Nilva Agüero

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Erasmo Carlos Battistella, fundador y CEO del ECB Group, que construirá la planta avanzada de biocombustibles Omega Green, conversó con La Nación y dijo que la puesta en marcha del emprendimiento ayudará a posicionar al país como líder mundial en el sector y valorará cada vez más sus exportaciones. El megaproyecto demandará una inversión de US$ 800 millones y la fábrica, cuya construcción comenzará en en el segundo semestre del año, contará con una capacidad total de producción de 20.000 barriles diarios de biocombustibles verdes.

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–¿Por qué miraron a Paraguay cuando pensaron en este proyecto?

–Al pensar en este proyecto, tuvimos que encontrar la ubicación más competitiva y la respuesta que encontramos fue Paraguay. Muchas cosas nos han llamado la atención en el país, pero enumeraremos cuatro aspectos importantes: Paraguay hizo un trabajo serio para atraer inversiones. Esto se traduce en dos aspectos principales:

Seguridad legal: es un país con una estructura legal estable y confiable que brinda confianza a los inversores; la fortaleza financiera se ve reforzada por los fundamentos de Paraguay: el país ha crecido, sus cuentas están equilibradas, la calificación pronto puede alcanzar el investment grade.

El entorno fiscal es competitivo. Paraguay tiene una matriz tributaria que fomenta las inversiones. Un segundo punto importante es técnico: Paraguay ya es un importante productor de grasas animales y vegetales. En Paraguay contamos con la disponibilidad de materia prima esencial para producir biocombustibles.

Omega Green tendrá un suministro de grasas de las industrias de carne, pollo y cerdo, además de una gran cantidad de aceite vegetal, principalmente de soja, de la que Paraguay es el quinto productor mundial. Más importante aún, también tiene el potencial de aumentar la producción. Un tercer aspecto es la logística: el río Paraguay es un canal de transporte muy eficiente. Este es un proyecto que necesita logística competitiva para tener una producción competitiva. Finalmente, un cuarto aspecto es el suministro de electricidad. Después de la materia prima, nuestro principal insumo es la energía.

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El inicio de la construcción de la planta industrial está previsto para el segundo semestre del año. Foto: Gentileza.

–¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto? El año pasado habían informado la postergación de la construcción de la planta de biocombustibles para el 2021 debido a la pandemia.

–Los trabajos de construcción de esta biorrefinería de biocombustibles avanzado comenzarán en el segundo semestre de este año. A fines de febrero se firmó un convenio con un socio logístico, quien será el encargado de llevar los biocombustibles en barcazas desde Asunción hasta Montevideo, en Uruguay, donde se entregarán los productos a las petroleras. El socio también dispondrá de almacenamiento para los productos. Está previsto que la operación comience en el 2024, con la entrega de producto comprometida por los contratos ya firmados con las petroleras Shell y BP.

–¿Cómo ve actualmente el sector de biocombustibles y cuál es el futuro del rubro en la región?

–Con alegría, me doy cuenta de que mucho de lo que he planteado sobre las ventajas de los biocombustibles avanzados está comenzando a ser reconocido en medidas concretas en todo el mundo. Existe una efervescente discusión sobre el cambio de la matriz energética. Es importante dejar nuestra huella en las páginas de la historia de los biocombustibles en este momento de gran impacto que ha vivido el mundo. Nuestro sector se configuró como la gran alternativa para construir un mundo más verde y sostenible.

Omega Green ayudará a posicionar a Paraguay como líder mundial en el sector y valorará cada vez más sus exportaciones. Y encontramos la base ideal para lanzar este proyecto que será un punto de referencia para biocombustibles avanzados en el Hemisferio Sur.

El proyecto paraguayo se destaca porque usará la segunda generación de tecnología de biocombustibles para producir HVO, un diésel renovable y un combustible renovable de aviación conocido como SPK. Estos combustibles se harán a partir de los subproductos de la próspera industria agrícola de Paraguay, como grasa animal y todo tipo de aceite vegetal, incluyendo soja, girasol y palma.

La segunda generación de biocombustibles puede tener un mayor efecto positivo en el medio ambiente: es una de las principales herramientas que tenemos hoy para reducir las emisiones de CO2. Este es el primer paso en el camino de Paraguay para convertirse en uno de los líderes mundiales de energía verde.

–¿Qué evaluación hace de lo que dejó el 2020 y el impacto de la pandemia del COVID-19 en el rubro de biocombustibles?

–A pesar de las restricciones en un escenario de limitaciones de viajes entre países, el proyecto avanzó y llegamos a principios de este año con decisiones importantes que involucran el avance constante del proyecto Omega Green.

El mundo atraviesa un momento de gran impacto que afecta directamente a nuestro modelo de vida. Es en este momento que necesitamos fortalecer el papel que tienen los biocombustibles en el futuro del planeta. El costo de la transición es mucho menor que el costo de nuestra salud y la pérdida de calidad de vida.

–El anuncio de la firma de contrato con la petrolera BP (British Petroleum) para la provisión de biocombustibles, ¿qué implica respecto al proyecto inicial que tenían de facturación, producción, exportaciones y mano de obra?

–El diesel renovable HVO (aceite vegetal hidrotratado) y el combustible renovable para reactores (queroseno parafínico sintético / SPK), también conocido como combustible de aviación sostenible (SAF, en sus siglas en inglés), se producirán en la biorrefinería Omega Green que se construirá en Paraguay con inversiones de más de US$ 800 millones y con una capacidad total de producción de 20.000 barriles diarios de HVO, SPK/SAF y nafta verde.

Hemos recibido una serie de demandas de los productos que se ofrecerán en la nueva biorrefinería y hemos firmado un contrato con la Anglo-Dutch Shell para la venta de más de 2.500 millones de litros de biocombustibles para su entrega entre 2024 y 2029, asegurando la demanda con el 50% de la capacidad de la biorrefinería. Fue el segundo contrato importante anunciado por la empresa con una importante empresa petrolera en menos de dos semanas.

El 14 de enero, la empresa cerró un contrato con BP para vender mil millones de litros de biocombustibles avanzados también entre el 2024 y el 2029. Este volumen será equivalente al 40% de la capacidad de producción de la biorrefinería, de 20 mil barriles por día. Así, el 90% de la capacidad de la biorrefinería ya está comprometida en los primeros años. El 10% restante se destinará a la negociación en el mercado al contado (corto plazo).

El proyecto generará 3.000 empleos directos en la fase de construcción y cerca de 2.400 empleos directos e indirectos cuando entre en operación. Se espera que más de 20.000 familias de pequeños agricultores se beneficien de los programas de certificación para el suministro de materias primas.

–Al tratarse de un emprendimiento sin precedentes en el país, ¿qué tipo de tecnología implementarán?

–La empresa Omega Green incluye al contratista Honeywell UOP, propietario de la tecnología de refinación de combustible renovable para UOP Process Reactors, Crown Iron Works, una empresa estadounidense que proporciona equipos de pretratamiento mejorando las materias primas renovables hasta una calidad adecuada para refinar biocombustibles y Acciona, una de las mayores empresas de ingeniería y construcción del mundo.

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