• POR ELISA FERREIRA DA COSTA PERÁN
  • Lic. Administración UNA
  • Academia TFO

En artículos anteriores hablábamos de diferentes formas de inversión en el Paraguay, específicamente en el mercado de valores. Hablábamos de los bonos, las acciones, los fondos mutuos y fondos de inversión. Y hoy estaremos ampliando un poco más respecto a los bonos, específicamente los bonos subordinados, mencionando qué son, para qué sirven, por qué llevan ese nombre y el riesgo que se asume al adquirir este instrumento de inversión.

Primeramente, rememoremos qué son los bonos, estos son instrumentos de renta fija debido a que al momento de su emisión ya se encuentra establecido el plazo del vencimiento y la rentabilidad que este instrumento ofrece en el período de su duración. Decíamos que, desde el punto de vista del inversionista, este conoce los intereses que se generará y el tiempo que tardaría en recuperar el capital invertido. Por otro lado, desde el punto de vista del emisor, este podría presupuestar los intereses a ser pagados y el capital a ser devuelto.

Y, en segundo lugar, retomamos nuestro tema, los bonos subordinados son emitidos por instituciones de intermediación financiera supervisadas por la Superintendencia de Bancos y lo que les caracteriza especialmente es que “podrían ser convertidos en acciones en caso de que la entidad requiera alcanzar los capitales mínimos requeridos por la ley o reponer las pérdidas de capital” (Título VII, Capítulo I, Artículo Nº 79 de la Ley 861/96 “General de Bancos, Financieras y Otras Entidades de Crédito”). Por ello, a este tipo de instrumento se le llama instrumento de renta mixta, debido a que es un bono –donde conocemos el plazo y rendimiento en el momento de la emisión–, pero podría convertirse en una acción, según lo mencionado anteriormente en este párrafo.

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Además, el Artículo 79º de la Ley 861/96, respecto a las características de los bonos subordinados menciona lo siguiente: plazo no será inferior a cuatro años, la emisión se hará necesariamente por oferta pública, no podrá ser pagado antes de su vencimiento, ni procede su rescate por sorteo, se emitirán en moneda nacional o extranjera, serán convertidos en acciones en caso que se requiera alcanzar los capitales mínimos exigidos en la ley o reponer las pérdidas de capital –lo que mencionamos en el párrafo anterior– y, en caso de disolución y liquidación de la entidad financiera emisora, el Artículo 131º dice que serán pagados en el orden establecido en el Código Civil.

En cuanto al volumen operado en el mercado de valores de Paraguay de este tipo de instrumento, el informe anual del año 2022 presentado por la Bolsa de Valores, cita que el 12,74% del volumen total operado en el mercado corresponde a los bonos subordinados, siendo el segundo instrumento con más volumen en el mercado. En término monetario, de los 22.088 mil millones de guaraníes operados, 2.813mil millones pertenecen a los bonos subordinados.

Otro dato interesante que podríamos nombrar es que, estos instrumentos ya que se pueden emitir tanto en moneda nacional como en moneda extranjera, en los últimos años, se emitió en mayor cantidad en dólares americanos. Según lo publicado en la página de la CNV en el 2020 se emitió una totalidad de bonos subordinados de US$ 86.000.000, liderando el Banco Regional, con varias emisiones que sumadas dan US$ 50.000.000; por otro lado, ese año no se registran emisiones en guaraníes. En cuanto al año 2021, se emitió una totalidad de US$ 105.000.000, liderando el Banco Basa con una única emisión de US$ 34.000.000; en cuanto a la moneda nacional, hubo la única emisión de G. 30.000.000.000 que corresponde a la Financiera Paraguayo Japonesa. Y, además según los datos que tenemos disponible, en el primer semestre del año 2022, nuevamente se registra una emisión en moneda nacional de la Financiera Paraguayo Japonesa, de G. 30.000.000.000.

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