La pandemia desnudó la necesidad latente por la que venía atravesando el sistema de salud, no solo la ausencia de una mayor inversión, sino también la falta de orden e incluso de mejorar la calidad del gasto, lo que requiere a la vez determinar el origen de los financiamientos.

Sobre el punto, el presidente de Democracia en Desarrollo (Dende), Alberto Acosta Garbarino, en su reciente debate sobre los cambios necesarios tras las experiencias vividas en la pandemia, habló del desafío de sostener la inversión sanitaria realizada hasta el momento en el Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2022 y 2023.

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“Hemos recibido donaciones y la pregunta es cómo vamos a financiar lo que hemos recibido en el 2020 y el 2022″, expresó, al tiempo de agregar que el sistema de salud no integrado requiere una reforma profunda, ya que así como está, además de no satisfacer las necesidades de la gente, es extremadamente costoso. “Creo que un sistema nuevo es fundamental para darle a la gente una vida digna”, afirmó.

El desafío es sostener la inversión sanitaria en el PGN del 2022 y del 2023. Foto: Archivo.

Alcance de coberturas

A su vez, el economista, extitular de la Secretaría Técnica de Planificación y expresidente de IPS, Hugo Royg, planteó que el sistema de salud debe separarse del sistema de jubilación del ente previsional, a más de integrar los servicios de salud, contar un seguro mínimo obligatorio para todos, complementado con Unidades de Salud Familiar (USF) en todo el país y reglamentar la canasta básica de servicios.

“Tenemos que profundizar el mayor alcance de la cobertura, disponer de beneficios definidos y tener una cobertura o un fondo específico para los problemas más graves”, señaló.

En ese sentido, dijo que lo ideal sería contar con un fondo específico para enfermedades graves, que si bien está legislado, carece de recursos para ser implementado, por lo que se necesita una reforma de las normas sanitarias.

Gasto estatal

Por su parte, el exviceministro de Salud, Édgar Giménez, aseguró que se debería reducir el gasto de bolsillo en salud a menos del 20%, ya que actualmente el 45% es atendido por el propio enfermo o sus familiares, una cifra muy elevada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Lo ideal sería aumentar el gasto estatal en salud a un 6% del Producto Interno Bruto (PIB)”, dijo.

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En tanto que el viceministro de Atención Integral a la Salud, del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), Hernán Martínez, indicó que lo ideal sería contar con US$ 955 millones adicionales para Salud en el proyecto de PGN 2022.

“Para sostener lo realizado hasta el momento y asegurar la inversión en infraestructura para las instituciones hospitalarias que no reciben fondos, desde hace 30 años en algunos casos, implicaría duplicar el presupuesto de Salud, lo cual resulta imposible dadas las condiciones actuales”, precisó.

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