El cónsul honorario de Paraguay en Columbia Británica, Canadá, Luis Villalba, alerta sobre los riesgos de una dependencia económica y política con China en América Latina, e insta a mirar hacia otros mercados en el nuevo orden mundial, al tiempo de celebrar la apertura comercial del actual Gobierno paraguayo.
“Por primera vez, como cónsul, compré carne paraguaya en Canadá. Y lo mismo hizo el cónsul de la provincia vecina. La demanda no está solo en Asia: el centro de Canadá es hoy un mercado real y creciente”, dice a La Nación/ Nación Media el conferencista estadounidense.
Villalba se encuentra en nuestro país para hablar sobre el modelo de gobernanza global de China y sus consecuencias en América Latina en el marco del Programa de Conferencistas (Speaker Program) del Departamento de Estado de EE. UU.
El doctor en Administración de Negocios y Economía ha estudiado la creciente presencia de China en América Latina, no solo en términos económicos, sino también políticos y geoestratégicos. La pregunta es: ¿a qué costo?
El experto señala que uno de los aspectos más evidentes del vínculo entre China y América Latina es el intercambio comercial, que en los últimos años alcanzó más de 535.000 millones de dólares, pero la realidad es que la mayoría de las naciones mantiene un déficit sostenido con China.
Actualmente, según refiere, más de 40 países en el mundo están renegociando deudas impagables con China y el problema no es solo económico, sino que la dependencia generada puede llevar a cesiones de soberanía, donde los países deben aceptar condiciones comerciales, contractuales o incluso geopolíticas impuestas por Pekín.
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Explica que en el plano comercial, China prioriza la importación de commodities (como carne, soja o hierro) de América Latina, pero no ofrece una apertura recíproca de su mercado. “China compra lo que le conviene. Si deja de necesitar carne, restringe el acceso. No hay un compromiso real de apertura comercial”, precisa e insiste en que la única salida para países como Paraguay es la diversificación productiva y el desarrollo de sectores como los servicios globales y la tecnología.
Para Villalba, el péndulo mundial cambió y existe un nuevo orden en el que Paraguay está demostrando que quiere jugar de protagonista. “Hay que mirar hacia dónde van las inversiones, las exportaciones y los nuevos alineamientos”, argumenta y celebra que Paraguay haya comenzado a explorar proactivamente nuevos mercados, destacando las misiones internacionales recientes.
“Paraguay se está relacionando con todo el mundo. Felicito al Gobierno por ir a dónde está creciendo el mercado mundial, incluyendo Canadá y Estados Unidos”, precisa.
Fortalecer capacidades
Si bien reconoce la influencia y el peso global de China, asegura que es posible un mundo sin China y explica que “el desarrollo global se ha desplazado hacia el Indo-Pacífico, siendo India uno de los grandes protagonistas emergentes”. A su criterio, esta transformación debe ser observada y comprendida por Paraguay y toda América Latina.
“Latinoamérica debe estudiar a China antes de tomar decisiones. No se trata solo de comercio, sino de entender el modelo de gobernanza, el impacto político y la soberanía que se pone en juego”, asegura y agrega que enfrentar esta nueva era requiere de fortalecer las capacidades nacionales a través de la educación, especialmente en áreas como comercio internacional, análisis geopolítico y estrategias de inserción global.
“Debemos dar herramientas al sector privado y a los tomadores de decisiones. Solo así podremos actuar con inteligencia frente al nuevo orden mundial”, concluye.
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