La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) emitió un reciente informe correspondiente al mes de setiembre, en que detallaron los números que dejó el tercer trimestre de 2023 en la industria de granos y procesamiento.
La molienda total de oleaginosas se ubicó en 2.321.368 toneladas al tercer trimestre de 2023, siendo un mejor número que lo registrado en el mismo periodo de 2022, el peor año de la industria aceitera desde sus inicios. Sin embargo, expusieron que el nivel todavía se encuentra en un 7 % por debajo del promedio acumulado a setiembre en los tres años anteriores a la sequía.
“El acumulado registrado a setiembre va confirmando las expectativas negativas que manifestábamos desde el sector a pesar de la recuperación de la cosecha de la principal oleaginosa del país, la soja”, indicaron desde la Cappro.
En ese margen, explicaron que esto es debido a que las industrias nacionales no pueden competir en igualdad de condiciones con las fábricas de otros países que cuentan con políticas industriales activas que les permiten adquirir en buenas condiciones materia prima desde cualquier lugar del mundo y agregarle valor dentro de su territorio.
INGRESO DE DIVISAS
Acerca del ingreso de divisas generado por el complejo soja al cierre del tercer trimestre, precisaron que superó los USD 3.853 millones, un crecimiento del 76 % con respecto al mismo periodo de 2022. Las divisas generadas representan el 43 % del valor de todas las exportaciones registradas del país, un incremento de 15 puntos porcentuales en la comparación interanual.
Resaltaron además que aparte del aumento de la producción de soja, hubo una alta demanda por la materia prima agrícola nacional desde las fábricas argentinas (el 94 % del volumen total exportado fue enviado a este destino, según datos a setiembre del Banco Central del Paraguay), hecho que ha sido un motor importante para este resultado, disminuyendo el procesamiento local.
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Cappro insiste en robustecer la industria aceitera con políticas adecuadas
Para la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) es preciso como país productivo agroindustrial contar con políticas públicas que puedan elevar el verdadero potencial, ya que más allá de la buena cosecha y el aumento de materia prima disponible, la utilización de capacidad sigue en el 70 %.
“Es crucial robustecer a la industria aceitera paraguaya con políticas públicas adecuadas para mejorar estos índices y alcanzar niveles más competitivos, ya que el procesamiento sigue sin alcanzar los mejores niveles”, expresa la cámara.
Según el último informe de la Cappro, la molienda total de oleaginosas acumulada al mes de mayo de este año llegó a 1.402.533 toneladas, que representa un 16 % más con relación al mismo periodo del año anterior, y del orden de 150 mil toneladas con relación al promedio acumulado a mayo en los últimos cinco años.
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Industrialización
Mencionan que si bien se viene registrando mejores resultados, y que la molienda hasta el quinto mes haya sido la más alta en lo que va de esta década, sigue siendo inferior al resultado del mismo periodo en cualquier año entre 2015 y 2019, año en que se aprobó la última reforma tributaria.
En tanto que el procesamiento de la soja hasta el mismo mes alcanzó 1.369.559 toneladas, con un aumento de 16 % con respecto al volumen industrializado en el periodo anterior, aunque menor a los meses anteriores, y refleja una utilización del 70 % de la capacidad nominal de las industrias en el mismo periodo, lo cual es mejor al anterior pero aun lejos de los mejores registros.
Como gremio, alegan que los números positivos deben ser evaluados en su real contexto, ya que la industria aceitera se encuentra atravesando una situación bastante compleja hace ya varios años, más allá de los resultados agrícolas alentadores.
No obstante, ante la disponibilidad de materia prima por la mejora en la cosecha, la industria aceitera prevé cerrar el 2024 en niveles bastante similares a los del 2023, lo que implicaría una capacidad ociosa en torno al 1.000.000 de toneladas.
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Complejo sojero, protagonista de la economía paraguaya a la espera de potenciar la industrialización
Sofía Céspedes (sofia.cespedes@nacionmedia.com)
La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024 de acuerdo con estadísticas de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). En 2023, el complejo sojero generó ingresos al país por USD 3.424 millones en comparación a los USD 1.226 millones registrados en 2022.
El portal Green Commodities afirma que la soja se convirtió en el primer producto de exportación del país, es el producto agrícola que genera más ingresos y aporta al producto interno bruto (PIB) cerca del 17 %. Actualmente, Paraguay se sitúa entre los seis mayores productores de soja a nivel mundial y el cuarto mayor exportador.
Sin embargo, la industrialización sigue siendo una materia pendiente y que impulsará más a este segmento de la agricultura. La molienda del grano no tuvo el mismo comportamiento de crecimiento como fue con la producción agrícola; por el contrario, el año pasado la industrialización fue un 8 % menor que la que se había conseguido en 2014.
En contacto con La Nación/Nación Media, Sandra Noguera, gerente general de la Cappro, explicó que el repunte de la producción de soja, luego de la “catástrofe” de 2022 a raíz de la sequía, es sumamente positivo para el sector, pero aclaró que la materia pendiente sigue siendo la industrialización de la oleaginosa.
Noguera precisó que para dar el siguiente paso en la industrialización se deben introducir medidas públicas que puedan impulsar al sector y atraer nuevas inversiones, principalmente contar con un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera, con relación al resto de las industrias que exportan.
Actualmente, es la única industria que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados, y tener un esquema de incentivos donde se promueva transformar la materia prima en el país.
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Noguera enfatizó que mientras Paraguay no cuente con las condiciones para seguir avanzando en la industrialización no podrá responder a la alta demanda existente en el exterior por la soja, principalmente de Argentina, que es uno de los mayores compradores del grano.
En el vecino país hay un régimen de admisión temporaria que facilita la importación de materia prima, tanto de Paraguay como de otros países alrededor del mundo. En los últimos 5 años (2019-2023), Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural que se exportó desde Paraguay.
Capacidad
Sobre la capacidad de procesamiento en las industrias aceiteras asociadas a Cappro, Noguera indicó que ronda las 4,2 millones de toneladas anuales, es decir, menos de la mitad de lo que se produce anualmente.
La directiva de la Cappro incluso resaltó que en los últimos tres años “normales” (sin considerar el año de la gran sequía del 2022) se procesaron solo 3,01 millones de toneladas en promedio, por año de soja, lo que implica que cada año las aceiteras nacionales se ven forzadas a no aprovechar cerca del 30 % de su capacidad, pese a que existe materia prima agrícola disponible en el país.
“Entre 2014 y 2024 la capacidad instalada se ha reducido en torno a unas 300.000 toneladas por año, ya que en 2018 una de las industrias asociadas a Cappro decidió suspender sus operaciones de molienda de oleaginosas”, agregó Noguera.
Producción
Acerca de la cosecha que esperan para la campaña agrícola 2023/2024, tanto Sandra Noguera como Hugo Pastore, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), precisaron a La Nación/Nación Media que la producción estimada es de un volumen de 10,47 millones de toneladas con una superficie de siembra de 3,56 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 2.767 kilos por hectárea.
Aseguraron que es un buen volumen, con un rendimiento dispar por zonas con bajo rendimiento a raíz de factores climáticos, que fue compensado por otras zonas. Recordaron que en años de buena producción agrícola se cosecha en un volumen de entre 10 millones y 11 millones de toneladas anuales.
“Tuvimos una zafriña que no tuvo buenas precipitaciones, lo que hace que los rendimientos sean variables, algunas rinden mejor que otras, se sufrió mucho por la falta de lluvia”, expresó Pastore recordando que están atentos a los pronósticos meteorológicos respecto a lo que se espera para la próxima campaña agrícola.
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Empleo
En 2013, las industrias asociadas a Cappro hicieron grandes inversiones para instalar nuevas fábricas y la capacidad instalada de procesamiento creció de 1,5 millones de toneladas por año a 4,5 millones de toneladas por año.
De esta manera, el sector agroindustrial pasó a considerarse la actividad industrial más importante del país en los 10 años en términos de saldo de inversión extranjera directa.
Esto produjo que solo los asociados a la Cappro generen empleo para más de 8.800 trabajadores calificados, 2.200 de manera directa en las plantas y aproximadamente 6.600 de manera indirecta. La cámara está conformada por 10 industrias aceiteras que procesan oleaginosas para la obtención de la harina, cascarilla de soja, aceite crudo y refinado.
Datos claves
- La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024.
- La producción estimada para la campaña 2023-2024 es de 10,47 millones de toneladas.
- En los últimos 5 años Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural.
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Complejo sojero, protagonista de la economía, pretende elevar la industria
- Por Sofía Céspedes
- sofia.cespedes@nacionmedia.com
La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre el 2014 y el 2024 de acuerdo con estadísticas de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). En 2023, el complejo sojero generó ingresos al país por USD 3.424 millones en comparación a los USD 1.226 millones registrados en 2022.
El portal Green Commodities afirma que la soja se convirtió en el primer producto de exportación del país. Es el producto agrícola que genera más ingresos y aporta al producto interno bruto (PIB) cerca del 17 %. Actualmente, Paraguay se sitúa entre los seis mayores productores de soja a nivel mundial y el cuarto mayor exportador.
Sin embargo, la industrialización sigue siendo una materia pendiente y que impulsará más a este segmento de la agricultura. La molienda del grano no tuvo el mismo comportamiento de crecimiento como fue con la producción agrícola; por el contrario, el año pasado la industrialización fue un 8 % menor que la que se había conseguido en 2014.
En contacto con La Nación/ Nación Media, Sandra Noguera, gerente general de la Cappro, explicó que el repunte de la producción de soja, luego de la “catástrofe” de 2022 a raíz de la sequía, es sumamente positivo para el sector, pero aclaró que la materia pendiente sigue siendo la industrialización de la oleaginosa.
Noguera precisó que para dar el siguiente paso en la industrialización se deben introducir medidas públicas que puedan impulsar al sector y atraer nuevas inversiones, principalmente contar con un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera con relación al resto de las industrias que exportan. Actualmente, es la única industria que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados, y tener un esquema de incentivos donde se promueva transformar la materia prima en el país.
Noguera enfatizó que mientras Paraguay no cuente con las condiciones para seguir avanzando en la industrialización no podrá responder a la alta demanda existente en el exterior por la soja, principalmente de Argentina, que es uno de los mayores compradores del grano. En el vecino país hay un régimen de admisión temporaria que facilita la importación de materia prima, tanto de Paraguay como de otros países alrededor del mundo. En los últimos 5 años (2019- 2023), Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural que se exportó desde Paraguay.
CAPACIDAD
Sobre la capacidad de procesamiento en las industrias aceiteras asociadas a Cappro, Noguera indicó que ronda las 4,2 millones de toneladas anuales, es decir, menos de la mitad de lo que se produce anualmente.
La directiva de la Cappro incluso resaltó que en los últimos tres años “normales” (sin considerar el año de la gran sequía de 2022) se procesaron solo 3,01 millones de toneladas en promedio por año de soja, lo que implica que cada año las aceiteras nacionales se ven forzadas a no aprovechar cerca del 30 % de su capacidad, pese a que existe materia prima agrícola disponible en el país. “Entre el 2014 y 2024 la capacidad instalada se ha reducido en torno a unas 300.000 toneladas por año, ya que en 2018 una de las industrias asociadas a Cappro decidió suspender sus operaciones de molienda de oleaginosas”, agregó Noguera.
PRODUCCIÓN
Acerca de la cosecha que esperan para la campaña agrícola 2023/2024, tanto Sandra Noguera como Hugo Pastore, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), precisaron a La Nación/Nación Media que la producción estimada es de un volumen de 10,47 millones de toneladas con una superficie de siembra de 3,56 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 2.767 kilos por hectárea.
Aseguraron que es un buen volumen, con un rendimiento dispar por zonas con bajo rendimiento a raíz de factores climáticos, que fue compensado por otras zonas. Recordaron que en años de buena producción agrícola se cosecha en un volumen de entre 10 millones y 11 millones de toneladas anuales.
“Tuvimos una zafriña que no tuvo buenas precipitaciones, lo que hace que los rendimientos sean variables, algunas rinden mejor que otras, se sufrió mucho por la falta de lluvia”, expresó Pastore recordando que están atentos a los pronósticos meteorológicos respecto a lo que se espera para la próxima campaña agrícola.
EMPLEO
En el 2013, las industrias asociadas a Cappro hicieron grandes inversiones para instalar nuevas fábricas y la capacidad instalada de procesamiento creció de 1,5 millones de toneladas por año a 4,5 millones de toneladas por año. De esta manera, el sector agroindustrial pasó a considerarse la actividad industrial más importante del país en los 10 años en términos de saldo de inversión extranjera directa.
Esto produjo que solo los asociados a la Cappro generen empleo para más de 8.800 trabajadores calificados, 2.200 de manera directa en las plantas y aproximadamente 6.600 de manera indirecta. La cámara está conformada por 10 industrias aceiteras que procesan oleaginosas para la obtención de la harina, cascarilla de soja, aceite crudo y refinado.
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Molienda de oleaginosa cerró positivamente
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) informó que la molienda de oleaginosas acumulada en el primer cuatrimestre del año alcanzó 1.073.422 toneladas, unas 224.218 más (15 % más) que el mismo periodo de los últimos cinco años. Este resultado se debe principalmente a una disponibilidad de granos superior a la media de los últimos años, cuando los problemas climáticos “dificultaron las labores de industrialización”.
Desde la Cappro se hizo énfasis en que si bien el inicio de año parece favorable, aún se necesitan de importantes cambios estructurales para que la competitividad de la industria aceitera nacional pueda recuperarse y empezar a trabajar, como primer objetivo, al menos más cerca del tope de nuestra capacidad instalada.
Respecto al procesamiento de soja durante los cuatro primeros meses de 2024, el informe señala que se alcanzó las 1.044.490 toneladas, lo que representa una mejoría del 20 % frente a los registros del año anterior, pero una leve retracción en comparación al cierre de marzo, donde se había alcanzado un 32 % más. “Así se comienza a mostrar una vuelta a la normalidad luego del inicio de año tan acelerado por el cambio en la disponibilidad de granos”, detallaron.
El volumen de industrialización de la soja representó además una utilización de la capacidad nominal del 63 % para este periodo. Si bien implica una mejora en el registro de los últimos años, aún está por debajo de los mejores registros para este periodo (2015 a 2019).
“El panorama para los próximos meses, considerando que no se esperan grandes cambios en cuanto a condiciones de competitividad, indica que la industria aceitera mantendría su elevado nivel de ociosidad en este 2024″, destacaron desde la Cappro.