Luego de un año bastante complejo, donde la sequía llevó a que muchas fábricas no procesen oleaginosas durante los últimos meses del 2022, el 2023 inicia con buenas estimaciones para la producción, pero marcado por el retraso en el inicio de la cosecha, lo cual determinó que este primer mes del año sea un mes perdido para la industria aceitera, de acuerdo al informe de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
Es así que, durante este enero se agregó valor a apenas 15.537 toneladas de oleaginosas, una caída del 75% si se compara con el volumen promedio de procesamiento para el primer mes en los últimos tres años. Además que, a diferencia de lo que ocurre habitualmente, la soja no fue la materia prima más procesada por las aceiteras, cediendo temporalmente su lugar a la canola.
De igual manera, se espera que la normalización de la cosecha pueda llevar a valores más significativos de industrialización; aunque las deterioradas condiciones de competitividad de la industria hacen prever nuevamente un año gris para este sector que se encuentra estancado por la falta de políticas públicas.
UTILIZACIÓN ALCANZA SOLO 2% EN ENERO
Durante el mes de enero se han procesado apenas 7.110 toneladas de soja, el menor registro para un primer mes del año des de que la Cappro inició con sus estadísticas en el 2008; situación que se da justo después de cerrar el peor año de toda la historia para la industria aceitera nacional. Si se compara este volumen con el promedio del mismo período en los últimos tres años podemos observar una caída del 88%. Además, la soja molida representa una utilización de solamente el 2% de la capacidad nominal de las industrias para este mes.
Para los próximos meses se espera que los volúmenes vayan aumentando conforme se dispone de mayor volumen de materia prima. Sin embargo, de no darse cambios significativos en las políticas públicas que afectan al sector, no se espera un repunte demasiado significativo en la utilización; con lo que se volvería a registros de capacidad ociosa en torno al millón de toneladas por año, indicaron desde Cappro.
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Cappro insiste en robustecer la industria aceitera con políticas adecuadas
Para la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) es preciso como país productivo agroindustrial contar con políticas públicas que puedan elevar el verdadero potencial, ya que más allá de la buena cosecha y el aumento de materia prima disponible, la utilización de capacidad sigue en el 70 %.
“Es crucial robustecer a la industria aceitera paraguaya con políticas públicas adecuadas para mejorar estos índices y alcanzar niveles más competitivos, ya que el procesamiento sigue sin alcanzar los mejores niveles”, expresa la cámara.
Según el último informe de la Cappro, la molienda total de oleaginosas acumulada al mes de mayo de este año llegó a 1.402.533 toneladas, que representa un 16 % más con relación al mismo periodo del año anterior, y del orden de 150 mil toneladas con relación al promedio acumulado a mayo en los últimos cinco años.
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Industrialización
Mencionan que si bien se viene registrando mejores resultados, y que la molienda hasta el quinto mes haya sido la más alta en lo que va de esta década, sigue siendo inferior al resultado del mismo periodo en cualquier año entre 2015 y 2019, año en que se aprobó la última reforma tributaria.
En tanto que el procesamiento de la soja hasta el mismo mes alcanzó 1.369.559 toneladas, con un aumento de 16 % con respecto al volumen industrializado en el periodo anterior, aunque menor a los meses anteriores, y refleja una utilización del 70 % de la capacidad nominal de las industrias en el mismo periodo, lo cual es mejor al anterior pero aun lejos de los mejores registros.
Como gremio, alegan que los números positivos deben ser evaluados en su real contexto, ya que la industria aceitera se encuentra atravesando una situación bastante compleja hace ya varios años, más allá de los resultados agrícolas alentadores.
No obstante, ante la disponibilidad de materia prima por la mejora en la cosecha, la industria aceitera prevé cerrar el 2024 en niveles bastante similares a los del 2023, lo que implicaría una capacidad ociosa en torno al 1.000.000 de toneladas.
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Complejo sojero, protagonista de la economía paraguaya a la espera de potenciar la industrialización
Sofía Céspedes (sofia.cespedes@nacionmedia.com)
La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024 de acuerdo con estadísticas de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). En 2023, el complejo sojero generó ingresos al país por USD 3.424 millones en comparación a los USD 1.226 millones registrados en 2022.
El portal Green Commodities afirma que la soja se convirtió en el primer producto de exportación del país, es el producto agrícola que genera más ingresos y aporta al producto interno bruto (PIB) cerca del 17 %. Actualmente, Paraguay se sitúa entre los seis mayores productores de soja a nivel mundial y el cuarto mayor exportador.
Sin embargo, la industrialización sigue siendo una materia pendiente y que impulsará más a este segmento de la agricultura. La molienda del grano no tuvo el mismo comportamiento de crecimiento como fue con la producción agrícola; por el contrario, el año pasado la industrialización fue un 8 % menor que la que se había conseguido en 2014.
En contacto con La Nación/Nación Media, Sandra Noguera, gerente general de la Cappro, explicó que el repunte de la producción de soja, luego de la “catástrofe” de 2022 a raíz de la sequía, es sumamente positivo para el sector, pero aclaró que la materia pendiente sigue siendo la industrialización de la oleaginosa.
Noguera precisó que para dar el siguiente paso en la industrialización se deben introducir medidas públicas que puedan impulsar al sector y atraer nuevas inversiones, principalmente contar con un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera, con relación al resto de las industrias que exportan.
Actualmente, es la única industria que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados, y tener un esquema de incentivos donde se promueva transformar la materia prima en el país.
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Noguera enfatizó que mientras Paraguay no cuente con las condiciones para seguir avanzando en la industrialización no podrá responder a la alta demanda existente en el exterior por la soja, principalmente de Argentina, que es uno de los mayores compradores del grano.
En el vecino país hay un régimen de admisión temporaria que facilita la importación de materia prima, tanto de Paraguay como de otros países alrededor del mundo. En los últimos 5 años (2019-2023), Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural que se exportó desde Paraguay.
Capacidad
Sobre la capacidad de procesamiento en las industrias aceiteras asociadas a Cappro, Noguera indicó que ronda las 4,2 millones de toneladas anuales, es decir, menos de la mitad de lo que se produce anualmente.
La directiva de la Cappro incluso resaltó que en los últimos tres años “normales” (sin considerar el año de la gran sequía del 2022) se procesaron solo 3,01 millones de toneladas en promedio, por año de soja, lo que implica que cada año las aceiteras nacionales se ven forzadas a no aprovechar cerca del 30 % de su capacidad, pese a que existe materia prima agrícola disponible en el país.
“Entre 2014 y 2024 la capacidad instalada se ha reducido en torno a unas 300.000 toneladas por año, ya que en 2018 una de las industrias asociadas a Cappro decidió suspender sus operaciones de molienda de oleaginosas”, agregó Noguera.
Producción
Acerca de la cosecha que esperan para la campaña agrícola 2023/2024, tanto Sandra Noguera como Hugo Pastore, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), precisaron a La Nación/Nación Media que la producción estimada es de un volumen de 10,47 millones de toneladas con una superficie de siembra de 3,56 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 2.767 kilos por hectárea.
Aseguraron que es un buen volumen, con un rendimiento dispar por zonas con bajo rendimiento a raíz de factores climáticos, que fue compensado por otras zonas. Recordaron que en años de buena producción agrícola se cosecha en un volumen de entre 10 millones y 11 millones de toneladas anuales.
“Tuvimos una zafriña que no tuvo buenas precipitaciones, lo que hace que los rendimientos sean variables, algunas rinden mejor que otras, se sufrió mucho por la falta de lluvia”, expresó Pastore recordando que están atentos a los pronósticos meteorológicos respecto a lo que se espera para la próxima campaña agrícola.
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Empleo
En 2013, las industrias asociadas a Cappro hicieron grandes inversiones para instalar nuevas fábricas y la capacidad instalada de procesamiento creció de 1,5 millones de toneladas por año a 4,5 millones de toneladas por año.
De esta manera, el sector agroindustrial pasó a considerarse la actividad industrial más importante del país en los 10 años en términos de saldo de inversión extranjera directa.
Esto produjo que solo los asociados a la Cappro generen empleo para más de 8.800 trabajadores calificados, 2.200 de manera directa en las plantas y aproximadamente 6.600 de manera indirecta. La cámara está conformada por 10 industrias aceiteras que procesan oleaginosas para la obtención de la harina, cascarilla de soja, aceite crudo y refinado.
Datos claves
- La producción de soja tuvo un incremento de 28 % entre 2014 y 2024.
- La producción estimada para la campaña 2023-2024 es de 10,47 millones de toneladas.
- En los últimos 5 años Argentina fue el destino de alrededor del 78 % de toda la soja en estado natural.
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Industrialización, inversiones y empleo, pilares del Gobierno
Desde la Presidencia de la República se ha trabajado de manera articulada para restituir el rol de preponderancia de la política de trabajo a nivel país, donde los pilares se centran en una cadena de funcionamiento entre mayor generación de trabajo, inversiones y expansión industrial.
Desde la Vocería de Gobierno dieron a conocer la serie de procesos que se siguen asumiendo para instalar un país con un modelo que apunte a mejorar la industrialización nacional, atrayendo nuevas tecnologías, aparte de un mayor capital extranjero combinado con el capital nacional.
“Esto el presidente Santiago Peña lo ha observado como una necesidad, por lo cual el Ministerio de Trabajo ha comenzado a formar parte del equipo económico”, explicó Mónica Recalde, ministra de Trabajo en la entrevista sabatina elaborada por la vocera del Gobierno, Paula Carro.
Actualmente, la población ocupada en el país ha desarrollado un dinamismo no visto en el periodo anterior, sumado a 78.000 nuevos empleos registrados, aparte de una disminución de 29.000 puestos con el reajuste estatal priorizado y el movimiento productivo otorgado al sector de la construcción.
FORTALECIMIENTO TERRITORIAL
Desde el Gobierno también se apunta al desarrollo de una política de priorización en torno a las necesidades más urgentes de la población, impulsando una empleabilidad constante. Con esto, se buscará detener la constante migración laboral de la población, ofreciendo más alternativas.
Dentro del plan, se contempla un mejoramiento de la oferta territorial, lo cual se traduce en el fortalecimiento de cada uno de los departamentos del país, con prioridad en aquellos con alto potencial de desarrollo, para apuntar a espacios de trabajo cada vez más industrializados.
El propio mandatario está dando muestra del compromiso constante con el posicionamiento de esta política nacional, con las jornadas de gobierno desarrolladas en diferentes departamentos, haciéndose eco de las exigencias más imperantes de diferentes sectores poblacionales
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Industrialización, empleo e inversiones: los pilares priorizados por el Gobierno
Desde la Presidencia de la República se ha trabajado de manera articulada para restituir el rol de preponderancia de la política de trabajo a nivel país, donde los pilares se centran en una cadena de funcionamiento entre mayor generación de trabajo, inversiones y expansión industrial.
Desde la Vocería de Gobierno dieron a conocer la serie de procesos que se siguen asumiendo para instalar un país con un modelo que apunte a mejorar la industrialización nacional, atrayendo nuevas tecnologías, aparte de un mayor capital extranjero combinado con el capital nacional.
“Esto el presidente Santiago Peña lo ha observado como una necesidad, por lo cual el Ministerio de Trabajo ha comenzado a formar parte del equipo económico”, explicó Mónica Recalde, ministra de Trabajo en la entrevista sabatina elaborada por la vocera del Gobierno, Paula Carro.
Actualmente, la población ocupada en el país ha desarrollado un dinamismo no visto en el periodo anterior, sumado a 78.000 nuevos empleos registrados, aparte de una disminución de 29.000 puestos con el reajuste estatal priorizado y el movimiento productivo otorgado al sector de la construcción.
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Fortalecimiento territorial
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Dentro del plan, se contempla un mejoramiento de la oferta territorial, lo cual se traduce en el fortalecimiento de cada uno de los departamentos del país, con prioridad en aquellos con alto potencial de desarrollo, para apuntar a espacios de trabajo cada vez más industrializados.
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