El crédito es una de las herramientas preferidas para la concreción de proyectos, inversiones, metas personales y hasta sueños. Pero cuando debemos más de lo que podemos pagar, estamos sobre endeudados. Si bien se considera saludable comprometer hasta un 30% de nuestros ingresos en pagos de compromisos financieros, ¿Qué hacemos cuando se sobrepasa este porcentaje?

Es muy importante conocer nuestro nivel de endeudamiento con la mayor objetividad posible. Cuando los pagos que deben cubrirse superan el 40% de los ingresos netos, ya podemos decir que existe sobreendeudamiento.

Te dejamos una escala de porcentajes para saber si un nivel de sobreendeudamiento es leve, grave o severo.

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Leve

Si entre el 35 y 45% de tus ingresos se destinan al pago de deudas (incluidos préstamos, tarjetas y otros créditos).

Grave

Si entre el 45 y 55% de tus ingresos se destinan al pago de deudas.

Severo

Si más del 55% de tus ingresos se destinan al pago de deudas.

Consejos para mejorar tus finanzas según niveles de sobreendeudamiento.

Si tu sobreendeudamiento es leve, podes trabajar en una planificación mensual, realizar algunos ajustes en tus gastos de modo a reducir lo innecesario o no prioritario, de manera a lograr cubrir todos los compromisos dentro del plazo establecido. Para esto es importante que dejes de adquirir deudas por el tiempo que te lleve reducir tu porcentaje de endeudamiento y vuelvas a tener capacidad de pago.

Fortaleza ofrece su sistema de ahorro en inmuebles como una alternativa para capitalizar ahorros en una opción rentable. Foto: Gentileza.

Si tu sobreendeudamiento es grave y ya no estás encontrando margen en tu flujo de caja para realizar ajustes, podés recurrir a una renegociación. Esto podría ser una refinanciación, consolidación o reestructuración. Si bien puede afectar temporalmente tu calificación de riesgo, también puede ser un alivio y, bien utilizado, el inicio de una recuperación de la salud financiera.

Si tu sobreendeudamiento es severo y te encontrás con atrasos que te impiden acceder a una renegociación en el sistema financiero, lo más probable es que te veas obligado a deshacerte de algún activo (inmuebles, bienes, etc.) para poder cumplir con tus obligaciones, de modo a evitar las demandas judiciales y posibles embargos.

Todas las deudas tienen solución, pero en cualquiera de los casos, lo más recomendable es contar con la asesoría financiera de un profesional con experiencia, que te pueda ofrecer una correcta orientación para la toma de decisiones oportunas.

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Y para que te animes a dominar tus finanzas, te dejamos algunos beneficios tener deudas sanas:

•Contar con tranquilidad financiera y emocional

•Mayor libertad y menor incertidumbre para encarar el futuro

•Mejor calificación crediticia, lo cual da acceso a mejores condiciones al momento de solicitar créditos, por ejemplo para realizar inversiones.

•Mayor liquidez y solvencia, es decir, capacidad de ahorro e inversión.

•Menor vulnerabilidad ante choques externos, por ejemplo la pandemia.

Por otra parte, si constantemente estás con miedo a tener demasiadas deudas, te dejamos algunos tips para que puedas tomar créditos de manera segura:

Planificá tus finanzas para conocer tu capacidad de pago real.

No agotes tu capacidad de pago, esperá que transcurra cierto tiempo entre una deuda y otra.

Contá con un fondo de emergencia para no forzarte a tomar créditos ante imprevistos.

Analizá previamente el impacto de una decisión financiera, tanto en el corto, mediano y largo plazo.

Fortaleza cuenta con varios edificios de departamentos en desarrollo en puntos estratégicos de la ciudad. Foto: Gentileza.

Dialogá en familia y con la pareja respecto a las decisiones financieras, buscando un consenso respecto a los beneficios y riesgos, ya que las deudas afectan no solo a quien las adquiere, sino a todo el entorno, directa o indirectamente.

Informate acerca de las alternativas existentes en el mercado para poder concretar tus proyectos y sueños, a través del ahorro y sin recurrir necesariamente a préstamos que demanden altos costos de intereses.

Parte de la inteligencia financiera que todos necesitamos desarrollar consiste en aprender a utilizar el crédito a nuestro favor, para crecer y mejorar nuestra calidad de vida. Una de las claves es saber diferenciar las deudas malas y el sobreendeudamiento de las deudas buenas y saludables. En este sentido, la educación financiera sigue siendo el gran desafío, y algo absolutamente necesario para la sostenibilidad del sistema financiero y de la calidad de vida de la población.

Artículo escrito por Adriana Bock.

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