Paraguay tendrá este año un crecimiento menor al 2023, según economistas y analistas del sector financiero que estiman entre el 3,6 % y 3,8 % del PIB (producto interno bruto), en comparación al 4,5 % del año anterior. El economista de CPA Ferrere, Samuel Ferreira, dijo a La Nación/Nación Media que el país atravesará un crecimiento más homogéneo en diversos sectores de la economía, pero con una tasa de crecimiento más moderada respecto al año anterior, convergiendo a su potencial.

Si bien el agro continuará siendo clave, su contribución disminuirá por la disipación de un efecto base. Por tanto, creemos que este año el crecimiento sería menor y estaría en torno al crecimiento de largo plazo o potencial de Paraguay, en torno a 3,6 %”, comentó Ferreira a LN.

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Acerca del agro, señaló que la ganadería podría mostrar mayor dinamismo y contribución al crecimiento, por un panorama internacional de precios más estables y apertura de Estados Unidos. “En enero, los envíos fueron 5 veces mayores a diciembre, pero la participación aún es pequeña, 2 % del total”, indicó con respecto a la exportación de carne vacuna.

Sobre el sector secundario, expuso que las perspectivas son positivas y que los principales motores serán la generación de energía eléctrica, las industrias manufactureras y una recuperación de la construcción. “El sector terciario continuará incidiendo positivamente, aunque su dinámica permanecerá por debajo de su promedio histórico 2004-2019. Esto se debe a un crecimiento más lento de los rubros de transporte, servicios inmobiliarios y telecomunicaciones”, remarcó.

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También se prevé un crecimiento más moderado de la intermediación financiera, el comercio y los servicios a los hogares respecto a sus promedios históricos. No obstante, continuarán con mayor dinamismo los rubros de restaurantes y hoteles, y servicios a las empresas, creciendo por encima de sus promedios históricos, resaltó el economista.

Ferreira sostuvo que la demanda interna estará fortalecida y que jugará un rol importante en 2024. “La dinámica de la inflación núcleo se prevé baja y estable, expectativas ancladas, salario real convergiendo a niveles prepandemia y con perspectiva positiva, confianza del consumidor en sus mejores niveles desde 2019 y empleo dinámico, son los indicadores que marcarán esta demanda”, finalizó.

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