• EE. UU. AFP

SpaceX lanzó ayer el cohete más grande y potente jamás cons­truido, el Starship, cuyos dos módulos se separaron con éxito antes de que una “ano­malía” provocara su explo­sión, según informó la compa­ñía de Elon Musk. “Starship despegó con éxito bajo el impulso de los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy y alcanzó la fase de separación” de sus dos etapas, escribió SpaceX en X (antes Twitter).

El cohete, de 120 metros de altura, despegó poco después de las 07H00 locales (13H00 GMT) desde la base de Spa­ceX, en Boca Chica, Texas. El módulo Starship, colocado en la punta del cohete, se separó con éxito del módulo propulsor Super Heavy, pero las dos par­tes del cohete explotaron antes de comenzar su descenso pro­gramado, según SpaceX.

El cohete comprende dos eta­pas: la de propulsión Super Heavy y sus 33 motores, y la nave Starship. Durante la primera prueba, ambas eta­pas no pudieron separarse en vuelo, pero ayer sábado sí lo lograron.

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El regulador aéreo estadou­nidense, la FAA, afirmó en un comunicado que se había producido un “incidente” durante el vuelo. “La anoma­lía provocó la pérdida de la máquina”, añadió la agencia, precisando que no se repor­taron heridos ni otros daños materiales.

Para la analista del sec­tor espacial Laura Seward Forczyk, “fue un éxito par­cial fantástico”. Este lanza­miento “superó mis expec­tativas”, dijo a la AFP. Este segundo vuelo de prueba de SpaceX ha sido observado de cerca por la NASA, que cuenta con esta nave para sus misio­nes de regreso a la Luna. Musk quiere convertir a Starship en “un medio de transporte a cualquier destino del sis­tema solar”, incluido Marte.

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