Reino Unido. AFP.
Una procesión llevará hoy el féretro de la reina Isabel II a la Abadía de Westminster para su funeral de Estado y luego a Windsor para su entierro es reflejo de las tradiciones de la monarquía británica. Un nutrido grupo de marineros de la Royal Navy tirará con cuerdas del fuste de cañón que llevará el féretro, mientras que otros, 142 en total, les seguirán para hacer de freno.
Esta tradición se remonta a los funerales de la reina Victoria, en febrero de 1901. Ocho soldados del 1er batallón de la Compañía de Granaderos de la reina tendrán la tarea de llevar el féretro desde Westminster Hall hasta el fuste y luego hasta el interior de la Abadía de Westminster, una vez finalizada la procesión. Tres regimientos serán especialmente honrados durante la procesión, permitiéndoles marchar muy cerca del féretro de Isabel II.
Los Alabarderos (Yeomen of the Guard), el cuerpo militar más antiguo del ejército británico, creado en 1485, y el Honorable Cuerpo de los Caballeros de Armas son dos antiguas unidades de guardaespaldas del monarca, ahora limitadas a un papel ceremonial. Les seguirán los miembros de la Real Compañía de Arqueros, que eran los guardaespaldas de Isabel II cuando estaba en Escocia. Si los miembros de la familia real, encabezados por el nuevo rey Carlos III, seguirán el féretro, el carro será precedido por responsables de la Casa Real de Isabel II, como el director de la Colección Real o el secretario privado de la difunta monarca.
Cientos de dirigentes extranjeros y monarcas están invitados hoy en Londres al funeral de Estado de la reina Isabel II, que será una de las mayores reuniones diplomáticas en décadas. La abadía de Westminster tiene aforo para unas 2.000 personas y se prevé entre ellas a unos 500 jefes de Estado u otro dignatario oficial por país, acompañado por sus cónyuges, según la BBC y Sky News.
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Despedirán al gran ODD en su querido club
Todas las personas adherentes, simpatizantes y fanáticas del Club Olimpia podrán hoy dar el último adiós al que fuera el dirigente más glorioso del fútbol paraguayo, Osvaldo Domínguez Dibb, quien ayer falleció luego de estar internado en un sanatorio capitalino.
Alejandro Domínguez, presidente actual de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), compartió un mensaje a través de sus redes sociales, informando sobre el velatorio de su padre que será en las instalaciones del Club Olimpia, ubicadas sobre la calle Mariscal López, de Asunción.
“Quiero informar que la familia decidió que el velatorio se desarrollará en el Club Olimpia, el sábado 3 de febrero de 17:00 a 23:00 y el domingo 4 de febrero de 8:00 h a 15:00″, escribió en su cuenta X (ex twitter).
El titular de la Conmebol asimismo instó a las diversas instituciones, deportivas, sociales, políticas y amigos a enviar las ofrendas florales a la entidad deportiva o donar a la Fundación Olimpiadas Especiales.
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Domínguez Dibb atravesó por un delicado estado de salud que motivó su internación en terapia intensiva en un sanatorio de Asunción. El referente del fútbol paraguayo y sudamericano partió a los 83 años de edad dejando un legado de numerosas victorias para el club que presidió, el Olimpia donde bajo su dirigencia se obtuvo múltiples campeonatos.
El dirigente más ganador del fútbol paraguayo, Osvaldo Domínguez Dibb, también fue el fundador del diario La Nación, inaugurado oficialmente el 25 de mayo de 1995 y en su primer número, aparecía un gran titular que decía: “Una voz independiente para el nuevo Paraguay”. De la mano de Domínguez Dibb nació este medio de comunicación que fue concebido en el primer periodo de transición hacia la democracia.
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¡Secreto revelado! FBI publicó cómo intentaron atentar contra la reina Isabel II
Gran conmoción causaron los archivos revelados por el FBI donde señalan que simpatizantes del Ejército Republicano Irlandés (IRA) buscaron atacar a la ahora fallecida reina Isabel II durante su visita a Estados Unidos en la década de los ochenta. La información sacudió las redes sociales.
Según trascendió, poco antes de una visita de Isabel II a San Francisco, California, en 1983, un oficial de policía de la ciudad que frecuentaba un bar irlandés advirtió al FBI sobre una posible amenaza contra la reina por parte de un simpatizante del Ejército Republicano Irlandés, que finalmente no se llevó a cabo.
Estos documentos dejaron constancia de que el simpatizante del IRA buscaba con el atentado contra la monarca, ahora fallecida, vengar la muerte de su hija. Esta información se encuentra entre las 102 páginas de registros del FBI sobre Isabel II, que se dieron a conocer públicamente en respuesta a una solicitud presentada por NBC News y otros medios a la agencia federal tras la muerte de la reina el 8 de setiembre.
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Aunque los documentos indican que la amenaza contra Isabel II en San Francisco no pasó de ser una advertencia de una persona enojada, “reflejan claramente una fuente persistente de peligro potencial para la reina cada vez que visitaba EE. UU. de parte del IRA y sus simpatizantes”, precisó la cadena estadounidense NBA.
La noticia causó revuelo y se replicó en distintas partes del mundo. La monarca británica falleció el 8 de setiembre del año 2022 en el castillo de Balmoral, Reino Unido, tras 70 años de reinado.
Con información de AFP.
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El funeral de la reina Isabel II le costó USD 200 millones al gobierno británico
La monarca falleció a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral el 8 de septiembre del 2022 y los diez días de exequias tuvieron un costo de 161,7 millones de libras (200 millones de dólares), según publicó el Tesoro del Reino Unido.
El féretro de la reina Isabel II fue trasladado a la capital escocesa Edimburgo para una primera capilla ardiente y el 19 de septiembre se realizó el funeral de Estado, el primero en el país desde el funeral del ex primer ministro Winston Churchill en 1965.
La ceremonia se realizó en la Abadía de Westminster y tuvo una convocatoria de 2.000 invitados, incluidos cientos de dignatarios y dirigentes extranjeros. Después, hubo una ceremonia privada en el Castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres, donde la reina fue enterrada junto a sus padres y su esposo, el príncipe Felipe.
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El secretario principal del Tesoro, John Glen, hizo una declaración escrita al Parlamento contando que el costo total fue de 161,743 millones de libras. “La prioridad del gobierno era garantizar que estos eventos se desarrollaran sin contratiempos, al tiempo que se garantizaba la seguridad del público”, expresó. La mayor partida de gasto corresponde al Ministerio del Interior, con 73,68 millones de libras.
Miles de agentes de policía fueron desplegados por todo el Reino Unido durante los 10 días de luto nacional. Le siguen el Ministerio de Cultura y Medios, con 57,42 millones de libras, y el gobierno autónomo escocés, con 18,75 millones de libras. Aún no se han hecho públicas las cifras relativas a la coronación del rey Carlos III, que se realizó el 6 de mayo.
El grupo antimonárquico Republic calculó que costó al menos 100 millones de libras a las arcas públicas, en un momento en que los contribuyentes británicos se enfrentan a una grave crisis del coste de vida, por una inflación que no baja del 10%.
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Rey Carlos III y Camila, de la impopularidad a una coronación muy esperada
Carlos III, uno de los miembros más impopulares de la realeza británica hasta que subió al trono, es coronado a sus 74 años junto a la mujer que amó toda su vida y a la que acabó haciendo aceptar como reina. Nacido el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, Carlos Felipe Arturo Jorge Windsor fue el primero de los cuatro hijos de Isabel II y el príncipe Felipe.
Era un niño tímido y sensible cuando en 1958 fue nombrado príncipe de Gales. Luego fue enviado a estudiar a un austero internado en Escocia al que había asistido su padre y que, en lugar de forjarle un carácter rudo, como este esperaba, fue para él un “infierno absoluto”. En 1970 se convirtió en el primer heredero de la corona británica con un diploma, de la universidad de Cambridge, donde estudió arqueología y antropología.
Ese año conoció durante un partido de polo a Camilla Shand, miembro de la alta burguesía de provincias que se movía en sus mismos círculos sociales y de la que se enamoró. Pero entre 1971 y 1976, el príncipe sirvió en la Marina británica y, para su desconcierto, mientras estaba de misión en el Caribe, Camilla se casó con otro de sus pretendientes, el mayor Andrew Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos.
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Presionado para que él mismo se casara, en febrero de 1981 Carlos pidió en matrimonio a Diana Spencer, que entonces tenía 19 años. La boda se celebró en julio y fue un gran festejo nacional. En 1982 nació el príncipe Guillermo y en 1984 su hermano Enrique.
Pero aquel matrimonio fue un estrepitoso fracaso, que durante décadas lastró la popularidad del príncipe de Gales, a pesar de su intenso trabajo en causas caritativas y su defensa a ultranza de la ecología y la lucha contra el cambio climático. La pareja se separó en 1992 y se divorció en 1996.
Para entonces Carlos ya mantenía una aventura con Camilla, divorciada en 1995, que provocó sensación cuando la prensa publicó sus escandalosas conversaciones telefónicas íntimas. Tras la muerte de Diana en un accidente de tráfico en París en 1997, Carlos necesitó una intensa campaña de relaciones públicas para superar su gran impopularidad.
Camila, reconocida
En 2005, Carlos se casó con Camila, a la que durante mucho tiempo los británicos vieron con desconfianza, considerándola responsable del fracaso de su matrimonio con Diana. Pero esta mujer extrovertida y risueña, de abundante cabellera rubia y voz grave, logró poco a poco ser aceptada y acabó ganándose la simpatía de los británicos.
Antes de fallecer, Isabel II expresó su “deseo sincero” de que cuando Carlos ascendiese al trono Camila fuera “conocida como reina consorte”, en lugar de princesa. Ya era de por sí un gran paso. Pero cuando un mes antes de la coronación, el palacio presentó la invitación a la ceremonia, apareció designada simplemente como reina, sin el título de consorte.
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Es un enorme salto para esta mujer de 75 años, que hasta la muerte de Isabel II en septiembre era sencillamente conocida como duquesa de Cornualles, pues optó por no usar el título de princesa de Gales, estrechamente asociado a Diana.
Nacida el 17 de julio de 1947, hija del mayor Bruce Shand y de Rosemary Cubitt, ricos terratenientes, fue educada en las mejores escuelas privadas, en Londres, Francia y Suiza. “Camila nunca tuvo la ambición de ser princesa, duquesa o reina. Quería simplemente estar junto al príncipe de Gales”, afirmó Penny Junor, biógrafa de Carlos, en el décimo aniversario de su boda.
“Trabajan maravillosamente juntos”
Con sentido del humor, simplicidad y desenvoltura fue ganando visibilidad gracias a su compromiso con causas sociales. Desde hace años defiende a las víctimas de violaciones y agresiones sexuales. Otros de sus intereses son la salud, las artes, la literatura y la equitación, afición que compartía con Isabel II. Acompañante fiel y serena, muchos han acabado reconociendo el impacto positivo del inquebrantable apoyo que brinda a su marido.
“La gente se da cuenta de que Camila es ideal para Carlos, y ambos trabajan maravillosamente juntos”, explicó recientemente a AFP el comentarista real Richard Fitzwilliams. Mostrando la imagen moderna de una familia recompuesta, la nueva reina quiso incluir a sus hijos y nietos en la ceremonia de coronación, junto a los de Carlos III.
Fuente: AFP.