Buenos Aires, Argentina. AFP.

El presidente argentino, Alberto Fernández, abrió ayer ante el Congreso el último año legislativo de su mandato con un discurso plagado de críticas al sistema judicial, una nueva escalada de su enfrentamiento con la justicia.

Fernández, de 63 años, aseguró que “el Poder Judicial no cuenta con la confianza pública, no funciona eficazmente y no se muestra con la independencia requerida frente a los poderes fácticos y políticos”.

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Su vicepresidenta, Cristina Kirchner, fue condenada en diciembre pasado a seis años de prisión e inhabilitación política por corrupción, un proceso que el presidente calificó de “absurdo jurídico”. Fernández impulsa un juicio político a los magistrados de la Corte Suprema, a los que acusa de alinearse con la oposición.

La confrontación escaló en diciembre cuando la Corte falló a favor del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, gobernada por la oposición, en una puja por el reparto de los impuestos estatales. En su discurso frente a los legisladores, Fernández volvió a insistir en “la necesidad de trabajar mancomunadamente para realizar las adecuaciones necesarias al sistema judicial”.

No dijo si se va a presentar a las presidenciales de este año. Abordó la situación económica del país y la inflación, que el año pasado fue de un 94,8%, un problema que carcome a la sociedad argentina.

“No pretendemos negar las dificultades (...), la alta inflación que todos sufrimos es un factor central de la desorganización de nuestra economía. Estamos abocados a reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el crecimiento”, afirmó.

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