Por Diego Sanabria

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La segunda jornada en el caluroso y seco suelo chaqueño, acompañados por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), comenzó bien temprano y tuvo como primer destino el emprendimiento denominado Tucos Factory, empresa que se dedica a la elaboración de productos alimenticios con base en vainas de algarrobo y otros frutos silvestres, dentro de la ciudad de Filadelfia.

La misma es impulsada por Adeline Friesen, quien junto con otras mujeres indígenas de la zona han creado varios productos con base en las frutas exóticas fue fueron introducidas por los menonitas y aquellas originarias por la particularidad de la Región Occidental de nuestro país.

Las protagonistas de los productos son de varias etnias indígenas y menonitas. Foto: Diego Sanabria.

Los productos principales son las mermeladas de mistol, rosella, meloncito, kinoto, tamarindo, tuna y molle negro, así como los jarabes, también producen la harina y masitas de algarrobo, café de mistol, ají silvestre y jugo de tuna, entre otros.

“Con este emprendimiento buscamos que nuestros hermanos de las diferentes etnias tengan la posibilidad de generar sus propios ingresos. Trabajamos con distintas etnias como los ayoreos, guaraníes occidental, guaraníes ñandeva, nivaclé, enlhet. Son diferentes oportunidades que se generan, aún son unas gotas en una piedra caliente, pero irá creciendo y tenemos la confianza que vamos a llegar incluso a exportar nuestros productos”, manifestó Friesen.

Todos los productos son elaborados con frutos silvestres y exóticos de la zona chaqueña. Foto: Diego Sanabria.

Resaltó que se encuentran en el proceso de formalización, y que ya han registrado la marca Tucos Factory, además de contar con aprobación del Ministerio del Medio Ambiente, teniendo en cuenta que uno de los principales ejes de la firma es la conservación y cuidado de la fauna y flora de toda la localidad.

Las frutas de las tunas una vez procesadas son congeladas para luego convertirse en jugo. Foto: Diego Sanabria.

“Estamos cumpliendo los trámites en el MIC, al igual que INAN, buscamos industrializar lo local, para nosotros es muy importante poder generar un sustento de vida para nuestro ecosistema utilizando la materia prima que tenemos aquí. De la Región Oriental, adquirimos azúcar orgánica y envases, el resto se hace aquí en el Chaco. Con este emprendimiento, las mujeres tienen mejores posibilidades de empoderarse”, afirmó.

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Friesen expresó que, por el momento, los productos pueden ser adquiridos en dos locales en Asunción, en el espacio Samu’u, ubicado sobre Caballero 773 casi Herrera; y en el local de la cooperativa Fernheim. “Estamos en los supermercados de Filadelfia y en otros locales de la región, por lo general participamos en las ferias organizadas por los distintos entes gubernamentales”, explicó. Hay que destacar que alrededor de 100 familias de las cinco etnias indígenas de la zona mencionada están involucradas en el proceso de la recolección de las frutas exóticas, así como gran parte de su producción.

Mermeladas de diferentes sabores son elaboradas en el Chaco paraguayo, con una calidad excepcional. Foto: Diego Sanabria.

Friesen comentó que las primeras producciones se realizaron en la cocina de su casa, con la ayuda de las indígenas y que desde el 2020 han iniciado las operaciones en la planta que fue construida gracias al financiamiento recibido a través de la cooperativa y el apoyo de PNUD, entre otros.

Harina de algarrobo

El algaborro es una de las plantas nativas del Chaco paraguayo al igual que el samu’u. “Recolectamos las vainas en los meses de noviembre y diciembre cuando han madurado y se trasladan en bolsas para luego procesarlas en un molino que en realidad es para maíz, pero cumple la función de trituración, anteriormente se hacía con mortero”, destacó una de las indígenas.

La planta de algarrobo se encuentra en todo el territorio chaqueño y su fruta es utilizada de diferentes maneras. Foto: Diego Sanabria.

Friesen acotó que las mujeres mayores de las aldeas son quienes identifican qué fruta debe ser recogida de las plantas y que deben caminar muchos kilómetros para encontrar las que tienen mejor desarrollo. “La terminación es una harina libre de gluten e integrales, pero queremos seguir avanzando hacia harinas más finas. Al año se produce una buena cantidad y con la misma se pueden elaborar las galletitas, se puede hacer panificado, usarla en los batidos, es una harina con muchas vitaminas y propiedades”, dijo.

Los nativos se encargan de recolectar las frutas silvestres para luego realizar el proceso y convertirlas en productos. Foto: Diego Sanabria.

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