jaramillo, vicepresidente del BM para la región.

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