El sector sojero cierra un buen año pese a la crisis sanitaria que afectó a varios segmentos de la economía, pero el escenario para el 2022 que se presentaba optimista ahora es de preocupación e incertidumbre. Así lo indicó a La Nación el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo.

“El 2021 fue un buen año para la producción. Desde el punto de vista económico el repunte de precio de la soja fue un oxígeno importante y soporte para aliviar la situación de la pandemia”, expresó el representante del gremio.

Cristaldo indicó que para el 2022 el panorama se presenta complicado por el déficit de lluvias. Explicó que hasta noviembre los cultivos de soja venían bastante bien y en diciembre empezó la falta de precipitaciones, coincidente con el mes de mayor exigencia para las plantaciones, por lo que la expectativa de alcanzar nuevamente una producción de más de 10 millones de toneladas en la campaña 2021/22 se reduce.

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“El impacto negativo es preocupante, va a afectar la economía”, dijo el presidente de la UGP, al señalar que hay parcelas que reportan pérdidas entre 50 a 70% de los cultivos. Sostuvo además que hay zonas donde se registran lluvias entre 40 a 50 milímetros, pero no son suficientes.

Exportaciones

El repunte en la cotización de la soja permitió un mayor ingreso de divisas al país. El precio se mantuvo este año en torno a los US$ 500 la tonelada. Según datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), de enero a noviembre del 2021 Paraguay exportó 6.100.050 toneladas de soja en grano, cifra que representa -3% con relación al mismo periodo del año pasado, cuando se embarcaron 6.297.611 toneladas.

Las exportaciones hasta noviembre ascienden a US$ 564,1 millones, mientras que las del mismo periodo del 2020 alcanzaban US$ 386 millones.

Otros rubros

Además de la soja, el maíz, el poroto y otros rubros de la agricultura familiar también están siendo golpeados por la falta de lluvias. En ese sentido, el ingeniero Édgar Mayeregger, coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), dijo a La Nación que los informes no son muy alentadores y que si persiste el déficit de precipitaciones en los primeros meses del nuevo año, habrá más inconvenientes.

Afirmó que no se trata solo de la falta de lluvias, sino también las altas temperaturas y el viento que hace que se seque el suelo mucho más rápido. Señaló que hay regiones que están en mejores condiciones que otras, al igual que rubros que están sorteando un poco mejor la situación como el caso del sésamo que de momento “está zafando”.

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